AREQUIPA-CAÑÓN DEL COLCA-VOLCÁN SABANCAYA – FOTOS

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2016-10-del 07 al 30 VIAJE A PERÚ, RESUMEN EXPRESS

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Viernes 7. Alicante. Autobús nocturno. Madrid-Barajas-T4. Vuelo a Lima. Escala en London. Aquí una policía ‘joputa’ me saca a la calle y me somete a un interrogatotio/entrevista que casi me hace perder la conexión. Llegada a Perú. Sergio me espera.  Juntos al hotel. Zona chunga. Cena chunga.

Sábado 8. Vuelo Lima-Cusco. Primer contacto con la ciudad. Primero con la altura. Primer contacto con la coca. Primero con la agencia del treck con la que había contratado, desde España, un recorrido por montaña hasta MachuPicchu.

Domingo 9. Tres de la madrugada. Coca. Comienza Salkantay Tour. Autobús hasta Mollepata. Una argentina. Primer día de trekking (ver en Wikiloc). Se forma «Nuestro Grupo». Otra argentina. Coño, y otra!!! Dos colombianos. Dos belgas… Ahhh, y un catalán. Parece el clásico chiste. Caminata de unos 14 kms. (+/-). Ame, la argentina, y yo compartimos gran parte de la caminata. Charla súper amena y miles de confidencias. Buena conexión. Comida a mitad del recorrido, llamémosla comida, barracones para dormir y cena, llamémosla cena.

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Lunes 10. Madrugón. Desayuno. Coca. Segundo día de trekking (ver en Wikiloc). Caminata. Primer tramo. Una argentina ya se posiciona y… mete la directa poniéndose a la altura del catalán. Ascenso en caballo. Llegada a Abra Salkantay, 4630 mts. Seguimos a pie los siguientes 13 Kms. Comida a mitad del recorrido, llamémosla comida, barracones para dormir y cena, llamémosla cena.

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Martes 11. Madrugón. Desayuno. Coca. Tercer día de tour (ver en Wikiloc). Unos caminan. Otros tomamos el bus. Tomamos coca también. #Me quiso tirar por el barranco. #O paras o me bajo del bus. Las frases estrella de la jornada que protagonizan una argentina y un colombiano. Llegamos a Santa Teresa. Con cuatro ruedas, el trekking de 30 kilómetros más fácil del mundo. Baños calientes en termas para algunos. Yo preferí que me comieran los mosquitos. Fiesta y botellón al anochecer. Otra argentina se lanza y se zampa un suizo de otro equipo (en España un suizo es un pastelito, allá no sé qué será). Comida a mitad del recorrido, llamémosla comida, barracones para dormir y cena, llamémosla cena.

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Miércoles 12. Madrugón. Desayuno. Coca. Cuarto día de trekking (ver en Wikiloc). Mañana para que, aquel que lo deseé, practique tirolina. Las argentinitas, Sergio y yo no nos apuntamos a la tirolina, nos tomamos juntos unos refresco y nos mondamos de risa hablando de miles de cosas divertidas. Bus hasta Hidroeléctrica. Comida, llamémosla comida. Caminata después hasta Aguas Calientes. Hermoso recorrido siguiendo la vía del tren. Llegada a MachuPicchu Pueblo. Acomodación en hostel. El grupo se unió ante unas cervezas y unas pizzas. Más cervezas. Más cervezas. Reunión con el guía (Dios, tenemos guía!!!) para hablar del día siguiente, repartir los billetes del tren de regreso a Cusco,  y dar nuestra opinión sobre el trekking. Los Colombianos tienen un ‘big problem’ con la asignación de bagones en el tren. Conclusión: El trekking en sí de puta madre pero con la organización, el cuidado y atención de los participantes, un montón de quejas. Y Algunos las plasmamos en papel. Se salva que el grupo es una piña. Una pareja de brasileños (cuyos nombres no recuerdo) y Eduardo, Santiago, Sophie, Mathilda, Josep, Lu, Emi, Ame, Sergio y yo.

