Para este jueves de diciembre, fecha entre dos festivos, y a pesar de poder encontrarme con medio mundo en mi caminata, he decidido realizar una ruta cercana y cómoda.
Me encamino a la zona de las ‘Casetes de Meleja’, a las afueras de la población de Santa Pola, lugar donde dejo aparcado mi auto e inicio el itinerario previsto.
Desde el depósito de agua tomo la pista ‘Camí del Far’ (PR-CV 61) y a los pocos metros me dirijo, a mano izquierda y por sendero, hacia la carretera del faro.
Atravieso el ‘Barranco de Lillo’ y, unos cien metros antes de llegar al asfalto, cojo un desvío, a la derecha, que llaman ‘Senda del Conejo’.
Este camino culebrea hasta llegar a la zona de la ‘Casa de la Pinada’, una importante casa de campo, ahora totalmente en ruinas.
Desde aquí, me dirijo por camino paralelo a la carretera del faro para llegar, por la derecha, a una de las pistas que conecta con el ‘Camí del Far’ (PR-CV 61), pasando, antes, por el ‘Aljub del Tío Manyo’.
Después de unos 400 metros de pista en dirección este, tomo un desvío a la derecha, hacia el sur, que me lleva al ‘Camí de la Torre’ y, 700 metros más allá, a la ‘Senda de Roberto Castro’.
Continúo en dirección sur, por pista, para llegar a la ‘Torre Escaletes’, una de las 26 torres vigías de la costa alicantina; ésta en concreto construida entre los siglos XV y XVI.
Comienza, desde aquí, el regreso al punto de inicio.
Tomo ahora la pista cementada, hacia el oeste durante 300 metros, para incorporarme por la derecha a la ‘Senda de la Torre’ que, en dirección norte/noroeste, me lleva al paraje de la ‘Foia Roja’, a la PR-CV 61, al depósito de agua y al coche.
Vuelvo a casa.
Valoración: 2**
Recomendable: Eso, siempre. Ha sido una caminata de 12 kilómetros, con muy poco desnivel, hechos en tiempo más que aceptable y en una mañana despejada, fresca y agradable.
Para este primer día de diciembre la ruta seleccionada es una novedad para todo el grupo, compuesto en esta ocasión por Óscar, Pedro, Reme, Paco, Jesús y yo.
Nos hemos dirigido a las afueras de la población de Banyeres de Mariola, concretamente al paraje del Molino de la Umbría; aquí da comienzo nuestra caminata por la ruta de los Molinos y el camino de los Miradores.
Desde el parking del área recreativa tomamos dirección noreste, ascendiendo suavemente el río Vinalopó por su margen derecho, para visitar, por senda (PR-CV 313), un antiguo horno de cal y, más adelante, un balsa que recoge las aguas de la Acequia del Reg.
En todo momento el protagonista es el Vinalopó, con sus saltos y sus rincones de abundante vegetación.
Estas aguas canalizadas van a parar al Vinalopó en el lugar donde hay un azud y un salto de agua.
Deshacemos nuestros pasos unos cientos de metros, pasamos un tosco puente y recorremos el área recreativa, ahora por el margen izquierdo, donde podemos contemplar las zonas de acampada y sus instalaciones para el picnic.
Un lugar cercano a Banyeres, en plena naturaleza, que merece la pena visitar, ya sea verano o invierno; realmente hermoso.
Después de todo este recorrido, comenzamos ahora, y tomando una senda junto al área recreativa, una pequeña caminata en ascenso, en dirección sur/suroeste, que nos llevará por el llamado ‘Camí de los miradores’.
Antes de llegar a una de las primeras atalayas, nos encontramos con una hermosa cueva.
Seguimos subiendo por pista (PR-CV 4) hasta llegar a un cruce de sendas.
En este punto, erróneamente, tomamos el ramal derecho, con lo que reducimos nuestra caminata en algo más de dos kilómetros.
Tendríamos que haber cogido el ramal derecho y haber llegado hastaotro mirador yla Font de la Mata pero nuestro despiste nos hace llegar mucho antes a la Font del Teularet de Roc (que también estaba en nuestros planes).
La senda nos conduce, en suave descenso, hasta una gran balsa, cercana a fincas de cultivo, y continuando la bajada llegamos hasta la Font y el Molí de l’Umbría.
Acompañamos al río por su margen izquierdo, una estrecha senda que nos muestra pozas y saltos de agua rodeados de abundante vegetación, para el regocijo de más de un senderista.
Rincones de una belleza sublime.
Llegamos al final del área recreativa, pasamos al otro lado del camino asfaltado (el que conduce hasta la peña ‘La Blasca’) y comenzamos el último tramo de la ruta de los Molinos.
