Hoy estoy acompañado por Jesús, Pedro, Óscar, Paco, Reme y Raúl, nos dirigimos hasta la ciudad de Alcoy, concretamente al barrio de Batoi y, a las afueras del mismo, en un claro del ‘Sendera del Blai Giner al Regadiu’ dejamos el auto y comenzamos nuestra caminata de febrero por estos parajes alcoyanos.
Por pista, nos acercamos hasta la Font del Quinzet, lugar donde, además de la fuente (ahora sin agua), se reúnen los ríos Polop y Barxell. formando una pequeña zona recreativa, con su pequeña cascada (con esta sequía, muy muy pequeña), sus mesas y sus bancos.
Tomamos la pista que, en dirección sureste, nos incorpora, en suave ascenso, hasta un tramo de la Vía Verde. En este punto, ahora hacia el oeste/noroeste, caminamos por dicha vía atravesando dos de sus túneles y pasamos por un área de descanso para llegar al ‘Pont de las Set llunes’.
Seguimos por la Vía Verde, pasamos por un nuevo túnel, llegamos al Viaducto del Barxell y, poco después, a mano izquierda, encontramos una pequeña fuente y una senda ascendente que serpentea y nos conduce hasta las Casas del Salt.
Este núcleo urbano, situado al suroeste de la ciudad, próximo a la carretera CV-795, la que lleva a Banyeres de Mariola, destaca por estar ubicado sobre un gran acantilado desde, sobre todo en tiempos de lluvia, donde se puede disfrutar de su famoso Salt, una cascada efímera que ofrece el río Riquer o Barxell al precipitarse al vacío.
Dejamos las Casas del Salt y nos dirigimos, pasando al otro lado del río Barxell, a una senda donde se encuentra una cueva/abrigo y una serie de ‘miradores’ (las vistas son especialmente espectaculares). Seguimos el camino, ahora en descenso, para llegar a la zona del ‘Racó de Sant Bonaventura’.
En este gran espacio recreativo, el río Polop tiene una serie de saltos de agua que le dan un atractivo especial, una explanada con mesas y bancos, una hermosa arboleda y la ‘Font del Molí de Baix’.
Tras unos minutos de disfrute en este hermoso lugar tomamos la senda que, siguiendo el curso del río Polop, nos lleva hacia el este y nos hace pasar por debajo del Puente de las Siete Lunas.
En varias ocasiones tenemos que atravesar, entre la frondosa vegetación, las aguas por diferentes pasarelas, pasamos por algunas pozas, un azud y, finalmente, el camino nos lleva hasta la ‘Font del Quinzet’, unos doscientos metros después llegamos donde se encuentra el auto.
Regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Ya sabéis, eso siempre. Han sido algo más de 10 kilómetros, con un desnivel de unos 313 metros, en una mañana relinda y con una compañía guapa, guapa, la matraca.
Hoy, para estrenar el mes, decido hacer una ruta nada complicada por uno de los montes alicantinos.
En el kilómetro 17’8 de la carretera CV-780, la que une las localidades de la Torre de les Maçanes con Benifallim, a la altura del puerto de montaña de la última población (1010 m), dejo el coche y comienzo la caminata de esta jornada.
Early morning: 0 clouds, 0 winds, 0 degrees.
Tomo la pista que, en dirección suroeste, me lleva primero en suave ascenso, por el llamado Azagador del puerto, hasta el depósito contra incendios.
Ahora la subida va en aumento, pasando por la senda que rodea la falda sur de la Serra de Rontonar, hasta llegar al Pou de Neu del mismo nombre.
Un breve descanso en esta cava de nieve para beber y contemplar las vistas de los alrededores y comienzo el último tramo hasta la cumbre.
Un ascenso algo más exigente por la cara sur de la Serra dels Plans, por vereda en un primer momento y por la pista, la Costera de la Mare de Déu, después, hasta alcanzar el vértice geodésico de esta sierra, Plans (1330 m).
Después de unos minutos en lo alto, gozando de las magníficas vistas, comienzo el regreso al punto de partida.
En esta caminata, tanto la ida como la vuelta, se hace por el mismo sitio. Ahora el sentido es hacia el noreste y paso por los mismos puntos que en el comienzo…
La Costera de la Mare de Déu, la vereda, el Pou de Neu, la senda por la cara sur de la Serra de Rontonar, el depósito contra incendios, la pista Azagador del puerto y el coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto, sin dudarlo. Han sido algo más de 9 kilómetros y con un desnivel de 310 metros.
En este día, y para despedir el mes de enero, Jesús, Paco, Pedro, Reme, Raúl y yo, hemos optado por una caminata conocida y sin demasiada dificultad por las sierras de la Carrasqueta y del Cuartel.
Dejamos el auto a unos trescientos metros del Mas de Sant Ignasi (1025 m) y a cuatrocientos del puerto de montaña de la Carrasqueta, donde comenzamos la ruta de esta jornada, fría y gris.
Tomamos, hacia el oeste, el Camí de Vivens, pasando por el Maset de Brossa y la Casa de Miralles.
Continuamos la pista, dejamos atrás el Mas de Don Francisco y llegamos al Puntal de los Quemados.
Las panorámicas, desde este punto, de las sierras alicantinas de la Penya Roja, con el Migjorn, de la Grana, de Almaens, del Cabeçó d’Or, etc… son realmente espectaculares.
A los pocos metros de pasar por el Puntal, cogemos una senda a mano derechaque nos hace pasar por la Penya Pina y nos acerca hasta la pista, ahora en dirección noreste, llamada Camino de la Umbría.
Por la cara norte de la sierra del Cuartel llegamos hasta el Refugio de montaña de Esbarzerets (1161 m) y, continuando la pista, accedemos al vértice geodésico, Carrasqueta (1205 m).
Aquí, las ya inevitables instantáneas en la cumbre.
Iniciamos el regreso al punto de partida, deshacemos nuestros pasos hasta el refugio y, ahora, tomamos una senda, a mano izquierda, Camí Vell de la Torre de les Maçanes, que, en suave descenso, nos comunica con el Camí de Vivens (a la altura, más o menos, de la Casa de Miralles).
Aquí sólo tenemos que seguir la pista hasta llegar al Mas de Sant Ignasi y, antes de llegar al coche, visitar el pozo y la cava de nieve de esta masía. Después, alcanzar el auto y…
Regresar a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente recomendable. Han sido algo más de 11 kilómetros, con un desnivel cercano a los 300 metros, en un día estupendo y con una compañía fabulosa.
Para este último jueves del mes la ruta elegida ha sido una caminata por los alrededores de la población de Tibi, localidad a la que acudiremos, al finalizar la actividad, para realizar una comida de aniversario.
Jesús, Pedro, Paco, Reme, Raúl y yo hemos dejado el auto a la entrada del pueblo, cerca de la CV-8102, junto al cauce del Río Verde. Desde este lugar hemos comenzado nuestro itinerario tomando la senda que, yendo contra corriente, acompaña al río en dirección norte.
Pasamos por los molinos de David y de Colau, así como la casa de la Volta Blanca, teniendo que cruzar en varias ocasiones las aguas y llegando a la zona de la Foieta del Conill desde donde, ahora por camino asfaltado, nos dirigimos en dirección este, hasta el sendero que nos conduce, nuevamente hacia el norte, a la zona de El Cantalar.
El Cantalar es un monte coronado de grandes formaciones rocosas en el que se encuentran los restos de un asentamiento de la Edad de Bronce, grabados rupestres y multitud de cazoletas. Así como, en un punto del camino, restos de una gran carrilada, surcos que han dejado en la roca el paso de antiguos carruajes o carretas.
En su base, y de camino al norte, nos topamos con una enorme piedra, a modo de gran hito, con muchos e importantes símbolos cruciformes.
Seguimos ahora la pista, llamada Camí del Cantar de l’Orgue, pasamos por la Pedrera del Senyor Robat y por el Barranc del Fort, accediendo a las primeras casas de la Finca Terol.
Aquí, cambiamos de dirección y nos dirigimos al sur, primero por pista y por vereda después, llegando de nuevo al río Verde.
La senda, durante unos 400 metros, nos lleva a seguir el curso de las aguas, teniendo que cruzarlas con bastante dificultad en repetidas ocasiones.
Tenemos, algunas veces, que dar marcha atrás por la imposibilidad de seguir adelante, teniendo que optar por cruzar algunos campos de cultivo, pasando por los alrededores de la Caseta de Tararol, el Clot, Cases de Torrosella y la Casa de Gasparet.
Llegamos a la pista donde se encuentran las Casas de Cantallop y sus cuidados olivares.
En este punto volvemos hasta la senda que nos llevó a la Foieta del Conill y, desde aquí, volvemos a caminar siguiendo el curso del Río Verde y llegando sin mucho esfuerzo hasta donde tenemos aparcado el auto .
Nos dirigimos a Tibi para celebrar la comida que antes comenté, pero… eso ya es otra historia.
Al llegar al pueblo, en el restaurante se han unido al grupo Óscar, Elena, Andrés y Carmen; buena comida, mucha bebida, risas y momentos inolvidables.
Valoración: 2**
Recomendable: Totalmente. Han sido casi 9 kilómetros, con un desnivel de 150 metros, hechos en un buen tiempo, con una mañana maravillosa y una compañía estupenda.
La lluvia (por fin!!!) del pasado viernes ha hecho que se retrase, hasta hoy lunes, la salida a la sierra; una caminata nada complicada, por una zona muy conocida y cercana.
Me he dirigido hasta el parking del hotel de Catí para iniciar un recorrido por los alrededores, en pleno Paisaje Protegido de las Sierras del Cid y del Maigmó.
Tomo la pista, en dirección sur, coincidente con las PR-CV 29 y PR-CV 30, hasta llegar al cruce de caminos donde se encuentra La Ferrería.
Continúo hacia el sur, pasando por el Collado Vista Mar y llegando hasta las Peñas de la Foradá, elevaciones rocosas en las que se practica escalada. Las rodeo por el norte y llego a su cara sur hasta acceder, unos quinientos metros después, a otra confluencia de sendas (en este punto hay unas magníficas vistas del entorno).
Ahora tomo una vereda, que me lleva por entre pinos, en dirección oeste, al Racó de la Servera y a la Casa del Calafate (ruinas), en la zona homónima.
Sigo en la misma dirección, entre pistas y caminos, para llegar, primero, al Cantal del Moro y, después, al Albergue y Zona Recreativa de La Rabosa.
Aquí hago un stop para beber y comer algo, continuando luego con el itinerario preparado; realmente comienza en este momento el regreso al punto de partida.
Ahora retrocedo y, a los 500 metros, tomo una senda a la izquierda, en dirección norte, que me lleva en ascenso hasta el Collado de Amorós, un pequeño respiro para continuar subiendo hasta la pista cercana al Alto de Ponce.
Esta vía, en dirección este, corresponde a las PR-CV33 y PR-CV34, y me conduce hasta la torre de vigilancia, la Ermita de la Purísima y el cruce de la Ferrería.
En esta encrucijada sólo queda seguir la pista que tomé en un principio, llegar al Hotel de Catí y al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Por supuesto. Han sido cerca de 12 kilómetros, con un desnivel de uno 300 metros (+/-), hechos en un tiempo correcto, en una mañana bastante agradable y con la compañía de… 😉 ‘just myself’.
Una caminata realizada en muchas ocasiones, en solitario o en compañía, ha sido la elegida para el día de hoy. El grupo que me acompaña esta mañana está compuesto por Pedro, Reme, Óscar, Raúl y Jesús.
Nos dirigimos hasta la población de Onil y, después, por la CV-803, la carretera que conecta con Banyeres, llegamos hasta el desvío, a mano derecha, que lleva a la ermita de Santa Ana y la Casa Tápena, continuamos por dicha carretera llegando al Mas de l’Arcada. Frente a esta masía aparcamos el vehículo y comenzamos la ruta de la jornada.
Ascendemos suavemente, en dirección norte, por el barranco/rambla de la Arcada, tramo de nuestro recorrido que coincide también, y cómo no, con la GR7.
Una primera bifurcación y nosotros tomamos el ramal de la derecha, dejando en el de la izquierda la GR7, mientras nos adentramos, hacia el este, por el barranco de Monvarí.
Unos cientos de metros después visitamos el Mas de Monvarí, una finca con su casa, su fuente, su alberca y sus campos de cultivo.
Este barranco se extiende, hacia el oriente, entre las sierras de Biscoi y del Serral. Nosotros seguimos en ascenso por la pista que circula entre el margen derecho de la rambla y la falda norte de Biscoi, hasta llegar a un cruce de caminos.
En esta intersección encontramos, de nuevo, la GR7 y, después de hacer un ‘break’ para beber y comer algo, optamos por seguir la gran ruta, en dirección oeste, hasta el Mas del Palomaret, una importante finca situada en el otro margen de la rambla de Monvarí.
A pocos metros de la masía tenemos una bifurcación, tomamos el ramal de la derecha, dejando atrás la GR7, y encaminándonos hacia el collado del Xocolater por la ladera de la sierra de El Serral.
Una vez que llegamos hasta la colina, el camino nos lleva ahora, en dirección suroeste, al barranco de Taguenga, en el que a 1 kilómetro (+/-) volvemos a incorporarnos a la GR7.
Ahora ya seguiremos en ella durante todo el recorrido por la rambla de Taguenga.
