Hoy será, espero, algo más tranquilo que el día de ayer.
Salgo a desayunar a una cafetería cercana, vuelvo a la habitación y, después del aseo pertinente, me dirijo en coche por la carretera de Santa Ana hasta el parking del monasterio homónimo.
Monasterio y Sierra de Santa Ana.
Desde aquí inicio una caminata que me lleva a la aldea, al templo y, por pista (GR251), por los alrededores de la sierra de Santa Ana.
A mi paso me encuentro con las fuentes de Santa Ana la Vieja, la de la Jarra y la de la Buitrera.
En esta última hago una parada para refrescarme y comer algo e inicio el regreso al punto de partida.
A la llegada al parking y zona recreativa vuelvo a tomar un respiro para disfrutar del entorno.
Regreso al hotel, una ducha rápida, cambio de ropa y… salgo a buscar un lugar para comer.
En los alrededores del mercado de abastos encuentro un restaurante donde tomar un rico menú del día.
Vuelvo al alojamiento, un rato relajado escribiendo y, a eso de las 17:00, salgo para hacer una visita al Museo Arqueológico.
Museo Arqueológico Jerónimo Molina.
Pinchar para visitar el Museo.
Está ubicado en el Palacio del Concejo, consta de tres plantas bien diferenciadas, dedicadas al Paleolítico-Edad del Hierro, al Mundo Ibérico y al Imperio Romano.
Una gran colección de piezas en cada una de sus plantas que merece la pena ser visitado.
Después, hago un recorrido por la ciudad, ya es de noche y Jumilla tiene otro encanto caminando por sus calles.
Para finalizar la jornada hago una parada en un bar, tomo un picoteo a modo de cena y me dirijo al alojamiento. Es la última noche en Jumilla y preparo mi equipaje para el día siguiente. Me espera Yecla y confío que me sorprenda tanto como esta ciudad.
Jumilla es tierra de vinos y… de mucho más.