Siempre, en todo momento, el Vinalopó es el máximo protagonista.
La primera de las construcciones que nos encontramos es la del Molí Sol, con su elevada chimenea y su enorme balsa de aguas cristalinas.
Continuamos nuestra senda para llegar al Molí Pont, otra descomunal edificación con su gran chimenea, que da muestra de la importancia que tuvo la industria del papel en estos parajes.
Por debajo del puente llegamos al tercer molino, este algo más pequeño, aunque igual de importante; el Molí l’Espenta.
Comienza ahora el regreso al parking, desandamos nuestro camino, volvemos a pasar por estos tres molinos, por sus maravillosas arboledas y la gran balsa. Todo ello acompañados por el sonido del viento agitando las ramas y la música de las aguas correteando.
Llegamos hasta el aparcamiento del Molí de l’Umbría y a los autos.
Regresamos a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Han sido casi 8 kilómetros, con un desnivel que no ha superado los 150 metros, en una caminata llena de puntos de interés, una jornada espléndida, aunque nublada, y una compañía de lujo.
En este frío y despejado viernes de noviembre me dirijo por la autovía A7 a la población de Muro de Alcoy desviándome después por la CV-705, pasando por Gaianes y llegando hasta Beniarrés.
Es en esta localidad, a la altura del cementerio municipal, donde da comienzo la caminata de esta jornada.
Una ruta realmente sencilla, ida y vuelta por el mismo sitio, que me llevará hasta el embalse de Beniarrés y su presa, ofreciendo en el recorrido unas hermosas vistas y panorámicas.
Recorro la presa y, al otro lado del embalse, tomo el camino que desciende suavemente hasta el río Serpis, continúo siguiendo el curso del río, en dirección norte/noreste, hasta el Molí de Ros, el área recreativa y el inicio del Barranco de la Encantada.
En esta zona hay una subida, por un estrecho camino, que conduce al Alto de Senabre.
En su inicio han colocado un cartel que advierte que ‘L’Ajuntament no es fa responsable de possibles accidents’, por lo que, y viendo que es un sendero angosto y pedregoso, da un poco de ‘canguele’ ( 😮 ).
Aún así, yo comienzo el ascenso, procuro ir con calma, con mucho cuidado y asegurando el paso pero…
cuando llevo caminados unos 200 metros oigo unos ‘ronquidos’ muy cerca de mi, entre la vegetación, y lo primero que pienso es que puede que algún jabalí esté cerca, por lo que, sinceramente, no pienso darle opción al animal de encontrarse conmigo… desciendo y vuelvo al camino inicial.
Ahora hago una parada en la entrada al Barranco de la Encantada, una zona rocosa donde se ha preparado artificialmente, en los tiempos de lluvia, la canalización del agua.
Después del descanso comienzo el retorno. Como ya he comentado, se hace por el mismo sitio que la ida. Vuelvo a pasar por los mismos lugares, por el Molí de Ros, por la ribera del río, por la presa y por la carretera que lleva al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Sí, claro, por supuesto. Han sido sólo unos 9’4 kilómetros, con un desnivel que no ha superado los 200 metros y hecho todo con mucha tranquilidad, disfrutando de la mañana y en un tiempo más que correcto.
Al contrario que en días anteriores, las temperaturas de hoy están algo más acordes con el otoño, aunque no hay que hacerse muchas ilusiones; siempre pueden volver a ser primaverales.
Para este martes de noviembre la caminata elegida es una de las clásicas en esta estación del año. Paco, Jesús, Óscar, Elena, Pedro, Reme, Raúl y yo, nos hemos dirigido hasta Alcoy, concretamente al santuario de la Font Roja donde realizaremos un itinerario por el Parque Natural del Carrascal de la Font Roja.
Dejamos el auto en el parking del santuario y, como novedad, iniciamos nuestra caminata por la senda de la ladera norte de la sierra, en dirección a las fuentes ‘Dels Xops’ y ‘Del Rossinyol’, tomando después, hacia el oeste, el camino del ‘Barranc de l’Infern’ y ascendiendo por la zona de ‘El Cremat’ para llegar a la ‘Cova del Carlista’.
FONT DELS XOPSFONT DEL ROSSINYOL
Esta parte del camino, que para la gran mayoría de nosotros es una novedad, nos sorprende regalándonos la maravillosa combinación de los colores otoñales.
BARRANC DE L’INFERNCOVA DEL CARLISTA
A los 400 metros nos incorporamos, en el área del ‘Pla dels Galers’, a la GR7 , pista clásica en el itinerario de este parque.
Por ella, y en dirección suroeste, llegaremos al ‘Mirador de Pilatos’ donde podemos admirar las maravillosas vistas que ofrece la ‘Foia d’Alcoi’.