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Jueves 13. Madrugón no, súper madrugón. A las tres de la mañana ya estábamos haciendo cola en la parada del autobús que sube al Santuario. Llegada a MACHUPICCHU. Los primeros minutos son algo agobiantes. Me estoy meando. Supongo que una vez dentro hay urinarios. No. Me agobio. Encima nos insisten que la zona es un sitio sagrado. Me agobio más. Casi casi me meo encima. Glups. Vacio mi botella de agua y detrás de un sagrado murete, antes que la aglomeración llene el recinto, orino bien a gusto en la botellita. Problema resuelto. Ahora ya puedo disfrutar de este Patrimonio de la Humanidad. Sobrecogedor. Espectacular. La hostia. Esa maravilla que había soñado tantos años estaba delante de mi con todo su esplendor!!! Sin palabras. Vuelta a Aguascalientes. Comida. Recogida de equipajes. Paseo por el pueblo. Souvenirs. Estación. Tren y regreso a Cusco…. Ahhhh, el ‘guía’ se despidió en mitad de la visita a MachuPicchu.

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Viernes 14. Hoy decidimos tomarnos el día con calma. Visita y recorrido por la ciudad. Cusco: Patrimonio de la Humanidad. Su plaza de armas. Sus callejuelas. En una agencia contratamos una actividad para el día siguiente. Tomamos un taxi y nos fuimos a ver Sacsayhuamán (ver en Wikiloc). Ruinas arqueológicas muy interesantes a tiro de piedra de la ciudad. Comida cerca de la plaza. Cuí y Ceviche de trucha. Día relajado y tranquilo. Con las argentinitas y el catalán teníamos que haber quedado para ir de copas y marcha. Todo quedo, por el tour del día siguiente, en tomar algo apenas sin tiempo.

Sábado 15. Otro súper madrugón. A las tres ya estábamos listos. El bus nos recogió a las 4:30 a.m. El tour contratado era el trekking de un día a Rainbow Mountain (ver en Wikiloc). Llegamos, tras unas horas de carretera, a la zona de inicio de la caminata. Antes se forman varios grupos y se asignan los guías correspondientes. A nosotros nos toca uno que nos da una ‘chapa’ pseudomilitar en inglés que me río yo de las películas de Rambo. Sergio y yo, indignados, le exigimos que nos lo traduzca al castellano. Comienza la caminata. Llegados a un collado nos ofrecen la posibilidad de tomar un caballo. La charla del guía había sido tan dura sobre la ruta que Sergio y yo decidimos hacerla en cuatro patas. Yo no me arrepiento, yo me llevo bien con los equinos, y el sendero sobre este animal me permite disfrutar de las vistas. Especiales. Acojonantes. Sublimes. Los caballos te llevan hasta un punto determinado, luego hay que ir a pie. No quiero ser un exagerado pero, a esa altura (más de 4500 mts), es muy complicado caminar y respirar. El punto final es subir a una loma desde donde se ven los pliegues de la montaña de enfrente separados, por el peso de los metales, en franjas de colores diferentes. El guía nos vuelve a dar una ‘chapa’ geológica (hasta entonces ni lo habíamos visto). Absolutamente indescriptible y totalmente aconsejable. El regreso al campamento es fácil, sólo hay que deshacer los pasos realizados. Comida en la carpa del campamento. Allí, un pequeño altercado con una chica que ha tenido un accidente y los responsables ni le hacen caso. Terminada la comida, volvemos en bus a Cusco. La mil y una de la tarde/noche. Habíamos quedado con la gente de Salkantay. Imposible. A la mañana siguiente cogemos un bus de ‘Cruz del Sur’ con dirección Puno.

