2021-05-19 BENIALÍ-BENISSIVÁ-BENITAIA-COVA MORAGUES-PINTURAS RUPESTRES

Benialí-Benissivá-Benitaia-Cova Moragues-Pinturas Rupestres en Wikiloc.

En este caluroso miércoles de mayo, el grupo, formado por Salva, Fuen, Carol y yo, nos hemos dirigido al Valle de Gallinera, conocido, entre otras muchas cosas, por el cultivo de la cereza de la montaña de Alicante, producto que tiene Indicación Geográfica Protegida.

La Vall de Gallinera es un municipio, al norte de la provincia, en la comarca de la Marina Alta. Esta depresión está rodeada por las sierras del Almirante, de la Albureca y la Foradada y en ella nace y discurre el río Gallinera.

Son ocho los núcleos urbanos que conforman este municipio: Benirrama, Benialí, Benissivá, Benitaia, La Carroja, Alpatró, Llombai y Benisili.

Hemos entrado al valle y hemos dejado los autos en Benialí, lugar desde donde partirá nuestro recorrido.

Una de las razones de haber elegido esta zona de la provincia para caminar es que, en estos días, se ha comenzado la recolección de la cereza y nos apetecía ver los campos cubiertos de rojo y verde.

Por entre caminos, pista y calles, hemos llegado a otro de los pueblos Benitaia. Tomamos la subida cementada que llega al Convento de San Andrés y continua hasta el Vidre, todo ello entre grandes plantaciones de cerezos, naranjos, olivos, nísperos y otros frutales.

Queremos llegar hasta la Cova de Moragues mientras alucinamos con el paisaje.

No vamos a negar que algún picoteo de fruta hemos hecho; estaba diciendo ‘cómeme’.

Llegamos a la cueva, en la que brota una pequeña fuente.

Volvemos sobre nuestros pasos para encontrarnos, de nuevo, con los pueblos del valle.

Entramos a Benissivá, por entre sus calles, su iglesia de la Vall de Gallinera y sus rincones, tomamos el camino, ahora hacia el norte, que nos devuelve a Benialí y al sendero que conduce a las pinturas rupestres de la zona.

Pasamos el puente que cruza el río Gallinera y ascendemos por un empedrado sendero que, a veces cómodo, otras complicado, nos lleva hasta el abrigo donde se encuentran las pinturas.

Este abrigo está considerado por los técnicos como de gran valor e importancia. En él, quedan representadas los tres estilos pictóricos Prehistóricos, arte Esquemático, arte Levantino, arte Macroesquemático.

Tratándose de unos de los pocos abrigos que se conocen de este estilo, destacando unas figuras que alzan los brazos en posición de orantes, y que algunos técnicos han identificado con las espigas del trigo que los primeros pobladores neolíticos trajeron a estas tierras hará ahora, unos 7000 años.

Después de llegar hasta las pinturas y admirarlas, después de caminar por este valle de una riqueza y belleza espectacular, después de todo esto comenzamos el regreso al pueblo donde tenemos los coches.

Antes, hacemos una parada en uno de sus restaurantes, donde habíamos reservado previamente, y comemos.

Regresamos a Alicante, aunque antes hacemos una parada en Alpatró (otro de los pueblos) y compramos unos cuantos kilos de cerezas.

Valoración: 4****

Recomendable: Absolutamente recomendable. El valle, una pasado de belleza y las pinturas rupestres alucinantes. Han sido 8,50 kilómetros, un desnivel de 450 metros y hecho todo sin prisa pero sin pausa. La compañía de lujo.