Continuamos ascendiendo por la pista para llegar al ‘Mas de Tetuán’, aunque a los pocos metros, y como novedad, accedemos a esta masía por un ramal, a mano derecha, que nos lleva a su fuente homónima.
Una parada en la zona recreativa para el refresco y la contemplación de esta finca y su tejo centenario, árbol emblemático en la zona.
En el cruce de caminos que hay junto al ‘Mas de Tetuán’ tomamos la pista (PR-CV 160) que asciende, en dirección este, llegando a la ‘Cava Coloma’ y, seguidamente, hasta el depósito contra incendios.
Llegados a este punto, Raúl, Paco y yo preferimos esperar al grupo, que decide continuar… Un último ascenso hasta la caseta forestal, el mirador y la cumbre del ‘Menejador’, con su vértice geodésico (1356 msnm.)
Ellos realizan una nueva parada y las ya típicas fotos en la cima.
Comienzan el descenso, se unen al resto e iniciamos el regreso al punto de partida.
Tomamos una pista que, en dirección noreste/norte, nos adentra en pleno carrascal de la sierra, lugar donde estallan los colores del otoño y convierte este recorrido en una explosión de sensaciones.
Accedemos a una de las pistas principales, por donde pasa la GR7, llegamos hasta un mirador, el de ‘La Mina’, con sus hornos de leña y de cal, seguimos camino del santuario, pasamos por la ‘Cova Gelada’, la zona recreativa y, por fin, al estacionamiento y al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Naturalmente que sí. Han sido algo más de 10 kilómetros, con un desnivel de 500 metros, hechos en un tiempo más que correcto, en un día más que agradable y con una compañía más que increíble.
En esta luminosa mañana de veroño, el grupo de caminantes está compuesto por Raúl, Óscar, Jesús, Paco, Reme, Pedro y yo. Nos ha parecido interesante realizar una ruta por las sierras del Cuartel y la Llibrería y visitar algunos rincones especiales de estos parajes.
En la autopista A7 cogemos la salida 464 (Ibi-Polígono l’Alfaç), al llegar a la rotonda tomamos la tercera salida (vía de servicio), circulamos durante 2’2 kilómetros en paralelo a la autovía, hasta la bifurcación (stop), aquí seguimos por el ramal de la derecha (esto ya corresponde a la PR-CV 112) y 1’5 kilómetros después llegamos a las Antenas de Villalobos, lugar donde dejamos el vehículo y damos comienzo a la caminata de este soleado martes de noviembre.
Termina en este punto el asfalto y comienza la pista (PR-CV 112 – Assegador del Camí Vell de Xixona) que nosotros seguimos en ascenso hasta llegar al ‘Collado del Cuartel’, en plena sierra homónima.
Aquí (un claro cruce de caminos) tomamos la pista de la derecha que nos llevará, durante 200 metros, en un importante ascenso, hasta el vértice geodésico, Cuartel (1037 m.s.n.m.).
Momento ideal para disfrutar de las vistas, pequeño descanso y las fotos de rigor.
Deshacemos nuestros pasos hasta el collado (200 metros de bajada tocahuevos) y seguimos ahora por la PR-CV112 en dirección sureste hasta llegar a la zona recreativa de la ‘Font de Vivens’, con su hermoso pinar, sus mesas, sus bancos y el refugio.
También en dirección sureste tomamos una pista, por momentos en zigzag, que nos lleva por otra de las sierras, la de la Llibrería, y ascendiendo nos hará llegar hasta el Alt de la Martina (1085 msnm), un collado de montaña con su caseta de vigilancia desde donde se pueden admirar las panorámicas de las sierras de los alrededores.
Comienza ahora el regreso al punto de partida, descendemos, en dirección noreste, por pista durante casi un kilómetro hasta llegar a la PR-CV112, en un cruce de caminos.
Seguimos por esta pista, dirección noroeste, hasta llegar al cruce que nos llevó al área recreativa de la ‘Font de Vivens’, nosotros seguimos rectos y ahora en ascenso, llegamos al Collado del Cuartel.
Ya sólo nos queda deshacer el camino del inicio y encontrarnos en las Antenas de Villalobos y con el auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto que sí. Han sido cerca de 10 kilómetros, con un desnivel de 460 metros, hechos en un buen tiempo, un día magnífico, unas grandes vistas y una compañía de lujo.
La ruta de este lunes es la que tenía pensado hacer el viernes pasado; circunstancias X la han pospuesto para el día de hoy.
Me he dirigido a la ‘Font de la Carrasca’, en el término municipal de Castalla, y, desde este punto, he comenzado mi caminata, un recorrido por la zona norte de la sierra de la Argueña visitando algunos puntos de interés hasta llegar a su vértice geodésico, Replana, con sus 1229 msnm.