Incluso seguirá con nosotros cuando nos incorporemos al barranco de la Arcada y lleguemos al Mas homónimo, donde tenemos el auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Eso, siempre. Han sido algo más de 11 kilómetros, con un desnivel de unos 250 metros, hechos en un tiempo más que aceptable, en una mañana fresca y algo nubosa, y con una compañía de 10.
Entre la Serrella y la Sierra de Aitana, en la Vall de Guadalest, un lugar por donde, entre otros, discurre el río Frainós, uno de los principales aportes del Serpis, da inicio la caminata preparada para esta mañana de enero.
Dirijo el auto hasta la población de Penáguila , en la comarca de l’Alcoiá, y, desde las afueras de la misma, muy cerca del Pont de l’Arcada, Óscar (que sorprendentemente se ha unido a esta salida) y yo comenzamos el recorrido de esta helada jornada.
Tomamos el camino/pista, en dirección este, que nos conduce hasta la localidad de Alcoleja, en la comarca alicantina del Comtat.
En este caso, entramos al pueblo por el norte y hacemos un recorrido por su centro donde se encuentra la Torre d’Alcoleja (o Palacio de Malferit), la iglesia de Sant Vicent Ferrer y el ayuntamiento.
Salimos ahora por el sur de la localidad y nos dirigimos hacia el noreste, pasando por el río Frainós, las casas de Cabrera y la piscina municipal.
Seguimos el camino en la misma dirección hasta llegar a la pequeña pedanía de Beniafé, un conjunto de casas pertenecientes al término de Alcoleja, con una bella ermita del siglo XVII en honor a la Mare de Déu dels Desamparats y una hermosa fuente, balsa y lavadero, en un rincón con espectaculares panorámicas.
Llegados a este punto, comenzamos el regreso al punto de partida.
Tomamos el camino de Beniafé, en dirección oeste/noroeste, pasando por el puente sobre el río Frainós y llegando a la carretera CV-770.
Después de 500 metros de asfalto, conectamos con el sendero/pista que nos llevó a Alcoleja, ahora vamos en sentido contrario hasta llegar a Penáguila.
En poco más de 2’5 kilómetros de sinuoso recorrido, con algún que otro desvío, llegamos al Pont de l’Arcada, a la población de Penáguila y al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Claro que sí… Alguien lo puede poner en duda? Han sido cerca de 10 kilómetros, con un desnivel de 360 metros, en una mañana gélida y luminosa, y con una compañía muy agradable con la que no han habido silencios incómodos, jajajaja.
Para esta primera caminata del 2024, hemos elegido una ruta que ya estaba pensada desde hace varias semanas. Raúl, Paco, Óscar, Jesús y yo, nos hemos dirigido hasta las proximidades de los términos de Villajoyosa y Finestrat, concretamente a la cala de la segunda localidad, aunque nuestro itinerario se hará en un 99% por el municipio de Villajoyosa.
Dejamos el coche en la calle ‘Tramuntana’ de la Cala de Finestrat y, desde este punto, comenzamos nuestra andadura.
A mano derecha tomamos el acceso que sube al monte en el que, a través de diferentes caminos y sendas, visitaremos algunos de los distintos puntos de interés que contiene esta montaña.
Primeramente, en dirección este, nos encontramos con el primero de los miradores, después, hacia el suroeste, pasamos por una serie de construcciones abandonadas.
Estas edificaciones son el antiguo cuartel de Carabineros que fueron entre 1824 y 1940 los encargados de la vigilancia de costas, fronteras y aduanas. Su principal función era evitar el contrabando. Los guardias civiles solían alojarse en casas como estas, situadas en puntos estratégicos de la costa. El cuerpo toma su nombre del arma reglamentaria, la carabina Máuser. Ahora esta zona de montaña situada entre la Cala de Finestrat y Villajoyosa se ha convertido en una zona ‘cruising’ o sea una zona gay al aire libre
Ahora, desde aquí, nos encaminamos, hacia el norte/sureste, ascendiendo el cerro ‘Castilla’ hasta llegar al vértice geodésico homónimo (166 msnm).
Momento en lo alto para hacer una breve parada, admirar las hermosas vistas y hacernos las típicas instantáneas en la ‘cumbre’.
Desandamos nuestros pasos hasta llegar nuevamente a las casas en ruinas y seguir nuestro recorrido planificado.
Tomamos una de las muchas pistas, en dirección suroeste, que hay en el monte y que nos acercará hasta el acceso de la ‘Cala del Racó del Conill’.
Seguimos hacia el este, pasando por las estribaciones de la ‘Cala Fonda’ y nos vamos acercando hasta la ‘Playa del Torres’, lugar en el que se encuentra uno de los puntos importantes de esta ruta, la Torre de Sant Josep o de Hércules.
Construida en tiempos del emperador Hadriano, a mediados del s. II, forma parte probablemente de la necrópolis urbana del municipio de La Vila Joiosa, una de las diez ciudades romanas de la Comunidad Valenciana. Fue el sepulcro de un personaje importante, cuya identidad se desconoce, y es la torre funeraria mejor conservada de la Comunidad. Midió originalmente 12 m de altura, de los que se conservan en pie unos 8, aunque los elementos dispersos por los alrededores permitirían su reconstrucción.
Ubicada en la Playa del Torres (llamada de este modo por ser la desembocadura del río/rambla del mismo nombre).
Después de hacer un corto recorrido por el paseo marítimo de esta playa, comenzamos el regreso. Volvemos sobre nuestros pasos, en dirección este, haciendo algún que otro desvío por otras sendas, más o menos complicadas (más bien más) admirando las vistas del mar desde alguno de sus miradores y de las cercanías de la ‘Cala del Racó del Conill’, llegando, después, hasta los alrededores de las ruinas de las casas de los carabineros.
Desde aquí, y por pista, ascendemos hasta el otro punto de interés de esta caminata, la ‘Torre del Aguiló’.
La torre del Aguiló es una torre defensiva construida en el siglo XVI bajo el reinado de Felipe II situada en el término municipal de Villajoyosa y que formó parte del sistema de torres vigías de la costa alicantina contra la piratería.
Desde esta atalaya las vistas de la costa son espectaculares, la Cala de Finestrat, la ciudad de Benidorm y sus playas, la Serra Gelada, el islote de Benidorm, etc…
Comenzamos el regreso al punto de partida, desandamos nuestro camino, descendiendo por pista, cerca de las casas de los carabineros y, nuevamente por pista, accedemos a la calle ‘Tramuntana’ y al auto.
Volvemos a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente. Han sido casi 10 kilómetros, con un desnivel de 345 metros, en una mañana espectacular, unas vistas (y alguna cuesta que otra) de infarto y una compañía de cinco estrellas.
El año empieza a decirnos adiós y, por circunstancias extraordinarias y personales, prefiero hacer una caminata en solitario. Para ello decido sacarme de la chistera este ‘conejo’; un recorrido no demasiado complicado que me puede permitir, contemplando el entorno, conectar con mi interior y dejar que se atenúen mis temores y mis miedos.
Comienzo mi recorrido muy cerca de la ciudad de Alcoy, a las faldas de la Serreta. Una subida generosa por la umbría de esta sierra (es una caminata que he realizado en multitud de ocasiones), me lleva hasta su cresta, en la que hay unos restos arqueológicos, un monolito, las ruinas de una casa y el vértice geodésico…
Además de unas panorámicas impresionantes.
Unas vistas de las sierras del alrededor que, sentado un buen rato para contemplarlas, te llenan el corazón y el alma de energía, te hacen volar, te ayudan a verlo todo con otra perspectiva y te hacen comprender lo grande que es la Naturaleza y lo pequeños que somos ante ella.
Inicio el regreso al punto de partida, todo el camino por el mismo sendero de la ida. Sólo a pocos metros de la llegada, tomo un desvío para visitar la Font de la Salut, un manantial muy conocido por las gentes de Alcoy.
Salud, salud… en estos momentos la pido con anhelo.
Después de un pequeño rodeo, vuelvo al camino original y llego al auto.
Con las pilas recargadas, regreso a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente recomendable. Han sido cerca de 9 kilómetros, con un desnivel de unos 460 metros, hechos en un tiempo más que aceptable y en un día frío y luminoso.
A pesar de no tener el ánimo como para lanzar cohetes, he decidido hacer, en esta despejada y gélida mañana de jueves, una caminata por una de las sierras de la provincia.
Me he dirigido a los alrededores de la población de Biar, concretamente a un claro de la calle ‘Partida del Figueral’, donde he aparcado mi coche. Desde este punto he comenzado, como en otras muchas ocasiones, mi ruta por la Sierra del Fraile.
Asciendo la pista (PR-CV 155) que me lleva hasta la zona de ‘El Balconet’; aquí ya hay unas vistas magníficas de la población y de su maravilloso castillo.
Sigo por la pista y, en un momento dado, la abandono para incorporarme, a mano derecha, a una senda que me llevará en ascenso moderado hasta el ‘Alto de las Vueltas’.
En este cruce de caminos, una pequeña pausa y… sigo con el recorrido planificado.
Tomo la senda, a mano derecha, que me conduce nuevamente en ascenso, primero en dirección noroeste y suroeste después, al ‘Alto Redondo’ y al ‘Paso del Contador’ (un collado de montaña).
También, desde este lugar, las vistas son espectaculares.
Continúo mi camino, ahora hacia el oeste/noroeste, y después de 1’1 kilómetro llego al vértice geodésico de la sierra, Fraile (1043 msnm).
Una pausa para beber y comer algo, disfrutar de las panorámicas y hacer algunas fotos.
Comienza, desde aquí, el regreso al punto de inicio.
Desciendo por el cordal de la sierra, en dirección suroeste, para llegar a ‘El Rebolcador’, un cruce de pistas. Tomo el ramal derecho que me conducirá, hacia el noreste, por la pista ‘Camino del Estallador’, en la umbría de la sierra, y la entrada a las primeras casas y urbanizaciones de las afueras de Biar.
Dejo la pista y tomo un sendero que me conduce a la calle ‘Partida del Figueral’ y al coche.
Vuelta a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto, es una bocanada de aire fresco que alivia cualquier preocupación. Han sido algo más de 10 kilómetros, con un desnivel de 380 metros, hechos en un tiempo aceptable y en una mañana preciosa para dar la bienvenida al invierno.
Para este despejado martes prenavideño, el grupo, compuesto por Reme, Pedro, Jesús, Raúl y yo, tenemos muy clara, desde hace días, la caminata que pensamos realizar.
Nos hemos dirigido a Jávea/Xábia, población de la costa norte de la provincia de Alicante, perteneciente a la comarca de la Marina Alta, desde donde vamos a comenzar la ruta de esta jornada.
Aparcamos el auto en el estacionamiento público de la avenida ‘Lepanto’ y nos encaminamos por la calle ‘Santísimo Cristo del Mar’ hacia la playa de la ‘Grava’, la ‘Lonja’ y el ‘Puerto’ de la ciudad, abandonando este itinerario urbano para tomar la senda que asciende serpenteando hasta lo alto del cabo de San Antonio.
Un camino por el que se pueden observar magnificas vistas de Jávea y del impresionante Mediterráneo, desde algunos de sus miradores.
Llegamos al edificio en el que se encuentra el faro del cabo; aquí tenemos una visión panorámica del entorno, el cabo de la Nao, el Montgó, la sierra de Bernia, el peñón de Ifach y, en ocasiones, si el horizonte está muy despejado, la isla de Ibiza.
Tomamos ahora la senda que discurre en paralelo a la carretera del cabo, en dirección oeste hasta llegar a una amplia zona recreativa y a un horno de cal para llegar al cruce de carreteras donde se encuentra el ‘Santuari de la Mare de Déu dels Ángels’.
Aquí cambiamos de dirección, ahora vamos hacia el sur por pista hasta la zona llamada ‘La Plana dels Molins’; como su nombre indica es el lugar donde se levantan los molinos harineros.
Son un grupo de 11 molinos de viento, alineados de suroeste a noroeste a unos 190 metros de altura. Uno de ellos es del siglo XIV, y los demás son del siglo XVIII. Tienen forma de grandes cilindros de aproximadamente siete metros de altura y seis metros de diámetro. Constan de dos plantas: la planta baja se utilizaba como almacén, y la alta era donde se molía. Solía haber una estancia intermedia, la habitación del molinero. El nivel superior estaba sostenido por una bóveda de tosca que albergaba los mecanismos de madera carrasca que movían las muelas de piedra y soportaban las aspas. Todo esto desapareció a finales del siglo XIX, cuando dejaron de funcionar como consecuencia de la industrialización. Ahora mismo se pueden ver, pero sin cubierta y sin aspas.
Después de visitar estas estructuras, desandamos nuestros pasos hasta el primero de ellos. Aquí tomamos una senda en la ladera sur que desciende, de manera más o menos acusada (más bien más), hasta llegar a las primeras urbanizaciones y entrar de lleno en la ciudad.
Por las calles ‘Puig dels Molins’, ‘Beniganim’ y avenida del ‘Port’ accedemos al aparcamiento donde se encuentra el vehículo.
Por la hora y estando tan lejos de Alicante, comemos en un restaurante de Jávea.
Volvemos, después, al coche y… cada mochuelo a su olivo.
Valoración: 3***
Recomendable: Muy recomendable. Es una ruta que habíamos realizado en febrero de este año (aunque no todos) y nos había gustado mucho. Han sido algo más de 9 kilómetros, con un desnivel de 260 metros en un día muy agradable, con unas vistas de escándalo y una compañía de lujo.