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Domingo 16. Toda la mañana en bus. En el asiento de delante una muchacha con la que entablo conversación. Hacemos buenas migas. Se llama Inma. Viaja sola. Vive y trabaja en Zaragoza. Es una Aragolana (un mix entre catalana y aragonesa). Majísima. A eso de las 14:30 llegamos a Puno. Yo tenía entendido que el último barco que visita las islas de los Uros zarpa a las 14:00. Nuestro gozo en un pozo. En la estación nos despedimos de Inma. Con tan mala pata que a mi se me olvida pedirle el móvil o quedar con ella para cenar, o algo así. Me quedo chafado, la verdad. Alguien nos comenta que hay barco para las islas a las 16:00 y que nos guardan las mochilas hasta el regreso. Ni lo dudamos. Tomamos billete y dejamos el equipaje. Comemos en un bar de la estación. A eso de las 16:00 salimos en un barquito dirección a las Islas de los Uros en pleno lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo. Las islas, que son totalmente artificiales, están construidas con totora, una especie de junco que se desarrolla en esas latitudes y con el que lo fabrican todo, desde muebles, utensilios y hasta la propia isla. Aunque los Uros saben más que los ratones coloraos, resulta interesante visitarlos. Regreso a tierra. Encuentro con nuestro hostel, que deja mucho que desear y pensando ya en el día siguiente.

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Lunes 17. Bien tempranito, dejamos Puno. También en bus, nos dirigimos a la población de Copacabana, en territorio boliviano. No hay mucha distancia entre Puno y Copacabana pero… hay que atravesar una frontera, con su control y todo. Y eso lleva su tiempo, su mucho tiempo. Llegamos, por fin, a la ciudad, en Bolivia, a eso de las dos de la tarde. Buscamos un hotel, ya que el que teníamos reservado por internet, no había realizado la reserva. La ciudad, bueno, ciudad ciudad, el pueblo no eran más que unas cuantas calles llenas de hotelitos/pensiones, tiendas de souverirs y bares/restaurantes. Es muy posible que en el verano del hemisferio sur se llene de turismo. Ahora, en nuestro otoño/su primavera estaba más muerto que la momia de Tutankamón. Ahhh, pero estábamos en Bolivia!!! Dejamos los equipajes en el hotelito y nos lanzamos a buscar un lugar donde comer con el Titicaca de fondo. Un chiringuito de lago. Trucha al limón, trucha rebozada, trucha a la leña, trucha a la pimienta… Vamos, que el plato estrella del lugar es la trucha, ha quedado claro. Eso sí, buenísima. Tarde de café, combinados y helados, de vueltas calle arriba y calle abajo. Siesta en el hotel y cena en otro bar de la zona. Al día siguiente, regreso a Perú.

Martes 18. A media mañana dejamos Bolivia. Volvemos a pasar la pesada frontera y, a eso de primeras horas de la tarde, llegada a Puno. Tomamos billete para Arequipa en bus nocturno de ‘Cruz del Sur’ Este día es totalmente de transito. Nada especialmente interesante.

Miércoles 19. A las 4:30 a.m. llegamos a Arequipa. Nos dirigimos a nuestro hotel. A eso de la media mañana nos vamos a conocer el centro histórico de la ciudad, Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000. Maravillosa Plaza de Armas. Allí mismo reservamos un tour ‘full day’ para visitar al día siguiente el Cañón del Colca. Llevamos ropa a la lavandería en la calle Jerusalén. Tomamos una limonada ‘frozen’ en los claustros de la Compañía. Comimos en un restaurante del los soportales de la Plaza de Armas, especializado en comida pre-inca. Comida fabulosa, cocinero un tanto pelma. Ya en la tarde, después de una siesta, volvemos a dar una vuelta por la ciudad y recoger la ropa de la lavandería… Paaaaco!!! oigo por una de las calles. Jooooder, joder y joder… Es Inma, la chavala del bus de Puno. Qué alegría!!! Vamos, que la dejamos marchar en aquel momento y ahora no pensamos abandonarla. Ella va buscando un sitio para dormir. Que mejor que nuestro hotel. Hay plazas libres. Ella se instala y nosotros dejamos la ropa lavada. Volvemos a encontrarnos para ir a cenar. Un buen lugar: Los claustros de la Compañía, donde habíamos tomado el limón. Cena magnifica. Risas e historias. Al hotel a dormir.