Dejo el auto a pocos metros de la fuente, donde también se encuentra un depósito contra incendios. Tomo un sendero que sube hasta una pista que conduce al ‘Mas del Carrascal’, una gran y hermosa finca, cuidada hasta el extremo.
Cuando llevo un kilómetro andado cojo el ramal, a mano izquierda, que me conduce por el ‘Camino de la Replana’ hasta el ‘Collado de las Hermosas’.
Antes, a unos 400 metros, a mano derecha, tomo un desvío hasta el ‘Pou de Neu del Carrascal’.
Una cava de nieve muy reformada y cuidada, una de las más bellas de la provincia.
Deshago mis pasos, vuelvo a la pista y sigo, en ascenso, hasta el ‘Collado de las Hermosas’. Un pequeño descanso para continuar en un nuevo ascenso, éste algo más difícil, que me lleva hasta la parte alta de la sierra.
En un punto concreto la subida da lugar a una pista sin mucho desnivel que me dirige al vértice de la sierra (Replana). Aquí, en la cumbre, a 1229 m.s.n.m., un momento de descanso, algo de bebida, de comida y las ya habituales fotos.
Comienzo ahora el regreso; sólo tengo que desandar lo caminado, volver al ‘Collado de las Hermosas’, a la pista que lleva al pozo de nieve y al ‘Mas del Carrascal’.
En este punto vuelvo a la ‘Font de la Carrasca’ y al auto pero lo hago dando un rodeo, por la cara norte del cerro ‘Cabezo de la Paella’.
Llegada a la zona del depósito contra incendios, a la fuente y… al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente recomendable. Han sido algo más de 8 kilómetros, con un desnivel de 400 metros, hechos en un tiempo más que aceptable, una mañana espléndida y unas vistas de escándalo.
Para este martes de noviembre vamos a realizar una caminata por el oeste de la provincia, en las proximidades de la localidad de Pinoso, ya lindando con la Región de Murcia.
En esta ocasión el grupo está compuesto por Reme, Pedro, Óscar, Jesús, Paco, Raúl y yo, y nos dirigimos a la población de Pinoso para efectuar una ruta por la sierra de Centeneras, visitar su vértice geodésico y algunos de sus puntos de interés, así como un recorrido por sus alrededores para admirar sus ‘cucos‘ y ‘ribazos‘.
A la entrada del pueblo, en la rotonda, tomamos la carretera CV-836, la que une Pinoso con Yecla, y en el km 4’2 cogemos el ramal asfaltado de la derecha y, 600 metros después, en un claro del camino (de Lel) dejamos los autos; aquí da comienzo nuestro itinerario.
CUCO DEL TÍO BLANES
Justa enfrente de nuestros vehículos ya se encuentra el primero de los cucos (el llamado del ‘Tío Blanes’).
En la zona se llaman ‘cucos‘ a estas pequeñas construcciones que sirven de refugio eventual a pastores trashumantes, ideados para resguardarse de eventuales tormentas en pleno campo, o a los realizados por los propios lugareños, con el mismo fin, para sus labores agrícolas. Todos ellos construidos con la técnica de la ‘piedra seca’.
Seguimos en dirección a Lel (es una de las diez pedanías de Pinoso) y a muy pocos metros tomamos un ramal, a mano derecha y en dirección este, que nos conduce a la Casa de Rua y a la pista Volta Rodada; en todo este recorrido encontramos múltiples muestras de ‘ribazos‘.
Se llaman ‘ribazos‘ a los muros de contención, construidos para limitar y controlar los desniveles en parcelas y terrenos; también hechos con el procedimiento de la ‘piedra seca’ (el conocimiento y técnica del arte de construir muros en piedra seca es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, desde el año 2018).
RIBAZOSRIBAZOS
Llegamos a un cruce, tomamos, por la izquierda, el camino ‘Vereda de la Cova’ que nos conduce directamente hasta las faldas, en su cara sur, de la sierra de Centeneras.
Esta sierra no es más que un cerro calizo de poca altura que se levanta entre los llanos que se extienden entre las sierras de Salinas y la del Reclot.
En este punto tomamos la pista de la derecha, rodeando el cerro hasta llegar a la cara norte.
Aquí encontramos vestigios de una antigua calzada, posiblemente romana. Continuamos por la pista hasta llegar a unos campos de cultivo en los que se encuentra nuestro segundo ‘cuco‘, el llamado del ‘Tío Quito’.
CUCO DEL TÍO QUITO
Volvemos sobre nuestro pasos hasta llegar a las marcas en la pista, las que daban a entender que se trataba de una calzada romana. Aquí nos desviamos, campo a través, subiendo por la ladera del monte, encontramos ahora restos mucho más evidentes de la pista romana.