En un claro del camino, junto a la entrada a la urbanización l’Estepar de Alcoy, aparco el auto y me dispongo a comenzar una ruta por la zona; recorrido que me hará visitar algunos de los puntos más interesantes de estos parajes.
Paso por la pequeña área recreativa y me incorporo a la pista que corresponde a la Vía Verde de Alcoy, muy cerca del túnel que lleva el nombre de la urbanización (l’Estepar).
Dejo el paso subterráneo de la vía a mi espalda y me dirijo, hacia el sur, camino de La Sarga, pedanía perteneciente a la población de Jijona.
Tras 1’7 kilómetros la Vía Verde queda atrás y, por senda, llego a la CV-786 que me hace entrar en La Sarga, pequeña población de unas 20 casas que se encuentra en el límite territorial de Alcoy.
Este conjunto de viviendas estaba considerado como municipio independiente pero la despoblación lo relegó a ser una pedanía de Jijona.
Tomo ahora, frente a los abrigos, la senda que discurre por la cara norte del cerro, en el que se encuentra el Mas de la Cova; un descenso en zigzag que me acerca hasta el Mas dels Ginerets.
Esta masía se encuentra en un cruce de caminos, yo me incorporo a la pista que, en dirección noreste/norte, bordea la Urbanización l’Estepar, su hermosa arboleda y sus magníficas casas.
Camino por esta pista, en la partida alcoyana de La Canal Baixa, dirigiéndome hasta las inmediaciones del Mas de Montllor y al cruce donde se encuentra la subida cementada al Puig.
Después de un ascenso por asfalto, en una zona de grandes y señoriales chalés, llego a una senda que me conduce hasta el Puig de les Florencies.
El oppidum ibérico de El Puig d’Alcoi es uno de los asentamientos fortificados más importantes de la Comunidad Valenciana.
Es una excelente muestra de la construcción de un poblado ibérico, con sus edificios perfectamente definidos, su trazado de calles y los elementos intrínsecos de su fortificación, representados por los lienzos de muralla que todavía perduran.
Los vestigios arqueológicos indican que los primeros pobladores se instalaron en este poblado aproximadamente entre finales del siglo IV a.C. y principios del siglo III a.C. En este sentido, el yacimiento ibérico de El Puig es un perfecto ejemplo de urbanismo íbero y un patrimonio arqueológico de primera magnitud en Alicante.
Un buen rato disfrutando de esta maravilla, además de recrearme, desde su bello mirador, de las estupendas vistas de las montañas de los alrededores, así como de la imponente ciudad de Alcoy.
Ahora sólo toca comenzar el regreso al coche, desandar lo andado, bajar por la senda hasta el asfalto donde se encuentran las casas señoriales y llegar al cruce de caminos.
Un kilómetro y medio después, en dirección oeste y por asfalto, paso por la entrada a la urbanización L’Estepar y llego al auto.
Vuelvo a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Esta es una caminata que ya he realizado en varias ocasiones, ya fuera solo o acompañado, y siempre me ha resultado muy estimulante. Han sido unos 11’5 kilómetros, un desnivel de casi 300 metros, hechos en un tiempo más que aceptable y en una mañana fresca, despejada y luminosa.
En este cuasi primaveral 12 de diciembre, el grupo de caminantes está compuesto por Jesús, Pedro, Reme, Paco, Óscar y yo.
La caminata de esta jornada da comienzo en la misma localidad de Agres, un recorrido por los alrededores de la población, así como por su centro urbano, visitando algunos de los muchísimos puntos de interés que tiene.
Desde la avenida de la Mare de Deu (CV-7930), lugar donde aparcamos los autos, iniciamos nuestra ruta.
Nos dirigimos, en dirección oeste, hacia la ‘Font de Bonell‘, seguimos por la misma avenida para desviarnos, a mano izquierda, por la pista asfaltada que pasa por ‘La Torreta‘ y nos lleva, en ascenso, hasta el área recreativa del ‘Refugio Zamorano‘.
Desde aquí, unos 500 metros hacia el oeste, llegamos al paraje del ‘Molí Mató‘, un bello lugar rodeado de frondosa vegetación.
Deshacemos nuestros pasos y volvemos al refugio, en este punto tomamos la pista cementada, a mano derecha, que nos llevará, durante casi 1 kilómetro, hasta el ‘Camí del Convent‘, a la ‘Font y Cova del Convent‘ y al ‘Santuari de la Mare de Deu d’Agres‘.
Desandamos el camino y nos dirigimos al pueblo, por la calle de la Purísima llegamos a la ‘Font del Raval‘, por las calles de los Santos de la Piedra y la de San Cayetano nos encontramos con la ‘Iglesia de San Miguel Arcángel‘ y la plaza de España.
Ahora, por las calles San Roque y San Miguel accedemos a la ‘Font d’Enmig‘ y por el carrer Major llegamos a la ‘Fonteta‘.
Por la misma calle, en dirección sur, nos dirigimos hasta la ‘Font de l’Assut‘, la ‘Font del Molí‘ y el ‘Llavador‘ del municipio.
Salimos, desde este punto, del núcleo urbano para tomar, en dirección este, el camino de la Mola que, durante 1’7 kilómetros nos conduce hasta un cruce de sendas que llevan, por el ramal de la izquierda, al ‘Poblado Íbero de la Mola‘ y tomando el de la derecha llegamos a la ‘Font del Anficosset‘.
Optamos por acercarnos primero a la fuente, tomamos la estrecha vereda hasta llegar a ella y, en este lugar, hacemos una pequeña parada.
Retrocedemos por la misma vereda hasta llegar al cruce, ahora tomamos la pequeña senda de la derecha, entre grandes rocas y en acusado ascenso, que nos lleva hasta el yacimiento arqueológico del ‘Poblado Íbero de la Mola‘, un gran conjunto de restos de enorme interés cultural.
Descendemos el cerro donde se encuentran los restos arqueológicos y comenzamos ahora el regreso a Agres. Lo hacemos por la misma pista (camino de la Mola) que nos llevó hasta el yacimiento, volvemos a pasar por el lavadero municipal, por la plaza del ayuntamiento, un par de fuentes y la calle mayor.
En este punto, hacemos una parada para ‘comer’ algo en un bar de la localidad; voy a ahorrarme entrar en el detalle.
Ya sólo nos queda llegar a la plaza de Vilana, seguir por la calle de Enmedio, donde se encuentra la ‘Font de Barxeta‘, y unos metros más al norte acceder al Llavadoret.
Deshacemos nuestros pasos y, finalmente, por la calle San Antonio llegamos a los autos.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Muy recomendable, a pesar de tanto asfalto; es una caminata muy completa, con muchísimos puntos de interés. Han sido algo más de 2 leguas, con un desnivel de 400 metros, en un día espléndido y con una compañía muy especial.
Para este jueves de diciembre, fecha entre dos festivos, y a pesar de poder encontrarme con medio mundo en mi caminata, he decidido realizar una ruta cercana y cómoda.
Me encamino a la zona de las ‘Casetes de Meleja’, a las afueras de la población de Santa Pola, lugar donde dejo aparcado mi auto e inicio el itinerario previsto.
Desde el depósito de agua tomo la pista ‘Camí del Far’ (PR-CV 61) y a los pocos metros me dirijo, a mano izquierda y por sendero, hacia la carretera del faro.
Atravieso el ‘Barranco de Lillo’ y, unos cien metros antes de llegar al asfalto, cojo un desvío, a la derecha, que llaman ‘Senda del Conejo’.
Este camino culebrea hasta llegar a la zona de la ‘Casa de la Pinada’, una importante casa de campo, ahora totalmente en ruinas.
Desde aquí, me dirijo por camino paralelo a la carretera del faro para llegar, por la derecha, a una de las pistas que conecta con el ‘Camí del Far’ (PR-CV 61), pasando, antes, por el ‘Aljub del Tío Manyo’.
Después de unos 400 metros de pista en dirección este, tomo un desvío a la derecha, hacia el sur, que me lleva al ‘Camí de la Torre’ y, 700 metros más allá, a la ‘Senda de Roberto Castro’.
Continúo en dirección sur, por pista, para llegar a la ‘Torre Escaletes’, una de las 26 torres vigías de la costa alicantina; ésta en concreto construida entre los siglos XV y XVI.
Comienza, desde aquí, el regreso al punto de inicio.
Tomo ahora la pista cementada, hacia el oeste durante 300 metros, para incorporarme por la derecha a la ‘Senda de la Torre’ que, en dirección norte/noroeste, me lleva al paraje de la ‘Foia Roja’, a la PR-CV 61, al depósito de agua y al coche.
Vuelvo a casa.
Valoración: 2**
Recomendable: Eso, siempre. Ha sido una caminata de 12 kilómetros, con muy poco desnivel, hechos en tiempo más que aceptable y en una mañana despejada, fresca y agradable.
Para este primer día de diciembre la ruta seleccionada es una novedad para todo el grupo, compuesto en esta ocasión por Óscar, Pedro, Reme, Paco, Jesús y yo.
Nos hemos dirigido a las afueras de la población de Banyeres de Mariola, concretamente al paraje del Molino de la Umbría; aquí da comienzo nuestra caminata por la ruta de los Molinos y el camino de los Miradores.
Desde el parking del área recreativa tomamos dirección noreste, ascendiendo suavemente el río Vinalopó por su margen derecho, para visitar, por senda (PR-CV 313), un antiguo horno de cal y, más adelante, un balsa que recoge las aguas de la Acequia del Reg.
En todo momento el protagonista es el Vinalopó, con sus saltos y sus rincones de abundante vegetación.
Estas aguas canalizadas van a parar al Vinalopó en el lugar donde hay un azud y un salto de agua.
Deshacemos nuestros pasos unos cientos de metros, pasamos un tosco puente y recorremos el área recreativa, ahora por el margen izquierdo, donde podemos contemplar las zonas de acampada y sus instalaciones para el picnic.
Un lugar cercano a Banyeres, en plena naturaleza, que merece la pena visitar, ya sea verano o invierno; realmente hermoso.
Después de todo este recorrido, comenzamos ahora, y tomando una senda junto al área recreativa, una pequeña caminata en ascenso, en dirección sur/suroeste, que nos llevará por el llamado ‘Camí de los miradores’.
Antes de llegar a una de las primeras atalayas, nos encontramos con una hermosa cueva.
Seguimos subiendo por pista (PR-CV 4) hasta llegar a un cruce de sendas.
En este punto, erróneamente, tomamos el ramal derecho, con lo que reducimos nuestra caminata en algo más de dos kilómetros.
Tendríamos que haber cogido el ramal derecho y haber llegado hastaotro mirador yla Font de la Mata pero nuestro despiste nos hace llegar mucho antes a la Font del Teularet de Roc (que también estaba en nuestros planes).
La senda nos conduce, en suave descenso, hasta una gran balsa, cercana a fincas de cultivo, y continuando la bajada llegamos hasta la Font y el Molí de l’Umbría.
Acompañamos al río por su margen izquierdo, una estrecha senda que nos muestra pozas y saltos de agua rodeados de abundante vegetación, para el regocijo de más de un senderista.
Rincones de una belleza sublime.
Llegamos al final del área recreativa, pasamos al otro lado del camino asfaltado (el que conduce hasta la peña ‘La Blasca’) y comenzamos el último tramo de la ruta de los Molinos.
Siempre, en todo momento, el Vinalopó es el máximo protagonista.
La primera de las construcciones que nos encontramos es la del Molí Sol, con su elevada chimenea y su enorme balsa de aguas cristalinas.
Continuamos nuestra senda para llegar al Molí Pont, otra descomunal edificación con su gran chimenea, que da muestra de la importancia que tuvo la industria del papel en estos parajes.
Por debajo del puente llegamos al tercer molino, este algo más pequeño, aunque igual de importante; el Molí l’Espenta.
Comienza ahora el regreso al parking, desandamos nuestro camino, volvemos a pasar por estos tres molinos, por sus maravillosas arboledas y la gran balsa. Todo ello acompañados por el sonido del viento agitando las ramas y la música de las aguas correteando.
Llegamos hasta el aparcamiento del Molí de l’Umbría y a los autos.
Regresamos a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Han sido casi 8 kilómetros, con un desnivel que no ha superado los 150 metros, en una caminata llena de puntos de interés, una jornada espléndida, aunque nublada, y una compañía de lujo.
En este frío y despejado viernes de noviembre me dirijo por la autovía A7 a la población de Muro de Alcoy desviándome después por la CV-705, pasando por Gaianes y llegando hasta Beniarrés.
Es en esta localidad, a la altura del cementerio municipal, donde da comienzo la caminata de esta jornada.
Una ruta realmente sencilla, ida y vuelta por el mismo sitio, que me llevará hasta el embalse de Beniarrés y su presa, ofreciendo en el recorrido unas hermosas vistas y panorámicas.
Recorro la presa y, al otro lado del embalse, tomo el camino que desciende suavemente hasta el río Serpis, continúo siguiendo el curso del río, en dirección norte/noreste, hasta el Molí de Ros, el área recreativa y el inicio del Barranco de la Encantada.
En esta zona hay una subida, por un estrecho camino, que conduce al Alto de Senabre.
En su inicio han colocado un cartel que advierte que ‘L’Ajuntament no es fa responsable de possibles accidents’, por lo que, y viendo que es un sendero angosto y pedregoso, da un poco de ‘canguele’ ( 😮 ).