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Jueves 20. También, como cada vez que hay un tour, madrugón. Autobús para realizar una visita al Cañón del Colca, una de las depresiones más profundas del planeta. Nos dirigimos por la carretera 34A pasando por la Pampa de Arrieros y desviándonos por la 1SE  hasta Patahuasi, Callicalli y Chivai. En este último pueblo paramos para el desayuno. Seguimos carretera hasta Yanque y Achoma, aquí paramos para ver su iglesia y sus puestos de souvenirs. Pasamos por Maca y Pinchollo hasta llegar al mirador llamado ‘Cruz del Cóndor’. Aquí permanecemos una hora a la espera de la aparición del famoso cóndor. Se hace de rogar pero, finalmente, aparece en todo su esplendor; incluso, yo diría, que se lo sabe de memoria y se pavonea ante los turistas. La foto con el pájaro y las paredes del cañón al fondo es espectacular. Volvemos a Chivai y en sus alrededores, en los márgenes del río Colca, pasamos un buen rato en una zona de aguas termales. Allí la gente puede elegir entre baños y práctica de tirolina. Después, Chivai, tenemos la comida en un bouffet. Regresamos a Arequipa por la misma carretera de la ida, haciendo una parada en el mirador de los volcanes. Aquí se pueden ver muchos de los volcanes que rodean la ciudad. Nos llama la atención, concretamente, el llamado Sabancaya que está en erupción desde enero. Es muy aparatosa la columna de humo y gases que salen de su cráter. Volvemos a la ciudad. Después de asearnos damos una vuelta por el centro histórico con Inma, cenamos en un local de la calle Santa Catalina. Nos retiramos al hotel, estamos agotados y con ganas de descansar; no mucho más.

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Viernes 21. Mañana sin prisas. Hoy hemos decidido, ya que mañana marchamos de Arequipa a Lima en avión, a eso de la tarde/noche, y nos ha llamado poderosamente la atención el volcán Sabancaya, contratar los servicios de un 4×4 para que nos acerce lo máximo posible a ese coloso en erupción y, después, que nos acerque al aeropuerto. Salimos con Inma para desayunar y dar una vuelta por las calles de Arequipa, visitamos la Iglesia de Santa María, el Monasterio de San Francisco, el Monasterio de Santa Catalina y todos sus alrededores. Volvemos a la Plaza de Armas donde Inma ha quedado con unos compañeros, conocidos al principio de su viaje, con los que tuvo una gran conexión. Unos chavales cántabros majísimos, Alberto, Mery y Peña, con los que también nosotros conectamos y nos vamos a comer todos juntos, también nos acompaña un brasileño que está en su mismo hostel, a una picantería tradicional llamada ‘La Nueva Palomino’. Todo muy bueno menos el arroz con pato, que casualmente me pedí yo. Paseo por los alrededores hasta llegar al Mirador Portales de Yamahuara donde se puede contemplar una vista impresionante de la ciudad, con sus dos volcanes al fondo; el Misti y el Chachani. Luego regresamos al centro de la ciudad y cerca de la Plaza de Armas nos despedimos de estos encantadores chavales. Regreso a nuestro hotel y despedida de Inma. El día siguiente está lleno de actividades y ya marchamos, en la tarde/noche, a Lima.