Seguimos ascendiendo campo a través, entre matorrales espinosos y muros de ramas asesinas, hasta llegar, con alguna que otra magulladura, hasta el maltrecho punto geodésico de este cerro (Centeneras, 686 msnm).
Las ya clásicas fotos en el vértice.
Y comenzamos ahora a buscar con desespero los petroglifos perdidos de esta pequeña sierra.
Nos ha llevado un buen rato dando vueltas hasta que, finalmente, algunos del grupo han podido encontrar estas piedras marcadas por el hombre.
Iniciamos el descenso por la cara sur del cerro hasta llegar a una pequeña cantera y al tercero de los ‘cucos‘ de este recorrido, el llamado de ‘Isabelita’.
CUCO DE ISABELITA
Llegamos a la pista por la que, caminando hacia el noreste, llegaremos hasta otra pequeña cantera y al cuarto ‘cuco‘ de nuestra ruta, el que lleva el nombre de la ‘Centenera’,
Más adelante alcanzaremos la carretera ‘Camino de Lel’, giraremos hacia la izquierda para seguir por asfalto el camino que nos llevará hasta los autos.
CUCO DE LA CENTENERA
Antes, haciendo algún que otro desvío a mano izquierda, accederemos a los ‘cucos‘ que nos faltan por visitar.
Primero llegamos a nuestro quinto ‘cuco‘, algo deteriorado, que me hace pensar que se trata del llamado de ‘la Tía Gila’, aunque en este caso no lo tengo muy claro.
CUCO DE LA TÍA GILA (¿?)
A pocos metros encontramos el siguiente ‘cuco‘, el sexto. Tampoco me queda claro su nombre, aunque creo que se trata del llamado ‘de Marco’.
Volvemos a la carretera y, después de 1’2 kilómetros de asfalto, entramos a una pista, a mano derecha, que nos conduce a los últimos ‘cucos‘ de nuestra ruta.
CUCO DE MARCO (¿?)CUCO DE DAVID
El séptimo es el espectacular ‘cuco‘ de David, muy bien conservado y rematado con detalles tanto por fuera como por dentro.
Muy cerca de este se encuentra uno, algo más pequeño y discreto, nuestro octavo ‘cuco‘, el llamado de ‘Marrulles’.
CUCO DE MARRULLES
Retrocedemos hasta volver a la carretera y antes de llegar al asfalto tenemos, a mano derecha, dentro de una finca privada, el noveno y último de nuestros ‘cucos’, el que creo que lleva el nombre de ‘Pepe el Templao’.
Seguimos caminando por la carretera y a unos 600 metros llegamos a los autos.
Antes de regresar a nuestras casas, hemos quedado en Pinoso con un grupo de amigos para comer todos juntos, en un restaurante de la localidad, un arroz con conejo y caracoles, que pone el broche de oro a esta estupenda jornada senderista/cultural.
CUCO DE PEPE EL TEMPLAO (¿?)
Valoración: 3***
Recomendable: Sin duda alguna. Han sido casi 12 kilómetros, con un desnivel de unos 115 metros, hecho todo en un tiempo más que aceptable. Una mañana fresca y soleada para disfrutar de lo que la caminata nos ha ofrecido, muchos puntos de interés y una agradable compañía.
Para este primer viernes de noviembre la caminata no ha tenido ningún misterio; ha sido bastante sencilla y cómoda.
Me he dirigido hasta la población de Guardamar del Segura para realizar una ruta por los alrededores de la zona militar que rodea la antena de la Radio Estación Naval y visitar el vértice geodésico de Moncayo.
Pasada la localidad de Guardamar, en la N-332, tomo dirección a Los Montasinos, en una de sus rotondas, y a unos trescientos metros, a mano derecha, entro en la Carretera de la Torre… Unos 400 metros después, en un pequeño claro, dejo el auto y comienzo mi caminata.
Una senda, en suave ascenso y bastante clara, me conduce, entre pinos y en dirección noreste, hasta el vértice geodésico Moncayo.
Ya desde un principio, el mar es un clarísimo protagonista de esta caminata.
Hoy, concretamente, ha sido un día muy especial, las aguas estaban muy tranquilas y las vistas, debido a los últimos vientos, eran extremadamente claras.
Cómo no!!! Las ya clásicas fotos en el vértice.
Aunque no es demasiada altura, las panorámicas de los alrededores son brutales; las sierras de Callosa y Orihuela por el oeste, el Parque Natural de las Salinas de la Mata y Torrevieja por el sur, la inmensidad del Mediterráneo y Guardamar del Segura por el este y el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola y el cabo homónimo por el norte.