Aún así, yo comienzo el ascenso, procuro ir con calma, con mucho cuidado y asegurando el paso pero…
cuando llevo caminados unos 200 metros oigo unos ‘ronquidos’ muy cerca de mi, entre la vegetación, y lo primero que pienso es que puede que algún jabalí esté cerca, por lo que, sinceramente, no pienso darle opción al animal de encontrarse conmigo… desciendo y vuelvo al camino inicial.
Ahora hago una parada en la entrada al Barranco de la Encantada, una zona rocosa donde se ha preparado artificialmente, en los tiempos de lluvia, la canalización del agua.
Después del descanso comienzo el retorno. Como ya he comentado, se hace por el mismo sitio que la ida. Vuelvo a pasar por los mismos lugares, por el Molí de Ros, por la ribera del río, por la presa y por la carretera que lleva al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Sí, claro, por supuesto. Han sido sólo unos 9’4 kilómetros, con un desnivel que no ha superado los 200 metros y hecho todo con mucha tranquilidad, disfrutando de la mañana y en un tiempo más que correcto.
Al contrario que en días anteriores, las temperaturas de hoy están algo más acordes con el otoño, aunque no hay que hacerse muchas ilusiones; siempre pueden volver a ser primaverales.
Para este martes de noviembre la caminata elegida es una de las clásicas en esta estación del año. Paco, Jesús, Óscar, Elena, Pedro, Reme, Raúl y yo, nos hemos dirigido hasta Alcoy, concretamente al santuario de la Font Roja donde realizaremos un itinerario por el Parque Natural del Carrascal de la Font Roja.
Dejamos el auto en el parking del santuario y, como novedad, iniciamos nuestra caminata por la senda de la ladera norte de la sierra, en dirección a las fuentes ‘Dels Xops’ y ‘Del Rossinyol’, tomando después, hacia el oeste, el camino del ‘Barranc de l’Infern’ y ascendiendo por la zona de ‘El Cremat’ para llegar a la ‘Cova del Carlista’.
FONT DELS XOPSFONT DEL ROSSINYOL
Esta parte del camino, que para la gran mayoría de nosotros es una novedad, nos sorprende regalándonos la maravillosa combinación de los colores otoñales.
BARRANC DE L’INFERNCOVA DEL CARLISTA
A los 400 metros nos incorporamos, en el área del ‘Pla dels Galers’, a la GR7 , pista clásica en el itinerario de este parque.
Por ella, y en dirección suroeste, llegaremos al ‘Mirador de Pilatos’ donde podemos admirar las maravillosas vistas que ofrece la ‘Foia d’Alcoi’.
Continuamos ascendiendo por la pista para llegar al ‘Mas de Tetuán’, aunque a los pocos metros, y como novedad, accedemos a esta masía por un ramal, a mano derecha, que nos lleva a su fuente homónima.
Una parada en la zona recreativa para el refresco y la contemplación de esta finca y su tejo centenario, árbol emblemático en la zona.
En el cruce de caminos que hay junto al ‘Mas de Tetuán’ tomamos la pista (PR-CV 160) que asciende, en dirección este, llegando a la ‘Cava Coloma’ y, seguidamente, hasta el depósito contra incendios.
Llegados a este punto, Raúl, Paco y yo preferimos esperar al grupo, que decide continuar… Un último ascenso hasta la caseta forestal, el mirador y la cumbre del ‘Menejador’, con su vértice geodésico (1356 msnm.)
Ellos realizan una nueva parada y las ya típicas fotos en la cima.
Comienzan el descenso, se unen al resto e iniciamos el regreso al punto de partida.
Tomamos una pista que, en dirección noreste/norte, nos adentra en pleno carrascal de la sierra, lugar donde estallan los colores del otoño y convierte este recorrido en una explosión de sensaciones.
Accedemos a una de las pistas principales, por donde pasa la GR7, llegamos hasta un mirador, el de ‘La Mina’, con sus hornos de leña y de cal, seguimos camino del santuario, pasamos por la ‘Cova Gelada’, la zona recreativa y, por fin, al estacionamiento y al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Naturalmente que sí. Han sido algo más de 10 kilómetros, con un desnivel de 500 metros, hechos en un tiempo más que correcto, en un día más que agradable y con una compañía más que increíble.
En esta luminosa mañana de veroño, el grupo de caminantes está compuesto por Raúl, Óscar, Jesús, Paco, Reme, Pedro y yo. Nos ha parecido interesante realizar una ruta por las sierras del Cuartel y la Llibrería y visitar algunos rincones especiales de estos parajes.
En la autopista A7 cogemos la salida 464 (Ibi-Polígono l’Alfaç), al llegar a la rotonda tomamos la tercera salida (vía de servicio), circulamos durante 2’2 kilómetros en paralelo a la autovía, hasta la bifurcación (stop), aquí seguimos por el ramal de la derecha (esto ya corresponde a la PR-CV 112) y 1’5 kilómetros después llegamos a las Antenas de Villalobos, lugar donde dejamos el vehículo y damos comienzo a la caminata de este soleado martes de noviembre.
Termina en este punto el asfalto y comienza la pista (PR-CV 112 – Assegador del Camí Vell de Xixona) que nosotros seguimos en ascenso hasta llegar al ‘Collado del Cuartel’, en plena sierra homónima.
Aquí (un claro cruce de caminos) tomamos la pista de la derecha que nos llevará, durante 200 metros, en un importante ascenso, hasta el vértice geodésico, Cuartel (1037 m.s.n.m.).
Momento ideal para disfrutar de las vistas, pequeño descanso y las fotos de rigor.
Deshacemos nuestros pasos hasta el collado (200 metros de bajada tocahuevos) y seguimos ahora por la PR-CV112 en dirección sureste hasta llegar a la zona recreativa de la ‘Font de Vivens’, con su hermoso pinar, sus mesas, sus bancos y el refugio.
También en dirección sureste tomamos una pista, por momentos en zigzag, que nos lleva por otra de las sierras, la de la Llibrería, y ascendiendo nos hará llegar hasta el Alt de la Martina (1085 msnm), un collado de montaña con su caseta de vigilancia desde donde se pueden admirar las panorámicas de las sierras de los alrededores.
Comienza ahora el regreso al punto de partida, descendemos, en dirección noreste, por pista durante casi un kilómetro hasta llegar a la PR-CV112, en un cruce de caminos.
Seguimos por esta pista, dirección noroeste, hasta llegar al cruce que nos llevó al área recreativa de la ‘Font de Vivens’, nosotros seguimos rectos y ahora en ascenso, llegamos al Collado del Cuartel.
Ya sólo nos queda deshacer el camino del inicio y encontrarnos en las Antenas de Villalobos y con el auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto que sí. Han sido cerca de 10 kilómetros, con un desnivel de 460 metros, hechos en un buen tiempo, un día magnífico, unas grandes vistas y una compañía de lujo.
La ruta de este lunes es la que tenía pensado hacer el viernes pasado; circunstancias X la han pospuesto para el día de hoy.
Me he dirigido a la ‘Font de la Carrasca’, en el término municipal de Castalla, y, desde este punto, he comenzado mi caminata, un recorrido por la zona norte de la sierra de la Argueña visitando algunos puntos de interés hasta llegar a su vértice geodésico, Replana, con sus 1229 msnm.
Dejo el auto a pocos metros de la fuente, donde también se encuentra un depósito contra incendios. Tomo un sendero que sube hasta una pista que conduce al ‘Mas del Carrascal’, una gran y hermosa finca, cuidada hasta el extremo.
Cuando llevo un kilómetro andado cojo el ramal, a mano izquierda, que me conduce por el ‘Camino de la Replana’ hasta el ‘Collado de las Hermosas’.
Antes, a unos 400 metros, a mano derecha, tomo un desvío hasta el ‘Pou de Neu del Carrascal’.
Una cava de nieve muy reformada y cuidada, una de las más bellas de la provincia.
Deshago mis pasos, vuelvo a la pista y sigo, en ascenso, hasta el ‘Collado de las Hermosas’. Un pequeño descanso para continuar en un nuevo ascenso, éste algo más difícil, que me lleva hasta la parte alta de la sierra.
En un punto concreto la subida da lugar a una pista sin mucho desnivel que me dirige al vértice de la sierra (Replana). Aquí, en la cumbre, a 1229 m.s.n.m., un momento de descanso, algo de bebida, de comida y las ya habituales fotos.
Comienzo ahora el regreso; sólo tengo que desandar lo caminado, volver al ‘Collado de las Hermosas’, a la pista que lleva al pozo de nieve y al ‘Mas del Carrascal’.
En este punto vuelvo a la ‘Font de la Carrasca’ y al auto pero lo hago dando un rodeo, por la cara norte del cerro ‘Cabezo de la Paella’.
Llegada a la zona del depósito contra incendios, a la fuente y… al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente recomendable. Han sido algo más de 8 kilómetros, con un desnivel de 400 metros, hechos en un tiempo más que aceptable, una mañana espléndida y unas vistas de escándalo.
Para este martes de noviembre vamos a realizar una caminata por el oeste de la provincia, en las proximidades de la localidad de Pinoso, ya lindando con la Región de Murcia.
En esta ocasión el grupo está compuesto por Reme, Pedro, Óscar, Jesús, Paco, Raúl y yo, y nos dirigimos a la población de Pinoso para efectuar una ruta por la sierra de Centeneras, visitar su vértice geodésico y algunos de sus puntos de interés, así como un recorrido por sus alrededores para admirar sus ‘cucos‘ y ‘ribazos‘.
A la entrada del pueblo, en la rotonda, tomamos la carretera CV-836, la que une Pinoso con Yecla, y en el km 4’2 cogemos el ramal asfaltado de la derecha y, 600 metros después, en un claro del camino (de Lel) dejamos los autos; aquí da comienzo nuestro itinerario.
CUCO DEL TÍO BLANES
Justa enfrente de nuestros vehículos ya se encuentra el primero de los cucos (el llamado del ‘Tío Blanes’).
En la zona se llaman ‘cucos‘ a estas pequeñas construcciones que sirven de refugio eventual a pastores trashumantes, ideados para resguardarse de eventuales tormentas en pleno campo, o a los realizados por los propios lugareños, con el mismo fin, para sus labores agrícolas. Todos ellos construidos con la técnica de la ‘piedra seca’.
Seguimos en dirección a Lel (es una de las diez pedanías de Pinoso) y a muy pocos metros tomamos un ramal, a mano derecha y en dirección este, que nos conduce a la Casa de Rua y a la pista Volta Rodada; en todo este recorrido encontramos múltiples muestras de ‘ribazos‘.
Se llaman ‘ribazos‘ a los muros de contención, construidos para limitar y controlar los desniveles en parcelas y terrenos; también hechos con el procedimiento de la ‘piedra seca’ (el conocimiento y técnica del arte de construir muros en piedra seca es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, desde el año 2018).
RIBAZOSRIBAZOS
Llegamos a un cruce, tomamos, por la izquierda, el camino ‘Vereda de la Cova’ que nos conduce directamente hasta las faldas, en su cara sur, de la sierra de Centeneras.
Esta sierra no es más que un cerro calizo de poca altura que se levanta entre los llanos que se extienden entre las sierras de Salinas y la del Reclot.
En este punto tomamos la pista de la derecha, rodeando el cerro hasta llegar a la cara norte.
Aquí encontramos vestigios de una antigua calzada, posiblemente romana. Continuamos por la pista hasta llegar a unos campos de cultivo en los que se encuentra nuestro segundo ‘cuco‘, el llamado del ‘Tío Quito’.
CUCO DEL TÍO QUITO
Volvemos sobre nuestro pasos hasta llegar a las marcas en la pista, las que daban a entender que se trataba de una calzada romana. Aquí nos desviamos, campo a través, subiendo por la ladera del monte, encontramos ahora restos mucho más evidentes de la pista romana.
Seguimos ascendiendo campo a través, entre matorrales espinosos y muros de ramas asesinas, hasta llegar, con alguna que otra magulladura, hasta el maltrecho punto geodésico de este cerro (Centeneras, 686 msnm).
Las ya clásicas fotos en el vértice.
Y comenzamos ahora a buscar con desespero los petroglifos perdidos de esta pequeña sierra.
Nos ha llevado un buen rato dando vueltas hasta que, finalmente, algunos del grupo han podido encontrar estas piedras marcadas por el hombre.
Iniciamos el descenso por la cara sur del cerro hasta llegar a una pequeña cantera y al tercero de los ‘cucos‘ de este recorrido, el llamado de ‘Isabelita’.
CUCO DE ISABELITA
Llegamos a la pista por la que, caminando hacia el noreste, llegaremos hasta otra pequeña cantera y al cuarto ‘cuco‘ de nuestra ruta, el que lleva el nombre de la ‘Centenera’,
Más adelante alcanzaremos la carretera ‘Camino de Lel’, giraremos hacia la izquierda para seguir por asfalto el camino que nos llevará hasta los autos.
CUCO DE LA CENTENERA
Antes, haciendo algún que otro desvío a mano izquierda, accederemos a los ‘cucos‘ que nos faltan por visitar.
Primero llegamos a nuestro quinto ‘cuco‘, algo deteriorado, que me hace pensar que se trata del llamado de ‘la Tía Gila’, aunque en este caso no lo tengo muy claro.
CUCO DE LA TÍA GILA (¿?)
A pocos metros encontramos el siguiente ‘cuco‘, el sexto. Tampoco me queda claro su nombre, aunque creo que se trata del llamado ‘de Marco’.
Volvemos a la carretera y, después de 1’2 kilómetros de asfalto, entramos a una pista, a mano derecha, que nos conduce a los últimos ‘cucos‘ de nuestra ruta.