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Sábado 22. A eso de las 7:00 nos viene a recoger el 4×4 contratado. Roberto, el chófer, es un señor muy amable que va a hacer por primera vez este recorrido con nosotros. A la caza del volcán!!! Cargamos en el auto todas nuestras pertenencias ya que, al finalizar, nos dejará en el Aeropuerto ‘Internacional’ Alfredo Rodríguez de Arequipa. El trayecto inicial es el mismo que realizamos para ir al Cañón del Colca. La diferencia está que, una vez pasado el mirador de los volcanes, nos desviamos por la izquierda, tomando caminos de tierra y arena, en dirección al ansiado volcán, que cada vez nos enseña su columna de gases mucho más cerca. Nosotros, como niños chicos. Roberto, entusiasmado. Por fin, tras algunas horas de desierto, páramos llenos de llamas y alpacas, algún pastor que otro, un pequeño cementerio y una hacienda para labores pastoriles, nos encontramos al final de una empinada pista arenosa, junto a un cerro dominado por una torre llena de artilúgios electrónicos enfocados hacia la gran fumalora. En auto este es el final del recorrido. Frente a nosotros, a no más, diría yo, de uno o dos kilometros, tenemos majestuosos a dos grandes volcanes, el Ampato y el humeante Sabancaya. Una parada para admirar de cerca esta enorme maravilla, tomar unos sandwiches y lamentar, por la hora, no haber madrugado más para poder hacer una caminata y acercarnos mucho más a estos colosos. Regreso a Arequipa. Llegada pasada la media tarde. Ya, directamente, en el aeropuerto. Con tiempo suficiente para tomar nuestro vuelo. La salida, al final, se anuncia con una hora de retraso, nos hace llegar a Lima a eso de la media noche. En el ‘hotel’ nos presentamos cerca de la 1:00 a.m. Tiempo únicamente suficiente para tumbarnos y dormitar hasta la mañana para tomar el bus que nos lleva a Nasca.

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Domingo 23. Muy, muy temprano, con una Lima lluviosa. Terminal terrestre de Cruz del Sur. Bus en dirección Nasca. Ahora podemos descansar algunas horas. Llegada a Nasca a eso de las 02:00 p.m. Antes de ir a nuestro hotel, cargados de nuestras mochilas, buscamos una oficina de AeroParacas para reservar el vuelo en avioneta de las líneas. Allí nos encontramos con Silvia Tortosa, otra mochilera que está haciendo lo mismo que nosotros. Casualmente, ella es también española y además de Alicante, más concretamente de Cocentaina. El mundo en un pañuelo, ya ves. Nosotros no sólo contratamos el sobrevuelo de las líneas para la mañana siguiente, también nos apuntamos a una actividad por la tarde en boogie para visitar algunos lugares interesantes y recorrer las dunas de este gran desierto. Silvia, que no tiene reserva de hotel, se viene con nosotros al nuestro. Vamos a comer a una pollería, en la Plaza de Armas. Siesta por la tarde. Paseos por los alrededores. Nasca no es un lugar como para perderse. Cena y vuelta al hotel. El día siguiente se presenta interesante.