Tomo ahora una senda descendente, en dirección oeste/noroeste, por la Cañada del León, pasando por la valla norte de la zona militar.
Llego hasta la Cañada de la Tía Rita, al Camino del Dos (asfalto) y a unos doscientos metros cambio de dirección, ahora voy por pista (Camino del Campo) hacia el este, iniciando el regreso.
Entro en una senda, entre pinos, paralela a la N-332 y la sierra del Moncayo; a media altura.
Un camino bastante bien señalizado que me conduce en ascenso, pasando por un horno de cal y un par de balsas en desuso, llenas de grafitis (alguno muy curioso), hasta un punto del camino inicial.
Sólo tengo que volver por esta senda para llegar hasta el auto.
Regreso a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Claro que sí. Han sido sólo 7 kilómetros, con un desnivel de unos sencillos 130 metros, en un día luminoso con las vistas siempre relajantes del mar.
Bueno, la caminata de hoy es la primera después del viaje a Chile y Bolivia. No va a ser una ruta larga y complicada; es más bien una toma de contacto con las sierras alicantinas, una forma de romper el hielo.
He elegido las sierras del Carrascalet y del Flare para este último día de octubre, en el que me acompañan Pedro, Reme, Jesús y Paco.
Dejamos el auto en la Replana del Pino, junto a la carretera CV-8170, la que une Petrer con Castalla, y tomamos la pista que conduce a las casas (ruinas) de Planisses.
Esta pista llega hasta otra (PR-CV 85) y nosotros nos dirigimos, por el ramal derecho, en ascenso, hasta el cruce con el Pou del Carrascalet.
Descendemos después hasta llegar al Collado del Portell.
Aquí el camino vuelve a ascender llegando hasta lo alto del Despeñador, con su vértice geodésico homónimo (1.259 msnm)
Ahí, en lo alto, con unas magníficas vistas de las sierras del alrededor, junto al vértice, las fotos de rigor.
Comenzamos ahora el descenso y el retorno, tomamos la pista (PR-CV 141) que, en dirección noroeste, lleva hasta las Peñas del Soldado.
Antes de llegar a ellas, hay un desvío a mano derecha, que desciende hasta enlazar con la PR-CV 85, que, en dirección sureste conduce hasta la carretera de Petrer-Castalla y 500 metros de asfalto después llegamos al vehículo.
Regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto. Han sido cerca de 8 kilómetros, con un desnivel de 360 metros y, todo ello, hecho en un tiempo más que correcto.
Primera salida de septiembre y, casi con toda seguridad, una de las pocas que haré este mes en tierras alicantinas.
En esta ocasión, Jesús, Pedro, Reme y yo, nos hemos dirigido hasta el parking de la Casa Tápena, a las afueras de la población de Onil, para comenzar una caminata por sus alrededores.
Antes de comenzar la caminata propiamente dicha, hemos aprovechado la entrada al laberinto de esta gran zona de ocio y nos hemos hecho un recorrido por su interior.
Después de andar durante bastantes minutos, como pollos sin cabeza, por entre los hipnóticos pasillos de este dédalo hemos logrado salir del mismo y nos hemos dirigido al otro lado de la carretera CV-803 para iniciar nuestra ruta (dejamos para la vuelta el recorrido por este hermoso espacio natural)
Tomamos ahora la senda, llamada de Les Penyes Roges, y entramos de lleno en el barranco de Les Planets.
Complicado se nos ha hecho caminar por esta rambla llena de maleza y zonas embarradas, siendo víctimas de los arañazos de todas las plantas espinosas del sendero, de las zancadillas de los juncos enemigos, de los tropiezos con las raíces de los pinos, etc…
Vamos, un barranco muy entretenido!!!
Por fin hemos llegado a una senda un poco menos agresiva, no sin antes tener que hacer una subida bastante arriesgada.
El camino, algo más tranquilo, nos ha conducido hasta un claro en el que se encontraba la Font de les Penyes Roges.
Ahora, y seguimos en ascenso, llegamos hasta el Mas del Collado.
Puede que se deba a los doce días sin actividad que llevaba pero, hasta este punto de la caminata, me ha costado horrores.
Pasamos por la misma puerta de esta masía, seguimos subiendo por pista, hasta un punto determinado, y comienza el regreso, descendiendobruscamente por una vía muy pedregosa hasta llegar a la pista asfaltada; el barranco de la Escalera.
Entramos a la población de Onil y por entre calles de las afueras, en dirección este, nos dirigimos por asfalto hasta la entrada de la zona recreativa de la Casa Tápena.
Dejamos los bártulos en el coche y nos disponemos a darle un buen paseo a esta magnífica finca.