CUCO DE MARCO (¿?)CUCO DE DAVID
El séptimo es el espectacular ‘cuco‘ de David, muy bien conservado y rematado con detalles tanto por fuera como por dentro.
Muy cerca de este se encuentra uno, algo más pequeño y discreto, nuestro octavo ‘cuco‘, el llamado de ‘Marrulles’.
CUCO DE MARRULLES
Retrocedemos hasta volver a la carretera y antes de llegar al asfalto tenemos, a mano derecha, dentro de una finca privada, el noveno y último de nuestros ‘cucos’, el que creo que lleva el nombre de ‘Pepe el Templao’.
Seguimos caminando por la carretera y a unos 600 metros llegamos a los autos.
Antes de regresar a nuestras casas, hemos quedado en Pinoso con un grupo de amigos para comer todos juntos, en un restaurante de la localidad, un arroz con conejo y caracoles, que pone el broche de oro a esta estupenda jornada senderista/cultural.
CUCO DE PEPE EL TEMPLAO (¿?)
Valoración: 3***
Recomendable: Sin duda alguna. Han sido casi 12 kilómetros, con un desnivel de unos 115 metros, hecho todo en un tiempo más que aceptable. Una mañana fresca y soleada para disfrutar de lo que la caminata nos ha ofrecido, muchos puntos de interés y una agradable compañía.
Para este primer viernes de noviembre la caminata no ha tenido ningún misterio; ha sido bastante sencilla y cómoda.
Me he dirigido hasta la población de Guardamar del Segura para realizar una ruta por los alrededores de la zona militar que rodea la antena de la Radio Estación Naval y visitar el vértice geodésico de Moncayo.
Pasada la localidad de Guardamar, en la N-332, tomo dirección a Los Montasinos, en una de sus rotondas, y a unos trescientos metros, a mano derecha, entro en la Carretera de la Torre… Unos 400 metros después, en un pequeño claro, dejo el auto y comienzo mi caminata.
Una senda, en suave ascenso y bastante clara, me conduce, entre pinos y en dirección noreste, hasta el vértice geodésico Moncayo.
Ya desde un principio, el mar es un clarísimo protagonista de esta caminata.
Hoy, concretamente, ha sido un día muy especial, las aguas estaban muy tranquilas y las vistas, debido a los últimos vientos, eran extremadamente claras.
Cómo no!!! Las ya clásicas fotos en el vértice.
Aunque no es demasiada altura, las panorámicas de los alrededores son brutales; las sierras de Callosa y Orihuela por el oeste, el Parque Natural de las Salinas de la Mata y Torrevieja por el sur, la inmensidad del Mediterráneo y Guardamar del Segura por el este y el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola y el cabo homónimo por el norte.
Tomo ahora una senda descendente, en dirección oeste/noroeste, por la Cañada del León, pasando por la valla norte de la zona militar.
Llego hasta la Cañada de la Tía Rita, al Camino del Dos (asfalto) y a unos doscientos metros cambio de dirección, ahora voy por pista (Camino del Campo) hacia el este, iniciando el regreso.
Entro en una senda, entre pinos, paralela a la N-332 y la sierra del Moncayo; a media altura.
Un camino bastante bien señalizado que me conduce en ascenso, pasando por un horno de cal y un par de balsas en desuso, llenas de grafitis (alguno muy curioso), hasta un punto del camino inicial.
Sólo tengo que volver por esta senda para llegar hasta el auto.
Regreso a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Claro que sí. Han sido sólo 7 kilómetros, con un desnivel de unos sencillos 130 metros, en un día luminoso con las vistas siempre relajantes del mar.
Bueno, la caminata de hoy es la primera después del viaje a Chile y Bolivia. No va a ser una ruta larga y complicada; es más bien una toma de contacto con las sierras alicantinas, una forma de romper el hielo.
He elegido las sierras del Carrascalet y del Flare para este último día de octubre, en el que me acompañan Pedro, Reme, Jesús y Paco.
Dejamos el auto en la Replana del Pino, junto a la carretera CV-8170, la que une Petrer con Castalla, y tomamos la pista que conduce a las casas (ruinas) de Planisses.
Esta pista llega hasta otra (PR-CV 85) y nosotros nos dirigimos, por el ramal derecho, en ascenso, hasta el cruce con el Pou del Carrascalet.
Descendemos después hasta llegar al Collado del Portell.
Aquí el camino vuelve a ascender llegando hasta lo alto del Despeñador, con su vértice geodésico homónimo (1.259 msnm)
Ahí, en lo alto, con unas magníficas vistas de las sierras del alrededor, junto al vértice, las fotos de rigor.
Comenzamos ahora el descenso y el retorno, tomamos la pista (PR-CV 141) que, en dirección noroeste, lleva hasta las Peñas del Soldado.
Antes de llegar a ellas, hay un desvío a mano derecha, que desciende hasta enlazar con la PR-CV 85, que, en dirección sureste conduce hasta la carretera de Petrer-Castalla y 500 metros de asfalto después llegamos al vehículo.
Regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto. Han sido cerca de 8 kilómetros, con un desnivel de 360 metros y, todo ello, hecho en un tiempo más que correcto.
Primera salida de septiembre y, casi con toda seguridad, una de las pocas que haré este mes en tierras alicantinas.
En esta ocasión, Jesús, Pedro, Reme y yo, nos hemos dirigido hasta el parking de la Casa Tápena, a las afueras de la población de Onil, para comenzar una caminata por sus alrededores.
Antes de comenzar la caminata propiamente dicha, hemos aprovechado la entrada al laberinto de esta gran zona de ocio y nos hemos hecho un recorrido por su interior.
Después de andar durante bastantes minutos, como pollos sin cabeza, por entre los hipnóticos pasillos de este dédalo hemos logrado salir del mismo y nos hemos dirigido al otro lado de la carretera CV-803 para iniciar nuestra ruta (dejamos para la vuelta el recorrido por este hermoso espacio natural)
Tomamos ahora la senda, llamada de Les Penyes Roges, y entramos de lleno en el barranco de Les Planets.
Complicado se nos ha hecho caminar por esta rambla llena de maleza y zonas embarradas, siendo víctimas de los arañazos de todas las plantas espinosas del sendero, de las zancadillas de los juncos enemigos, de los tropiezos con las raíces de los pinos, etc…
Vamos, un barranco muy entretenido!!!
Por fin hemos llegado a una senda un poco menos agresiva, no sin antes tener que hacer una subida bastante arriesgada.
El camino, algo más tranquilo, nos ha conducido hasta un claro en el que se encontraba la Font de les Penyes Roges.
Ahora, y seguimos en ascenso, llegamos hasta el Mas del Collado.
Puede que se deba a los doce días sin actividad que llevaba pero, hasta este punto de la caminata, me ha costado horrores.
Pasamos por la misma puerta de esta masía, seguimos subiendo por pista, hasta un punto determinado, y comienza el regreso, descendiendobruscamente por una vía muy pedregosa hasta llegar a la pista asfaltada; el barranco de la Escalera.
Entramos a la población de Onil y por entre calles de las afueras, en dirección este, nos dirigimos por asfalto hasta la entrada de la zona recreativa de la Casa Tápena.
Dejamos los bártulos en el coche y nos disponemos a darle un buen paseo a esta magnífica finca.
Diferentes espacios, jardines, huertos, fuentes, estanques, manantial, embalse, zonas de juego y recreativas. Un total de 8 hectáreas tremendamente cuidadas y listas para el disfrute del visitante.
Después de toda esta maravilla, nos dirigimos al coche y… regresamos a Alicante.
Valoración: 2**
Distancia: Cerca de 10 kilómetros.
Desnivel: Próximo a los 250 metros.
Dificultad: Fácil/Moderada.
Recomendable:Por supuesto, todas las caminatas, hasta la más sosa, son recomendables.
A medio camino entre las poblaciones de Onil e Ibi, pero dentro del término municipal de la primera, da comienzo la ruta del día de hoy, último de un mes que ha destacado por sus extremas temperaturas.
En un claro, frente al Mas de l’Arcada, aparco el vehículo y comienzo mi recorrido, que me llevará a visitar algunos puntos interesantes de estas serranías.
MAS DE LA ARCADARAMBLA DE LA ARCADA
Tomo la pista, en suave ascenso, que entra al Barranco de l’Arcada.
Pocos metros después me incorporo, por esta misma rambla, a la GR7 hasta llegar a la bifurcación donde, a mano izquierda, continúa esta ‘gran ruta’, mientras yo tomo el camino de la derecha que me lleva al Barranco de Monvarí (en algunos mapas, Montvarí) y al Mas y la fuente homónima.
En esta masía, en la zona de la fuente y la alberca hago una breve pausa para admirar este bello rincón.
MAS DE MONVARÍFONT DE MONVARÍBARRANCO DE MONVARÍ
Este barranco se extiende hacia el nordeste, entre las sierras del Serral y el Cantalar y la sierra del Biscoi.
La pista, paralela al barranco, me lleva hasta el área del Rincón de los Ratones y el Palomaret.
En toda esta parte del camino se están efectuando trabajos de limpieza del monte (algo que era muy necesario). Las máquinas están trabajando duro para dejar saneados los pinares.
La pista me conduce hasta un importante cruce (aquí se han acumulado muchísimos troncos), encrucijada que coincide nuevamente con la GR7.
En este punto hago una parada, me tomo unas uvas, algo de agua y disfruto durante un buen rato de esta magnífica y refrescante mañana.
MAS DEL PALOMARET
Me dirijo hacia el este, siguiendo la GR7 durante un kilómetro, pasando por delante del Mas del Palomater, otra importante masía de estas sierras.
Nuevamente, otra bifurcación, yo tomo la senda de la izquierda, dejando atrás la gran ruta (ya me volveré a encontrar con ella más adelante).
Esta vereda, llamada camino del Xocolatero, bordea hacia el noroeste la sierra del Serral, y conduce a la zona del Collado con el mismo nombre.
Hay que decir que esta parte del monte también necesita, desde hace muchísimos años, una buena limpieza (esperemos que le toque en esta ocasión!!!).
El final del camino me lleva a conectar con una pista que coincide con el recorrido del último barranco de esta caminata, el de Taguenga.
Ahora, en dirección sur/suroeste, el recorrido, salvo alguna suave subida, me lleva en descenso a recorrer esta rambla, durante 1’7 kilómetros, para enlazar primero con la GR7 y, finalmente, con el barranco de la Arcada.
BARRANCO DE TAGUENGA
Llego a la primera bifurcación de esta caminata, ahora sólo tengo que deshacer el camino inicial, llegar hasta el Mas de la Arcada y al claro donde tengo el auto estacionado.
Regreso a Alicante.
MAS DE LA ARCADETA
Valoración: 3***
Distancia: Cerca de 12 kilómetros.
Desnivel: Unos 250 metros.
Dificultad: Fácil.
Recomendable:Totalmente recomendable. Una mañana luminosa y limpia, con una temperatura fresca y muy agradable .
Para este jueves caluroso, despejado y luminoso, la caminata elegida no ha tenido una gran dificultad, aunque han sido cerca de 11 kilómetros con un desnivel próximo a los 500 metros; un recorrido de ida y vuelta por el mismo sitio, todo por pista forestal, sin sendas, ni veredas, ni trochas…
Pero, eso sí, hay que decirlo, con unas vistas A-CO-JO-NAN-TES.
Me he dirigido hasta el puerto de montaña de Confrides, he dejado el coche en un pequeño claro de la carretera CV-70 y, desde este punto, he comenzado la caminata de esta jornada por la Sierra de Serrella.
Ya nada más empezar a caminar, el ascenso, más o menos importante, se realiza sin descanso hasta la caseta de vigilancia forestal y el vértice geodésico.
Llego a un pequeño collado, un cruce de caminos, entre las poblaciones de Benasau y Cuatretondeta.
Yo continúo subiendo por la pista forestal en dirección al depósito contra incendios y… sorpresa!!! justo delante, en medio del camino, se encuentra una pareja de arruís (muflón del Atlas), en una actitud bastante tranquila a pesar de mi presencia.
Sigo acercándome y ellos, con una pasividad pasmosa, se retiran, subiendo por la ladera de la sierra hasta desaparecer de mi vista.
La verdad es que ha sido un momento genial!!!
Llego al depósito de agua contra incendio, también es un pequeño collado y cruce de caminos.
Sigo ascendiendo, ya queda un último tramo hasta la cumbre, el calor es importante y las vistas de sierras como la de Aitana, Aixortá, Bernia, etc… y peñas como la de Meralda, alucinantes.
La pista forestal entra ahora en un pinar durante unos 700 metros, en el que se agradece la sombra y la temperatura más suave.
Depués, unos doscientos metros de senda y llego, por fin, a la caseta de vigilancia y al vértice (Serrella, 1359 metros).
Un rato de charla con el muchacho que cubre la vigilancia, unas pocas fotos con el vértice y sus grandiosas panorámicas, algo de refresco, un poco de uva y… comienzo el regreso.
Como ya dije, es el mismo camino de ida que de vuelta: lo único que ahora todo es en descenso.
La bajada, en esta caminata, es mucho más rápida que la subida; aunque no siempre es así.
Paso por los mismos puntos, el collado del depósito, el del camino de Benasau a Cuatretondeta, etc… y, sin mucha dificultad llego al puerto de Confrides y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Distancia: Cerca de 11 kilómetros.
Desnivel: Próximo a los 500 metros.