Lunes 24. Tenían que habernos recogido a eso de las 07:00 a.m. pero avisan que, por la bruma, pasarán sobre las 08:00. Hay tiempo suficiente para desayunar en un bar cercano al hotel. A la hora indicada nos recogen. En el aeródromo de Nasca estamos preparando papeles para el vuelo, esperando hasta que se den las condiciones adecuadas y los organizadores nos adjudiquen las avionetas correspondientes. Pasan algunas horas. Por fin, tenemos avioneta. Sergio y yo volaremos junto al piloto, copiloto y tres personas más. El aparato es pequeño, muy pequeño. Nos ajustamos los cinturones y nos colocamos los cascos. El copiloto nos da indicaciones del comportamiento que debemos tener en esa aeronave tan pequeña; nada de movimientos bruscos y atención a todas las indicaciones de la tripulación. Todo es perfecto. El día se ha despejado totalmente y… las líneas no esperan desde lo alto. Comienza el vuelo, estamos por encima del desierto. La nave nos acerca hasta las líneas, les da varias pasadas, por la izquierda, por la derecha, el copiloto nos va explicando en cada pasada la mejor manera de contemplarla. Genial. Allí están ante nosotros… la ballena, los trapecios, el astronauta, el cóndor, el perro, el mono, el colibrí. el loro, la espiral, la araña, el alcatraz, el papagayo, el lagarto, el árbol, las manos… A-lu-ci-nan-te. ¿Y hay gente que dice que no se ve nada? Pues yo las he visto tan claramente que, siceramente, bajé del avión emocionado, con los ojos vidriosos… y dándole al copiloto las gracias y un gran abrazo. Por unos minutos, Sergio y yo, nos quedamos impactados. Una de las experiencias más bonitas de mi vida. Los organizadores nos volvieron a dejar en el centro de Nasca. Comida en la Plaza de Armas. Vuelta al hotel, un poco de descanso y… esperar la recogida de las 14:30 para la segunda actividad del día. A la hora en punto vienen por nosotros. Vamos en boogie con un grupo de unas doce personas por caminos terregosos en busca de diversos puntos de interés. Nos muestran unos acueductos que construían los nativos, unas plantaciones de chumberas para las fabricaciones de tintes y productos de belleza, unas ruinas arqueológicas aún en pleno trabajo de investigación y un gran cementerio con restos humanos y miles de huesos. Después nos dirigimos a la gran duna, en la que realizamos con el boogie subidas y descensos por la arena, así como deslizamientos con tabla de surf. Divertidísimo. Ya en la puesta de sol, regreso a Nasca. Un día muy completo e impactacte. Cena en Nasca y regreso al hotel.

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Martes 25. Sin prisa nos hemos levantado en este día. Hemos desayunado tranquilamente y, a eso de las 10:00 a.m., nos hemos dirigido a la terminal terrestre de Nasca para tomar el bus de Cruz del Sur que nos volverá a llevar a Lima. Llegada a la capital a eso de la media tarde. Taxi hasta el hotel. Esta vez hemos reservado un alojamiento de algo más de calidad en el centro de Miraflores, al lado del Parque Central, para pasar estos últimos tres días en Perú. Antes de la cena, damos una vuelta por los alrededores. Hay, al menos, tres cosas que queremos hacer antes de dejar el país, tomar un buen ceviche en un gran restaurante, visitar las islas Palomino y nadar con lobos marinos y hacernos un tatuaje. Lo de las islas lo hemos reservado para mañana miércoles. En esa vuelta que estamos dando antes de cenar, hemos encontrado un tatuador cerca del hotel. Hemos concretado cita y precio para el jueves. Lo del ceviche también quedará para el jueves. Cenamos en un burguer en la misma Plaza Central de Miraflores.