Diferentes espacios, jardines, huertos, fuentes, estanques, manantial, embalse, zonas de juego y recreativas. Un total de 8 hectáreas tremendamente cuidadas y listas para el disfrute del visitante.
Después de toda esta maravilla, nos dirigimos al coche y… regresamos a Alicante.
Valoración: 2**
Distancia: Cerca de 10 kilómetros.
Desnivel: Próximo a los 250 metros.
Dificultad: Fácil/Moderada.
Recomendable:Por supuesto, todas las caminatas, hasta la más sosa, son recomendables.
A medio camino entre las poblaciones de Onil e Ibi, pero dentro del término municipal de la primera, da comienzo la ruta del día de hoy, último de un mes que ha destacado por sus extremas temperaturas.
En un claro, frente al Mas de l’Arcada, aparco el vehículo y comienzo mi recorrido, que me llevará a visitar algunos puntos interesantes de estas serranías.
MAS DE LA ARCADARAMBLA DE LA ARCADA
Tomo la pista, en suave ascenso, que entra al Barranco de l’Arcada.
Pocos metros después me incorporo, por esta misma rambla, a la GR7 hasta llegar a la bifurcación donde, a mano izquierda, continúa esta ‘gran ruta’, mientras yo tomo el camino de la derecha que me lleva al Barranco de Monvarí (en algunos mapas, Montvarí) y al Mas y la fuente homónima.
En esta masía, en la zona de la fuente y la alberca hago una breve pausa para admirar este bello rincón.
MAS DE MONVARÍFONT DE MONVARÍBARRANCO DE MONVARÍ
Este barranco se extiende hacia el nordeste, entre las sierras del Serral y el Cantalar y la sierra del Biscoi.
La pista, paralela al barranco, me lleva hasta el área del Rincón de los Ratones y el Palomaret.
En toda esta parte del camino se están efectuando trabajos de limpieza del monte (algo que era muy necesario). Las máquinas están trabajando duro para dejar saneados los pinares.
La pista me conduce hasta un importante cruce (aquí se han acumulado muchísimos troncos), encrucijada que coincide nuevamente con la GR7.
En este punto hago una parada, me tomo unas uvas, algo de agua y disfruto durante un buen rato de esta magnífica y refrescante mañana.
MAS DEL PALOMARET
Me dirijo hacia el este, siguiendo la GR7 durante un kilómetro, pasando por delante del Mas del Palomater, otra importante masía de estas sierras.
Nuevamente, otra bifurcación, yo tomo la senda de la izquierda, dejando atrás la gran ruta (ya me volveré a encontrar con ella más adelante).
Esta vereda, llamada camino del Xocolatero, bordea hacia el noroeste la sierra del Serral, y conduce a la zona del Collado con el mismo nombre.
Hay que decir que esta parte del monte también necesita, desde hace muchísimos años, una buena limpieza (esperemos que le toque en esta ocasión!!!).
El final del camino me lleva a conectar con una pista que coincide con el recorrido del último barranco de esta caminata, el de Taguenga.
Ahora, en dirección sur/suroeste, el recorrido, salvo alguna suave subida, me lleva en descenso a recorrer esta rambla, durante 1’7 kilómetros, para enlazar primero con la GR7 y, finalmente, con el barranco de la Arcada.
BARRANCO DE TAGUENGA
Llego a la primera bifurcación de esta caminata, ahora sólo tengo que deshacer el camino inicial, llegar hasta el Mas de la Arcada y al claro donde tengo el auto estacionado.
Regreso a Alicante.
MAS DE LA ARCADETA
Valoración: 3***
Distancia: Cerca de 12 kilómetros.
Desnivel: Unos 250 metros.
Dificultad: Fácil.
Recomendable:Totalmente recomendable. Una mañana luminosa y limpia, con una temperatura fresca y muy agradable .
Para este jueves caluroso, despejado y luminoso, la caminata elegida no ha tenido una gran dificultad, aunque han sido cerca de 11 kilómetros con un desnivel próximo a los 500 metros; un recorrido de ida y vuelta por el mismo sitio, todo por pista forestal, sin sendas, ni veredas, ni trochas…
Pero, eso sí, hay que decirlo, con unas vistas A-CO-JO-NAN-TES.
Me he dirigido hasta el puerto de montaña de Confrides, he dejado el coche en un pequeño claro de la carretera CV-70 y, desde este punto, he comenzado la caminata de esta jornada por la Sierra de Serrella.
Ya nada más empezar a caminar, el ascenso, más o menos importante, se realiza sin descanso hasta la caseta de vigilancia forestal y el vértice geodésico.
Llego a un pequeño collado, un cruce de caminos, entre las poblaciones de Benasau y Cuatretondeta.