Dificultad: Fácil.
Recomendable:Totalmente, con unos paisajes alucinantes .
Después de una semana de ‘obligado’ descanso hoy, lunes agosteño, decido hacer un recorrido por alguno de los montes alicantinos.
En esta ocasión he optado por una sierra cercana, la de Castalla, en la que recorreré un tramo de la GR7 (Dios mío, cómo no!!!), así como algún que otro punto de interés.
Dejo el coche en la zona llamada Litero, al borde de la pista (camino de Petrer a Castalla-GR7-PRCV141), muy cerca de las vallas que sólo permiten el paso a caminantes y vehículos autorizados.
Aquí comienza mi caminata; un suave ascenso que me acerca, a muy pocos metros, hasta las ruinas del Corral de Roig y sus antiguos hornos de cal y yeso.
Después el sendero me hace pasar por el Mas de Litero y las Penyas homónimas.
A los 2’3 km de la salida llego al Collado de Roque, donde se encuentra la Caseta y el Pino del Ángel; aquí el camino se suaviza, aunque sigue en ascenso.
Cuatrocientos metros después llego a una importante bifurcación. La PR-CV141 continúa por la senda de la izquierda que es la que conduce hasta la cumbre del Despeñador; yo sigo recto, en dirección suroeste (GR7 y camino de Petrer a Castalla).
En el kilómetro 4’6 la pista tiene, a mano izquierda, una senda que conduce hasta el Alt del Bubo.
En este punto busco un lugar, bajo una sombra, para hacer un receso, beber agua, comer una fruta y tomar una decisión.
Mi plan era dejar la GR7, tomar la senda de la izquierda y subir hasta el Alt del Bubo pero… hay tres motivos que me hacen cambiar los planes; primero: el calor sofocante, segundo: la molestia en las costillas que aún tengo del trompazo de hace unos días y tercero: se ha terminado de romper una de mis zapatillas (parece una excusa barata pero… los tres motivos son realmente ciertos).
Disfruto, sin prisa, de la pausa y comienzo el retorno por el mismo sitio que me llevó hasta este lugar.
Nuevamente llego al cruce en el que la PR-CV141 tomó otro camino y ahora se vuelve a incorporar a la GR7.
Se deshacen los pasos del comienzo de la ruta, se pasa nuevamente por el Collado de Roque, las Peñas y el Mas de Litero, los Hornos, etc… y llego al auto.
Primer jueves del mes de agosto; tengo la impresión que la mañana es menos calurosa que días anteriores y eso pienso que va a facilitarme la caminata que voy a realizar. Me dirijo a las inmediaciones de la población de Lorcha, concretamente al paraje de la Fábrica de Papel, lugar donde hoy doy comienzo el recorrido por la Vía Verde del Serpis.
Dejo el coche a los pies del Castillo de Perputxent, importantísima fortaleza de origen musulmán, construida entre los siglos XII y XIII, que tuvo una gran trascendencia en la llamada ‘reconquista’.
Me adentro por la pista de la Vía Verde y me encuentro, en un primer momento, con una inmensa carrasca centenaria, continúo caminando en paralelo al río y paso por una de las casetas del ferrocarril.
El recorrido me lleva, en un suave descenso, hasta la Font de Boteros (un arroyo que alimenta una bonita alberca) y que servirá en el camino de vuelta para sofocar el calor.
En todo momento el río acompaña mis pasos y pone sus sonidos al camino.
Llego hasta el primer (y único) túnel de mi caminata; apenas hay que activar la linterna del móvil ya que al poco de entrar ya se ve la luz del final.
El siguiente punto de interés en mi trayecto es el Azud del Infierno, una curiosa presa que debía servir, en su día, para desviar el agua por acequias y llevar su caudal a la Fábrica de la Llum (que va a ser el destino final de esta ruta).
Ahora paso por el Molí de l’Infern y, poco después, por otra de las casetas del ferrocarril y la base de un antiguo depósito de agua.
Casi un kilómetro después llego hasta la zona del puente que cruza el río y a la Fábrica de la Llum.
En este lugar hay una pequeña área de descanso, con sus mesas y sus banco, donde hago un receso para beber y comer algo de fruta.
Coincido con Carmina y Paco, una pareja de caminantes con los que intercambio, en esta pausa, una agradable conversación.
Llega el momento de volver al punto de inicio.
La senda de regreso es por el mismo camino que la ida; aunque en esta ocasión se hace en un ligero ascenso.
Vuelvo a pasar por el depósito de agua, por la caseta del ferrocarril, por el Molí del Infern…
La mañana está avanzada y el calor arrecia.
Paso por el Azud del Infierno…
Por el túnel y por la Font de Boteros y su balsa.
Es ahora, como dije antes, el momento de aprovechar la frescura de sus aguas para remojar la gorra, la cara y parte del cuerpo.
Esto me sirve de gran ayuda para terminar el camino más aliviado.
Dos kilómetros después llego hasta la zona de la Fábrica de Papel y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Distancia: Cerca de 11 kilómetros.
Desnivel: No creo que llegue a 100 metros.
Dificultad: Fácil.
Recomendable:Totalmente, es una caminata que se puede hacer en plan familiar.
La ruta elegida para este último día de julio es un recorrido, sin demasiada complicación, por las sierras de Rontomar y dels Plans. La máxima dificultad, posiblemente, puede ser el sofocante calor que se espera para esta jornada.
Me dirijo hasta el puerto de montaña de Benifallim y, en este punto (a unos 1010m de altitud), aparco el auto en un claro de la carretera, dando comienzo la caminata de este lunes.
Tomo la pista forestal que se adentra en la sierra, en dirección suroeste, paralela al Refugio Cumbres Alegres, y que me acerca al depósito contra incendios.
En este lugar, el camino va in crescendo, rodeando la vertiente sur de la Sierra de Rontomar (Rontonar, según algunos mapas) y me dirige hasta el Pou de Neu homónimo.
Este es el sitio ideal para hacer un pequeño descanso, contemplar el nevero, disfrutar de las maravillosas vistas y tomar algo de refresco antes de afrontar el tramo de ascenso hasta la cumbre.
Ahora la senda me lleva bordeando la cara sureste de la Sierra dels Plans para llegar al camino de subida, la llamada Costera de la Mare de Déu, que con un ascenso más exigente (Mare de Déu, quina costera!!!) me conduce al vértice geodésico de esta caminata, Els Plans, con sus 1330 msnm.
Ni que decir tiene que, desde este punto, toca hacer un breve descanso, algo de refresco y las ya clásicas fotos del vértice y de las estupendas panorámicas.
Comienzo el regreso; el recorrido de vuelta es por el mismo camino que el de la ida.
Desciendo la Costera de la Mare de Deu, en la que hay que llevar un cuidado especial, ya que es una pista llena de guijarros sueltos.
Llego al Collado del Portet y, aquí, tomo la senda que, en dirección noroeste, me acerca nuevamente al Pou de Neu de Rontomar.
Otra parada, ahora a la sombra de un gran árbol, para beber y comer alguna fruta.
No es preciso aclarar que con estas temperaturas es muy conveniente hacer descansos para hidratarse.
Ya sólo queda el último tramo del itinerario, un descenso suave hasta llegar al depósito contra incendios y otro, igual de tranquilo, para llegar al puerto de Benifallim y al coche.
La caminata de este viernes es, salvo alguna pequeña modificación, la misma que realicé hace exactamente seis semanas; o sea, hoy me he hecho un «groundhog day» en toda regla, sólo me ha faltado el «I got you baby» como banda sonora, jejeje 😉
Me dirijo hasta el barrio de Batoi, al suroeste de la ciudad de Alcoy, y dejo el coche a pocos metros del camino que conduce a la Font del Quinzet, una pequeña área recreativa donde se unen los ríos Barxell y Polop.
Dentro de las posibilidades que tiene este cruce de pistas, yo tomo la que, en dirección sureste, me lleva, en un fácil ascenso, hasta un tramo de la Vía Verde, concretamente a la salida del túnel del Mas de Sant Benet.
Sigo la Vía Verde en dirección a la ciudad y paso por los túneles del Mas de la Mota, el de la Glorieta del Salt y una pequeña área de descanso.
Llego ahora al Puente de las Siete Lunas y al túnel de Riquer.
A la salida de este túnel se encuentra el Viaducto del Barxell y a su término, y antes del túnel del Pontet, hay una fuentecilla y, junto a ella, un desvío que me llevará, en una subida moderada, hasta las Casas del Salt.
Dejo las Casas del Salt y me encamino, por vereda, hasta una cueva/abrigo y a un par de miradores desde donde se puede contemplar, sobre todo en época de lluvias, el Salt; hoy no es el caso.
Ahora continúo el camino descendente, en dirección suroeste, que me acerca al Racó de Sant Bonaventura.
A pesar de los días de tremendo calor, el río Polop tiene en este paraje sus saltos de agua, sus pozas y una zona de recreo que invita a disfrutar del entorno.
Aquí hago un descanso para el refresco y la ingesta de alguna fruta.
Comienzo el regreso y, en esta ocasión, lo hago por la pista, paralela al río Polop, que pasa por el Molí de Baix y su fuente.
La pista me llevará hasta la parte baja del Puente de las Siete Lunas, pasando por entre casas de campo y terrenos de cultivo.
Aproximadamente unos 800 metros después del puente la pista me lleva hasta una anciana y enorme carrasca y, pocos metros después, al auto.
Una jornada más de caminata en alguna de las montañas alicantinas.
En esta ocasión, como en salidas anteriores, tampoco es una novedad. Vuelvo a realizar un recorrido por la Sierra de la Argueña, dentro del término municipal de Castalla, para llegar a su cima, La Replana, con sus 1229msnm.
Dejo el auto en las proximidades de la Font de la Carrasca y el depósito contra incendios y, desde este punto, inicio el itinerario marcado.
La pista, en una subida en principio suave, me acerca hasta la hermosa y cuidada finca del Mas del Carrascal.
A los pocos metros, tomo un ramal, a mano izquierda, que me dirige hasta el Pou de Neu del Carrascal, uno de los más bellos y restaurados de la provincia.
Vuelvo a la pista y continúo con el ascenso, algo más exigente, para llegar al Collado de les Fermoses.
Aquí la pista da un giro a la derecha y la subida se hace mucho más dura; momentos en los que hay que tomárselo con calma ya que el calor pesa y hay que hacer descansos bajo cualquier sombra para respirar y refrescarse.
Llego al kilómetro 3 del recorrido y la cuesta da paso a un camino más o menos en llano que me lleva hasta el vértice geodésico de la sierra, La Replana.
Bueno, como suele pasar en este punto, un descanso, un momento para beber y comer alguna fruta, así como para hacer las ya habituales fotos en la cúspide.
Tanto la ida como la vuelta las hago por el mismo sitio.
Toca ahora regresar al punto de partida, desandar lo recorrido, lo que fue subida tocahuevos se vuelve en descenso tocapelotas, jejeje…
Llego hasta el Collado de les Fermoses, paso por los alrededores del Pou de Neu y por el Mas del Carrascal. En este punto, para llegar al vehículo, hago un pequeño desvío rodeando el cerro llamado Cabeço de la Paella.
Esto hace que se le añadan unos cientos de metros más al recorrido, que era mínimo. Finalmente llego hasta la zona de la Font de la Carrasca y al coche.
Aunque llevaba varios días pensando en una ruta para hoy, a última hora he cambiado de opinión (la dejaré para otro momento) y me he dirigido hasta la carretera CV-7881, próxima a la ciudad de Alcoy, y en un claro del desvío que va a la partida de Rambla Alta he dejado el coche y he comenzado mi caminata.
Este será el mismo trayecto que realicé el día 27/02/2023 y que me llevará por sendas, pistas y caminos a lo alto de la Sierra de la Serreta.
Recorrido que, con alguna que otra variante, ya he realizado en otras fechas, con o sin compañía y en años diferentes (21/05/2021, 02/03/2016, 04/11/2012, 02/08/2012).
Ya que os pongo los enlaces a las anteriores rutas, no me extenderé en explicar el recorrido y así no me repetiré como el ajo 😉 .
Sólo diré que en el ascenso paso por el Mas de la Serreta y ya en la parte alta de la sierra me encuentro con varios puntos de interés:
**Las ruinas de la casa en la que se refugió en sus momentos de trabajo.
**El vértice geodésico de la sierra, Serreta, con sus 1052 msnm.
Comienzo el regreso, ida y vuelta por el mismo sitio, sólo hay que desandar lo caminado.
Unos cientos de metros antes de llegar al auto, tomo un desvío que me lleva a la Fuente de la Salud.
Área forestal cubierta de chopos y pinos, ubicada, en el noroeste, a los pies de la Serreta, desde donde brota una de las fuentes más emblemáticas para los alcoyanos.
Un pequeño recorrido por las sendas, en los alrededores de la fuente, y me encamino al coche.
La caminata de hoy no tiene ningún misterio; es un recorrido por un paraje muy conocido, con multitud de variantes y que he pateado en muchísimas ocasiones.
Parto desde la zona de aparcamientos del Hotel de Xorret de Catí para realizar una ruta que me llevará por algunos de los puntos de interés de estas sierras.
Me dirijo a la zona recreativa que está al otro lado de la carretera que va de Petrer a Castalla y, desde aquí, tomo la pista que me lleva hasta La Ferrería, un cruce de caminos importante.
En esta encrucijada me mantengo en dirección sur por la senda que me acerca hasta las peñas de La Foradá, gran elevación rocosa, a modo de muro, en la que se puede practicar escalada.