Miércoles 26. Tenemos que estar en la Plaza de Miguel Grau, en Callao, a eso de las 10:30 a.m. Desayunamos con tranquilidad en el hotel y comenzamos a caminar en dirección al mar. Seguimos la línea de la costa. Lima es una gran ciudad, enorme, compuesta de distritos que son en sí mismos ciudades. Llegado un punto en nuestra caminata, tomamos un taxi que nos deja en Callao. Esperamos en la Plaza de Miguel Grau, junto al encargado de esta excursión, a que todos los componentes llegaran. Subimos al barco y zarpamos en dirección a la Isla San Lorenzo, la más grande de este archipiélago, centro militar donde está prohibido el desembarco de civiles. La rodeamos, pasando por delante de otra de ellas, El Frontón. Tras San Lorenzo se encuentran las islas más pequeñas, Cavinzas Island y Palomino, nuestro destino. A media que nos acercamos  los berridos se hacen más y más fuertes. Allí están, sobre esas enormes piedras, en un mar azul oscuro, cientos y cientos, miles de focas, lobos marinos. Wowwww… es increíble!!! El barco se detiene frente a ellas. Aquellos que deseamos nadar con ellas nos colocamos los neoprenos y, acompañados por un chaval jovencito, el lifeguard, nos lanzamos al mar. El agua está a unos 16º (+/-) y las focas comienzan a rodearnos, a berrear a nuestro lado, a saltar, a tocarnos con sus curiosos hocicos. La experiencia es brutal. Veinte minutos rodeados de estos animales y volvemos al barco, nos cambiamos de ropa y tomamos un pequeño refrigerio. De los 16 excursionistas sólo nos hemos lanzado al agua 8, el resto sigue en el barco con cara de pocos amigos, mareados y, algunos, vomitando. Vuelta al puerto. Sergio y yo, como auténticos niños chicos. Nuestras enormes sonrisas contrastan con las caras agrias de algunos. Una vez en tierra, son algo más de las 16:00, comemos algo en un bar de Callao y cogemos taxi hasta Miraflores. Llegamos al hotel, estamos realmente cansados, el sol ha dado de lleno en nuestras cabezas, acabamos de comer y sólo nos apetece descansar. Sabíamos que Josep  Manel, del grupo Salkantay, estaba en Lima y habíamos quedado con él en cenar ceviche por Miraflores. Josep nos manda foto por wsspp y está esperándonos. Declinamos la cita; estamos muertos. Apenas si cenamos y nos acostamos hasta el día siguiente.

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Jueves 27. Día tranquilo. Sin prisa. Desayuno en el hotel. Paseo por Miraflores y caminata hacia la zona de la Plaza de Armas de Lima. La caminata se puede hacer eterna, las distancias aquí son interminables. Tomamos finalmente un taxi que nos deja en la misma plaza. Un paseo por los alrededores de la Catedral, El Palacio de Gobierno, Parroquia del Sagrario, Iglesia de la Merced, etc…  Volvemos a Miraflores. Nos hacemos los tatuajes (la caña de España!!!) y, a eso de las 14:00, nos vamos a comer un pedazo de ceviche que se ‘caga la perra’ en un sitio de moda. Tarde tranquila, preparando equipajes y tal, cena ligera y a dormir… A eso de las 22:30 un terremoto de escala 5,2… vamos, para que no le falte nada a este viaje!!!

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Viernes 28. Josep, que también regresa a España hoy, viene hasta nuestro hotel para estar juntos en todo el proceso de ir al aeropuerto, facturar y tal. Desayunamos juntos en la cafetería Haití de Miraflores. Tomamos un taxi para el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. Tiempos de espera. Eternos. Sergio es el primero que parte para R.D. al mediodía. Josep y yo todavía tenemos algunas horas. Él sale a eso de la media tarde y un par de horas después despega mi avión. Adiós Perú.

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Sábado 29. Llegada a Gatwick (London). Me quedan unas cuantas horas de espera y… me tiene que pasar de todo. Sin problema, me aclaro con lo del cambio de terminal. Accedo al control policial y las puertas de embarque. Y cuando ya estoy listo para, 5 horas después, tomar mi avión… me doy cuenta que he perdido mi tarjeta de embarque. Dios, cómo voy a hacerme entender con estos ingleses, cuando yo no hablo ni papa su idioma?… Bueno, finalmente, y después de mil peripecias, consigo que alguien de la British Airwais me traiga una nueva tarjeta… Por fin mi avión sale con destino Madrid. Llego a Madrid a las 00:30 del domingo.

Domingo 30. A esta hora el Aeropuerto Adolfo Suarez – Madrid Barajas no tiene apenas movimiento. Mi vuelo saldrá a las 07:30 de la mañana por lo que debo esperas todas esas horas hasta partir hacia Alicante. Estoy muerto. Durmiendo en el suelo de la T2, junto a mucha gente que también espera como yo. Por fin despega mi avión y llego a mi casa a eso de las 9:00 horas.