Yo continúo subiendo por la pista forestal en dirección al depósito contra incendios y… sorpresa!!! justo delante, en medio del camino, se encuentra una pareja de arruís (muflón del Atlas), en una actitud bastante tranquila a pesar de mi presencia.
Sigo acercándome y ellos, con una pasividad pasmosa, se retiran, subiendo por la ladera de la sierra hasta desaparecer de mi vista.
La verdad es que ha sido un momento genial!!!
Llego al depósito de agua contra incendio, también es un pequeño collado y cruce de caminos.
Sigo ascendiendo, ya queda un último tramo hasta la cumbre, el calor es importante y las vistas de sierras como la de Aitana, Aixortá, Bernia, etc… y peñas como la de Meralda, alucinantes.
La pista forestal entra ahora en un pinar durante unos 700 metros, en el que se agradece la sombra y la temperatura más suave.
Depués, unos doscientos metros de senda y llego, por fin, a la caseta de vigilancia y al vértice (Serrella, 1359 metros).
Un rato de charla con el muchacho que cubre la vigilancia, unas pocas fotos con el vértice y sus grandiosas panorámicas, algo de refresco, un poco de uva y… comienzo el regreso.
Como ya dije, es el mismo camino de ida que de vuelta: lo único que ahora todo es en descenso.
La bajada, en esta caminata, es mucho más rápida que la subida; aunque no siempre es así.
Paso por los mismos puntos, el collado del depósito, el del camino de Benasau a Cuatretondeta, etc… y, sin mucha dificultad llego al puerto de Confrides y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Distancia: Cerca de 11 kilómetros.
Desnivel: Próximo a los 500 metros.
Dificultad: Fácil.
Recomendable:Totalmente, con unos paisajes alucinantes .
Después de una semana de ‘obligado’ descanso hoy, lunes agosteño, decido hacer un recorrido por alguno de los montes alicantinos.
En esta ocasión he optado por una sierra cercana, la de Castalla, en la que recorreré un tramo de la GR7 (Dios mío, cómo no!!!), así como algún que otro punto de interés.
Dejo el coche en la zona llamada Litero, al borde de la pista (camino de Petrer a Castalla-GR7-PRCV141), muy cerca de las vallas que sólo permiten el paso a caminantes y vehículos autorizados.
Aquí comienza mi caminata; un suave ascenso que me acerca, a muy pocos metros, hasta las ruinas del Corral de Roig y sus antiguos hornos de cal y yeso.
Después el sendero me hace pasar por el Mas de Litero y las Penyas homónimas.
A los 2’3 km de la salida llego al Collado de Roque, donde se encuentra la Caseta y el Pino del Ángel; aquí el camino se suaviza, aunque sigue en ascenso.
Cuatrocientos metros después llego a una importante bifurcación. La PR-CV141 continúa por la senda de la izquierda que es la que conduce hasta la cumbre del Despeñador; yo sigo recto, en dirección suroeste (GR7 y camino de Petrer a Castalla).
En el kilómetro 4’6 la pista tiene, a mano izquierda, una senda que conduce hasta el Alt del Bubo.
En este punto busco un lugar, bajo una sombra, para hacer un receso, beber agua, comer una fruta y tomar una decisión.
Mi plan era dejar la GR7, tomar la senda de la izquierda y subir hasta el Alt del Bubo pero… hay tres motivos que me hacen cambiar los planes; primero: el calor sofocante, segundo: la molestia en las costillas que aún tengo del trompazo de hace unos días y tercero: se ha terminado de romper una de mis zapatillas (parece una excusa barata pero… los tres motivos son realmente ciertos).
Disfruto, sin prisa, de la pausa y comienzo el retorno por el mismo sitio que me llevó hasta este lugar.
Nuevamente llego al cruce en el que la PR-CV141 tomó otro camino y ahora se vuelve a incorporar a la GR7.
Se deshacen los pasos del comienzo de la ruta, se pasa nuevamente por el Collado de Roque, las Peñas y el Mas de Litero, los Hornos, etc… y llego al auto.
Primer jueves del mes de agosto; tengo la impresión que la mañana es menos calurosa que días anteriores y eso pienso que va a facilitarme la caminata que voy a realizar. Me dirijo a las inmediaciones de la población de Lorcha, concretamente al paraje de la Fábrica de Papel, lugar donde hoy doy comienzo el recorrido por la Vía Verde del Serpis.
Dejo el coche a los pies del Castillo de Perputxent, importantísima fortaleza de origen musulmán, construida entre los siglos XII y XIII, que tuvo una gran trascendencia en la llamada ‘reconquista’.
Me adentro por la pista de la Vía Verde y me encuentro, en un primer momento, con una inmensa carrasca centenaria, continúo caminando en paralelo al río y paso por una de las casetas del ferrocarril.