En dirección a esta gran mole de piedra me encuentro con algunas bifurcaciones que conducen a otras posibles alternativas de caminata; hay que recalcar que la zona tiene un sinfín de variantes.
Accedo a La Foradá por su cara norte y la rodeo hasta llegar a su solana.
La mañana, debo admitirlo, es extremadamente calurosa, no corre ni pizca de aire y el camino es puro fuego.
Ahora, la senda, me acerca hasta una enorme y anciana carrasca. Aquí hago un descanso bajo su sombra, tomo aliento, me refresco y como alguna fruta.
Decido volver sobre mis pasos y regresar al punto del gran cruce, La Ferrería, aunque esta vez varío de senda hasta llegar a él.
Una vez en la confluencia de sendas, tomo la pista que, en dirección oeste, me acerca hasta la Torre de Vigilancia Forestal, una solitaria atalaya que tan solo tiene vigía unos pocos días, con suerte, en agosto.
Las vistas, desde este lugar, son espectaculares; incluso hoy, con los cielos cubiertos con una agobiante bruma.
Vuelvo sobre mis pasos y, en lugar de regresar por la pista, tomo una vereda paralela que me dirige hasta la Ermita de la Purísima.
Es este otro de los sitios, en este recorrido, visitado y fotografiado en muchísimas ocasiones.
Comienzo, ahora ya sí, el retorno al punto de partida, paso nuevamente por el cruce de La Ferrería y me encamino hacia el Hotel de Xorret de Catí.
En lugar de tomar la pista con la que comencé este itinerario, me desvío por otra que me lleva hasta la Casa del Carrascalet, a otra parte de la zona recreativa del hotel, en la que hay una fuente/mina y un pozo y… una vez accedo al Hotel de Catí, me espera el coche, que estando a la sombra marca 38º.
La caminata de hoy es la primera vez que la realizo, aunque algunos tramos los conozco de otras rutas que he hecho por el entorno.
Me dirijo a la población de Banyeres de Mariola, en concreto al sur de la misma, a la conocida área recreativa del Molí de l’Ombría, junto al río Vinalopó. Aquí estaciono el auto y da comienzo esta andadura llamada ‘Ruta de los Molinos de Banyeres’.
Camino por senda, en dirección este, teniendo el curso del Vinalopó, el área recreativa y la zona de acampada a mi derecha. Voy a contracorriente del río, llego hasta un horno de cal y la senda me conduce, en suave ascenso, a la carretera CV-795, donde se encuentra la Font del Sapo.
Inicio el descenso y tomo una vereda que me conduce, por una pequeña trocha, a unas acequias cargadas de agua y a un primer salto.
Ahora cruzo el río y, por el otro margen, entro de lleno a la zona de acampada y al área recreativa.
Llego hasta el Molino de la Umbría, su fuente y su alberca.
El Vinalopó, en esta zona, forma pozas y saltos de agua que, entre frondosas arboledas, hacen que la caminata sea muy agradable.
La senda sigue el curso del río por su margen izquierdo y me lleva a finalizar el recorrido por el Paraje del Molí de l’Ombría.
Ahora el camino me conduce, en suave descenso y río abajo, a visitar los otros molinos de mi itinerario.
Primeramente llego hasta el Molino Papelero Sol, sus balsas y su alta chimenea.
Se avista, algo más lejos, el Molino Papelero Pont y su elevada chimenea.
La senda me lleva hasta el Camino de Perolitet y la carretera CV-804 para, después de unos 500 metros de asfalto, volver a la vereda, en el otro margen del río, y pasar por debajo del puente para encontrarme con el último molino de mi recorrido.
Finalmente llego hasta el Molino Papelero de l’Espent; aquí finaliza la visita a los molinos.
Comienza el regreso al punto de partida; todo es tan sencillo como desandar lo caminado.
La mañana está avanzada y el calor es mucho más sofocante que al principio, aunque se lleva de buen grado, sobre todo con la abundancia de árboles, la frondosa vegetación y la música relajante de las aguas del Vinalopó.
Vuelvo a pasar por los alrededores del Molino Pont, por el Molino Sol y sus balsas, por distintos puentes y saltos de agua y, finalmente, por la senda que me lleva al parking donde se encuentra mi coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Distancia: Entre unas cosas y otras, cerca de 8 kilómetros.
Desnivel: Unos inapreciables 110 metros.
Dificultad: Fácil
Recomendable:Totalmente recomendable. Ha sido una caminata que me ha sorprendido favorablemente y que la tendré en la lista de rutas para realizar con el grupo.
Hoy, un recorrido totalmente novedoso, sin muchos kilómetros y, espero, nada complicado; aunque con estos calores y este fuego en el aire nunca se sabe.
Tomo la salida 460, en la autovía A7, la que lleva a la población de Ibi (norte), y, en la primera rotonda, entro por el segundo acceso (vía de servicio) que corresponde a la Vía Verde.
A unos 2 kilómetros, en paralelo a la autovía, a mano derecha y en un claro del camino, aparco el vehículo y comienzo, desde este punto, mi caminata.
La zona, que se conoce como ‘La Canal’, me lleva por senda y en dirección sureste, entre los barrancos de Barret y Campo Frío, a sortear, por la izquierda, la finca conocida como ‘Mas de Castelló’.
El camino, en un sinuoso y escalonado ascenso, me conduce hasta el punto más alto de esta ruta, el ‘Cabeç de Castelló’, que con sus 1122m es la cumbre de la caminata.
Rodeada de cimas como ‘Cabeç de Barberá’ (1117m), ‘Cabeç de Barret’ (1096m) y ‘Cabeç de l’Ermita’ (1045m), entre otras, componen un conjunto de ‘miles’ que quedan en la ladera noroeste de las sierras del Quartell y la Carrasqueta acompañando al vértice geodésico ‘Carrasqueta’, con sus 1205msnm.
La ruta es bien corta y sencilla, una vez llegado a este pico, hago un breve stop para beber y comer un paraguayo, (para qué? paraguayo, jejeje), las fotos de rigor y comenzar el regreso por el mismo camino que me llevó hasta allí.
Sin más y, ahora, en suave y zigzagueante descenso llego hasta la zona donde se encuentra el coche.
Vuelvo a Alicante.
Valoración: 2**
Distancia: Algo más de 8 kilómetros.
Desnivel: Unos 320 metros.
Dificultad: Fácil, aunque con el calor y la humedad tengo que catalogarla como moderada.
Recomendable:Muy recomendable. Ha sido algo nuevo y entretenido.
Para un día como hoy, con aviso extremo de calor y posibilidad de alcanzar más de 40º a la sombra, ésta es la caminata más adecuada dentro de la anunciada gravedad térmica.
Parto, como el pasado lunes, desde la Replana del Pino, junto a la carretera que va desde Petrer a Castalla, lugar en el que aparco el auto y doy comienzo esta sencilla ruta.
Me dirijo, en un ascenso de 300 metros por asfalto, hasta el Collado del Portell para tomar después la senda, a mano derecha, en importante subida, que me lleva en un primer tramo a una planicie, cruce de caminos, y en una segunda parte al vértice de esta sierra, Despeñador, con sus 1261msnm.
Desde esta atalaya las vistas de los alrededores son realmente espectaculares, a pesar de la bruma que predomina en la jornada.
De momento el calor se hace bastante soportable ya que, aquí en lo alto, corre una agradable brisa.
Yo aprovecho la sombra de unas carrascas, cerca del vértice y al borde del precipicio, para tomar algo de agua y comer una fruta.
Comienzo el descenso y lo hago por la cara oeste de esta sierra, por un camino/pista que corresponde a la PR-CV141, en sentido noroeste; una bajada bastante rocosa y con piedra suelta en la que hay que llevar máximo cuidado en no tropezar o resbalar para no caer, no torcerse un tobillo o… ambas cosas 😉 .
Llevando cuidado no tiene por qué pasar nada grave.
El camino me lleva, durante casi 2 kilómetros, a una importante bifurcación. Tomando la pista de la izquierda seguiría por PR-CV141 y llegaría hasta las Peñas del Soldado, en la Sierra de Castalla, la opción de la derecha, que es la que elijo, me hace regresar al punto de inicio.
Un camino, en principio con un suave descenso, que me conecta con una pista, PR-CV85, y antes paso por una gran peña de roca, que imagino debe tener un nombre, aunque por mucho que lo he buscado no lo he encontrado.
Ya en esta PR-CV85, voy en dirección sureste, paso por los restos de un pozo de agua y por las ruinas de una masía hasta llegar a la carretera de Petrer a Castalla.
Casi un kilómetros de subida después, llego a la Replana del Pino y al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Distancia: Algo más de 6 kilómetros.
Desnivel: Cerca de 300 metros.
Dificultad: Fácil
Recomendable:Absolutamente recomendable. Han sido muy pocos kilómetros, sobre todo pensando en el calor pero, la verdad, no ha sido para tanto.
Hasta los alrededores de la población de Biar me dirijo para realizar la caminata de este calurosísimo jueves de julio, concretamente al paraje de la Ermita de los Santos de la Piedra.
Dejo el auto a la sombra de su arboleda y comienzo el recorrido de hoy por la Sierra de la Fontanella, visitando algunos de sus puntos de interés.
La Ermita de los Santos de la Piedra se encuentra en la partida del Ravalet, a un kilómetro del pueblo, en una ladera, junto al Pont de les Fanecaes, dando frente al pueblo y su castillo, y ofreciendo una bellísima estampa. Su construcción data de la primera mitad del siglo XIII.
Es del llamado estilo gótico de 😮 «reconquista» y está dedicada a los Santos de la Piedra, Abdón y Senén, cuya festividad se celebra el 30 de julio, único día en el que se puede acceder al interior del templo.
Tomo la pista ascendente por la Solana de Campaneta (PR-CV55) y, pasando por las proximidades del Área Recreativa Lomas de Jara, me hará llegar hasta la Cova Negra.
Este abrigo/yacimiento está ubicado en la vertiente interior de la Sierra de Fontanella, a unos 4 kilómetros de Biar. La cueva da al Sur y se sitúa sobre la rambla del Pinaret. Con una altura cercana a los 900 metros sobre el nivel del mar, el yacimiento se localiza frente a un antiguo paso de rebaños, utilizado por los pastores. De amplias dimensiones, la bóveda se encuentra totalmente ennegrecida. La utilización de esta cueva como refugio ha afectado su potencia estratigráfica ya que se vació en un momento indeterminado y por lo tanto los materiales hallados son del exterior de la cueva. Entre ellos destacan una punta de flecha de sílex con pedúnculo y fragmentos de cerámica a mano muy erosionada. Se considera que puede tratarse de un lugar de enterramiento de la Edad del Bronce (II milenio a.C.).
Después de visitar este abrigo y haber hecho una parada para beber y comer algo, debido sobre todo al tremendo calor, me planteo si continuar o no con el itinerario que llevo marcado en el gps.
Decido reducir el recorrido y restarle unos dos kilómetros y medio.
La misma senda que me ha llevado hasta la Cova Negra continúa descendiendo, en dirección sureste, pasando por un pequeño barranco y subiendo después por una loma en la que hay un cartel de aviso colmenas.
Hago un corto desvío, campo a través, para evitar el posible peligro, vuelvo al camino original y accedo, pocos metros más tarde, a la pista PR-CV35.
Esta PR me llevará durante casi 1’5 kilómetros, en dirección oeste, acercándome hasta la población de Biar y pasando por la Casa de Segura y la Casa de Campaneta.
A la altura de esta última masía dejo la PR-CV35 y me desvío, a mano derecha, por el camino que me conduce hasta la Ermita de los Santos de la Piedra y al coche.
Para este tercer día de julio he pensado en una caminata cercana y con una dificultad sencilla; aunque naturalmente esto es algo muy relativo que depende de muchos factores.
Me he dirigido hasta la Replana del Pino, a pocos metros del Collado del Portell, en pleno Paisaje Protegido de la Sierra del Maigmó y Sierra del Cid.
Una vez estacionado el coche, comienzo mi ruta. Me encamino, en dirección sur/sureste, por la pista que hay a media altura en la Sierra del Carrascalet.
Siguiendo esta vía principal, y eludiendo algunas sendas menores, llegaré, en suave ascenso, hasta una bifurcación importante. La opción de la izquierda me llevaría a las Casas de Planisses y la de la derecha, que es la que elijo, me conduce, ahora en una subida algo más potente, a las Antenas de Pedro Payá.
En el kilómetro 3’9, antes de las antenas, tengo la posibilidad de desviarme, como he hecho en otras muchas ocasiones, aunque hoy no, hasta el Alt de Guisop.
Llego, después de 600 metros, a la caseta de vigilancia y a las Antenas de Pedro Payá, donde hago un descanso para beber y comer una fruta (adivinanza: oro parece, plata no es 😉 ).
En este punto las vistas son realmente espectaculares, los picos más importantes de estas sierras se muestran en su máximo esplendor.
Comienzo el regreso, tomo la carretera asfaltada que desciende serpenteando durante 1’8 kilómetros para acceder a una senda, a mano izquierda y en dirección norte, que me lleva, por pista, a la zona de Les Planisses.
Llego hasta el Pou de Neu y, 600 metros más tarde, a las Casas de Planisses.
Sigo en la pista, hacia en noroeste, para desviarme por una estrecha senda, a mano derecha, que me llevará a incorporarme a la vía del comienzo de esta ruta, ya camino del auto.
