Dejo Jumilla, después del desayuno, y me encamino a Yecla, la segunda población de la Comarca del Altiplano.
A ver qué me espera en esta otra ciudad murciana. Por lo pronto la mañana es mucho más fría que los días anteriores, muy nubosa y con una niebla espesa.
Al llegar a Yecla aparco el coche en la calle San Fernando, en el parking de la piscina cubierta municipal. Desde este punto inicio una ruta por las sendas de los Castillarejos.
Historia de la ciudad.
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Castillarejos, Santuario Virgen del Castillo, Yacimiento.
Comienzo a caminar dando un gran rodeo al inmenso campo de tiro de la población, una grandísima extensión de terreno, vallado y con multitud de carteles de aviso y prohibición.
Tomo la senda que asciende a la cumbre de Castillarejos. Después de un rato, no mucho, la verdad, que el día está fresquillo, tomo el camino de regreso, deshago mis pasos hasta un cruce de sendas (una de las muchas que hay en estos cerros).
Después de 1’5 kilómetros rodeando la sierra, en dirección norte, llego hasta la carretera , paso al otro lado y, por pista primero, por asfalto después, tomo la subida al Cerro del Castillo.
Un ascenso algo toca huevos, todo hay que decirlo, pero al llegar me esperan algunos puntos de interés de esta caminata (eso creo).
El Santuario de la Virgen del Castillo, el Yacimiento Árabe de Hins Yakka y el vértice geodésico.
Bueno, después de la subida toca pelotas… Vas al mar y no tiene agua!!!… Sólo se puede visitar el santuario de la Virgen, los otros dos puntos (para mi, los más interesantes) no está permitido el acceso debido a unas obras de remodelación y de reforma que se están efectuando (además, el vértice se encuentra dentro del espacio del yacimiento).
Vuelvo sobre mis pasos, bajo esa carretera asfaltada que subí minutos antes y, en un desvío, a mano izquierda, entro en un espacio/parque/zona recreativa, llena de pasarelas y miradores que conectan ese cerro con la ciudad, convirtiendo esa ladera norte del cerro en un lugar con mucho encanto que llaman Senda Azul Yecla Valora.
Después de un gran paseo por ese parque, comienzo el regreso al auto. Llego hasta los alrededores del cementerio municipal y pocos metros después al parking de la piscina cubierta y al coche.
Aún es pronto para hacer el check-in en el alojamiento que he reservado, así que decido buscar un restaurante para comer.
Recuerdo, de otras veces que he estado por la zona, el restaurante Sierra de Cazorla, junto a la carretera RM425, y me gustó su trato y sus comidas. Allí me dirijo y, tal y como lo recordaba, todo perfecto.
Ahora ya sí, tomo dirección al alojamiento, una casa rural a las afueras de Yecla (a 1’5 kms */-).
No queriendo entrar en muchos detalles, la finca, ya de entrada, me decepciona, hago el check-in y… en ese mismo momento, hablo con los dueños (dos holandeses súper simpáticos) y les digo que de las dos noches que tengo reservadas, sólo me quedaré una.
La habitación es muy pequeña, sin armario, sin un escritorio, sin televisor y (lo más imprescindible para mi) sin baño!!! Horrible!!! Sobre todo si lo comparo con la maravilla del hotel de Jumilla. Ahora sí tengo claro que sólo estaré una noche.
Apenas si deshago el equipaje, hago un cambio de ropa, algo de aseo, en un baño que está al otro lado de la casa, y salgo ‘pitando’ con el coche para dar una vuelta por la ciudad.
Recorrido urbano.
Dejo el coche en la calle Perales, junto a la Iglesia de San Francisco, y recorro las calles del centro…
Yecla está vacía, solitaria y fría… Paso por la Iglesia de San Roque, por la Ermita de Santa Bárbara, por la Iglesia Vieja de la Asunción del Salvador, el Arco de los Reyes Católicos, por la Plaza Mayor, el Ayuntamiento, la Iglesia Parroquial del Niño Jesús, Plaza de España, Basílica de la Purísima, Parque de la Constitución y a la calle Perales y al auto.
Antes de volver al alojamiento, paso por un Mercadona para hacer una compra, algo para cenar.
La verdad, el día en Yecla me ha decepcionado y la finca rural me parece la casa de los horrores.
Sólo tengo ganas de entrar en mi ‘habitación’, dormir y salir ‘pitando’, al día siguiente, de allí.