Después de poco más de un kilómetro llego a la Replana del Pino y al coche.
La ruta de este lunes la voy a realizar por los alrededores de la ciudad de Alcoy, en concreto, y como en otras muchas ocasiones, en las cercanías de la Font del Quinzet y su área recreativa.
Dejo el auto en un claro de una arboleda que hay a escasos 200 metros de la fuente. Es en este punto, en el que se unen los ríos Barxell y Polop, donde, prácticamente, da comienzo mi caminata.
La Font del Quinzet es una pequeña zona de recreo cercana a la ciudad de Alcoy. Dispone de buenas sombras, un salto de agua, mesas y bancos de piedra y madera y la fuente en sí. Además es un interesante cruce de caminos y senderos que conducen a distintos parajes de los alrededores.
Durante unos 300 metros sigo el curso del río para tomar un desvío, a mano derecha, que me lleva en ascenso, por senda y por pista, en dirección sureste, hasta la Vía Verde.
Seguiré el recorrido de esta vía por unos 2’2 kilómetros, pasando por cuatro de sus 14 túneles, un área recreativa y dos puentes: el ‘Pont de las Set Llunes’ y el ‘Viaducte del Barxell’.
Pasado el viaducto, junto a una pequeña fuente, me desvío, a mano izquierda, por una senda que me conduce a la pista que lleva, en modo ascendente, hasta las Casas del Salt.
Este pequeño núcleo urbano, situado al suroeste de la ciudad de Alcoy, próximo a la carretera CV-795, la que lleva a Banyeres de Mariola, destaca por estar ubicado sobre un gran acantilado desde, sobre todo en tiempos de lluvia, donde se puede disfrutar de su famoso Salt, una cascada efímera que ofrece el río Riquer o Barxell al precipitarse al vacío.
Al paso por la calle principal, sobresale, de manera especial, el edificio del Molino el Salt de Payá y los Jardines de Brutinel.
Ahora me dirijo, por senda, al otro lado del río para ver el hermoso paisaje desde el mirador, pasando antes por un curioso abrigo/cueva.
Me llevo una grata sorpresa cuando compruebo que, en pleno mes de junio y de manera excepcional, el Salt tiene una caída de agua bastante importante para la época en que estamos.
Unas cuantas fotos en el mirador y… continúo con el itinerario previsto. En suave descenso me encamino por entre pinares hasta el paraje del Racó de Sant Bonaventura, teniendo frente a mi el Parque Natural del Carrascal de la Font Roja.
Llego a los saltos de agua que ofrece en este lugar el río Polop.
Una hermosa arboleda surcada por las aguas y rodeada de mesas y bancos de madera.
En este punto hago una pequeña pausa para beber y comer alguna fruta.
Comienza el regreso al punto de partida.
Camino por la sinuosa senda que, siguiendo al río, me llevará a mi destino.
La corriente forma pequeñas pozas y con la ayuda de algún azud se producen saltos de agua que me acompañan durante todo mi recorrido.
Paso ahora por entre las columnas del Puente de las 7 Lunas.
La senda, de frondosa vegetación, me lleva, por fin, hasta la Font del Quinzet y, a unos 200 metros, al lugar donde tengo aparcado el auto.
Entre los términos municipales de Fontanars dels Alforins (Valencia) yBeneixama (Alicante) se desarrollan las caminatas de este día.
Paco, Raúl, Pedro, Reme y yo, nos hemos dirigido hasta el kilómetro 5’5 de la carretera CV-657, la que comunica Beneixama con Fontanars, en plena Sierra de la Solana. En este punto hemos tomado la entrada a una pistay, apenas acceder a ella, en un claro, hemos aparcado el auto.
Comenzamos la caminata por una vereda que hay junto a la pista, llamada ‘de la Replana’, a mano izquierda y que nos lleva, nada más entrar, a un llamativo horno de cal.
Éste es uno de los tres recorridos (el más largo) que haremos en esta mañana.
La senda nos dirige, por la zona llamada ‘Bancalets d’Alonso’, al Albergue de Rita.
Éste es uno de los cuatro refugios que dependen del ayuntamiento de Beneixama (los otros tres son: ‘La Talaeta’, ‘La Estación’ y ‘El Salze’). En concreto el de Rita tiene una capacidad para 25/30 personas con sacos de dormir. Está situado en plena Sierra de la Solana y es un lugar idóneo para la observación de los cielos nocturnos.
Salimos de la senda, dejando atrás el albergue, y enlazamos con la pista que, en dirección este/sureste, nos acerca, ahora en una subida algo importante, a una bifurcación.
El camino de la derecha nos lleva al Mirador del Blanquinal. En él yo esperaba encontrarme lo mismo que hace un par de años (en 2021) una caseta, un pozo y una mesa con sus bancos, realizada con piezas de madera de la antigua torre de vigilancia , que se quemó en el terrible incendio del 2017.
Al llegar hemos encontrado un señor tomando el sol en bolas justo en la caseta; es por ello que no sale esa construcción en las fotos.Todo lo demás también está en su sitio y… sorpresa, hemos encontrado una nueva torre de vigilanciaalgo que, la verdad, me ha emocionado muchísimo.
Las vistas, desde esta atalaya, del Valle de Beneixama y las sierras que lo rodean son espectaculares.
TORRE DE VIGILANCIA EN 2016DESPUÉS DEL INCENDIO DEL 2017NUEVA TORRE DE VIGILANCIA 2023
Volvemos sobre nuestros pasos hasta la bifurcación, tomando ahora la pista de la izquierda. Ésta nos llevara a muy pocos metros hasta el primero de los vértices de la sierra, Ascensión, con sus 1006msnm.
Las típicas fotos en la cúspide y comenzamos el regreso al punto de partida. Deshacemos nuestros pasos, llegamos al cruce y tomamos la pista que nos hizo llegar hasta allí, eludiendo el desvío al Refugio de Rita y llegando hasta la Pista de la Replana, donde tenemos el auto.
VÉRTICE ASCENSIÓN
Ahora, en coche, salimos a la CV-657 y en el kilómetro 6’2, en un claro de la carretera, dejamos nuevamente el vehículo.
Vamos en busca del segundo vértice.
Este recorrido es sumamente corto, apenas 400 metros, en dirección norte, por una cómoda senda, hasta llegar al… vértice geodésico? Eso hemos pensado en un primer momento, incluso nos hemos hecho las típicas fotos.
Pero realmente el verdadero vértice de esta parte de la sierra lo hemos encontrado unos cien metros en el interior y hasta allí nos hemos dirigido para realizarnos las pertinentes instantáneas él, Lloma Plana, con sus 996msnm.
Hemos resuelto que el falso lo vamos a considerar como medio vértice.
FALSO VÉRTICEVÉRTICE LLOMA PLANA
Ahora retornamos al auto.
Nos incorporamos a la carretera, nos dirigimos hacia Beneixama y en el kilómetro 7’5, donde se encuentra, junto a una amplia curva, un cruce de caminos y un claro.
La idea inicial era dejar el vehículo en el mismo claro y hacer el camino andando pero… estamos cansados, hace un calor del carajo y la pista de acceso al tercer vértice es bastante cómoda como para ir con el auto; eso es lo que hemos hecho.
Llegamos a menos de 100 metros de esta cumbre y ahí está, ante nosotros, el tercer vértice del día, Águila, con sus 983msnm.
Las instantáneas propias y vuelta al coche.
Ahora ya sí, regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Distancia: El total de las tres, algo más de 9’5 kilómetros.
Desnivel: Ruta del vértice Ascensió (105m), la del vértice Lloma Plana (1m) y la del vértice Águila (1m) .
Dificultad: Fácil
Recomendable:Por supuesto… SOBRE TODO LA COMPAÑÍA!!!
Hoy he decidido realizar una caminata por una zona bastante conocida por mi, y por la que he hecho muchas variantes, las sierras de Onil, Biar y Reconco.
En las proximidades de la población de Biar, a la altura del puerto de montaña homónimo tomo la carretera que sube a la cumbre del Reconco y al caserío de Fontalbres y, en la primera bifurcación, aparco el coche en el claro donde se encuentra el depósito contra incendios; aquí comienza el itinerario que llevo marcado.
Justo en esta replana hay varias opciones, varios caminos. Yo elijo la carretera que sube hasta las antenas, la caseta de vigilancia y el vértice geodésico del Reconco.
Después de 1’7 kilómetros de ascenso por asfalto llego hasta el vértice; aquí las ya habituales instantáneas.
Las vistas desde este elevado punto son realmente impresionantes.
Vuelvo sobre mis pasos unos 200 metros aproximadamente para tomar la senda botánica que, en dirección este, me lleva en suave descenso por la zona de ‘Els Castellars’ y la ‘Penya Buitrera’.
El sendero botánico aboca en la pista donde se encuentra la Casa de la Virgen de las Nieves, una antigua finca de esta serranía, ahora en ruinas.
Sigo el camino en dirección norte y me incorporo a la pista (PR-CV55) justo a la altura del Mas de Fontalbres, una finca en el interior de las sierras de Biar/Onil, con más de 200 hectáreas de encinas y pinos, con unas instalaciones muy completas y que funciona como albergue juvenil.
A 700 metros de la PR llego a un cruce de caminos, tomo la opción de la izquierda, una estrecha senda que me acercará hasta la Font del Xorro.
En esta fuente hago un alto para beber y comer alguna fruta, después continúo el itinerario preestablecido.
El sendero, en dirección oeste, me conduce por el Barranco de Garrancha hasta una gran pista. Tomo la opción de la izquierda que me lleva, en una subida más o menos importante, al Mas de Camarasa.
Sigo con el ascenso hasta enlazar con la PR-CV55, que también es el Camino de Santiago del Sureste, y llegar, por la derecha, a la Fonteta de Soriano.
Esta misma pista, donde se encuentra la fuente, es la que me llevará al punto inicial, donde se encuentra el depósito contra incendios y el coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Distancia: Algo más de 8 kilómetros.
Desnivel: 301 metros.
Dificultad: Fácil
Recomendable: Absolutamente recomendable. Ha sido corta pero intensa.
Para la caminata de este jueves, Raúl, Paco, Jesús, Reme, Pedro y yo, nos hemos dirigido a la población de Banyeres de Mariola, municipio de la provincia de Alicante, perteneciente a la comarca del Alcoiá.
En los aparcamientos que hay junto al cementerio municipal hemos dejado el vehículo y, desde aquí, hemos comenzado nuestro itinerario.
Frente al camposanto hemos tomado el ‘Camí de la Serra de Mariola’, una pista que, sin ninguna dificultad, nos ha introducido en plena sierra, en dirección noreste.
Hay que dejar claro que el 87% de esta ruta se realiza en la provincia de Valencia, concretamente en el término municipal de Bocairent.
El ‘Camí de la Serra’, entre la serranía del ‘Massís de Benifarraig’ (donde se encuentran el ‘Pic de la Creu’, el ‘Caponet de l’Águila’ y el ‘Morro del Porc’) y las zonas de la ‘Mallaeta’, Santa Rita y ‘Pla de Navarro’, nos acercan hasta el ‘Pla de l’Ánima’, junto a la carretera CV-794 donde haremos un cambio total de sentido.
Ahora tomamos una nueva pista, en dirección sur, entre casas de campo y terrenos de cultivo, hasta acercarnos al Mas de la Rambla.
En este punto llegamos al río Vinalopó y lo seguimos por la senda que circula acompañando su cauce.
En diversas ocasiones hay que atravesar sus aguas que, en los últimos días y debido a las lluvias, son algo más abundantes.
Llegamos a un punto de nuestro recorrido en el que el caudal es cada vez más importante; hay destacar que éste es un río que recibe, a lo largo de su recorrido, el aporte de muchos manantiales y fuentes (Font de la Cova, Font del Reiner, Font de la Carrasca, Font Freda, Font de la Malladeta, Font dels Brulls, Font de la Coveta, etc…)
Pasamos ahora por el ‘Mas de les Torretes’, el ‘Mas de Blanes’ y el desvío al ‘Castell del Vinalopó’.
Pocos metros después estamos junto a uno de los aportes más significativos para este río, la ‘Font de la Coveta’ (algunos, incluso señalan esta fuente como el nacimiento del Vinalopó).
Las aguas ahora corren con más volúmen y más entusiasmo, formando en algunos tramos pozas y pequeñas cascadas.
Nuestro itinerario nos acerca hasta el Molino de Blanes, ahora en ruina total, uno de los muchos que rodean estas aguas y que tuvieron su época de esplendor en el pasado.
Pasamos cerca de las deterioradas paredes de este gran molino, dejamos el cauce del río y nos adentramos en una pista cementada, con gran ascenso, que nos conduce a la entrada a Banyeres de Mariola, por la parte donde se encuentra el polideportivo municipal y el cementerio.
Llegamos al auto y regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Distancia: 11’5 kilómetros.
Desnivel: 138 metros.
Dificultad: Fácil
Recomendable: Por supuesto, ha sido una ruta sencilla y agradable. Y mucho más interesante por la compañía.
Primer lunes de junio y, para realizar la caminata de hoy, me he dirigido, por la N-340 (la carretera que entra a Alcoy, pasando por el barranco de la Batalla), al desvío, a mano derecha, que lleva a la Urbanización l’Estepar. A la entrada de esta colonia he aparcado el auto y he iniciado la ruta del día.
Camino unos pocos metros hasta llegar al área recreativa, junto a la entrada del túnel de l’Estepar, primero de los 14 que componen el recorrido de la Vía Verde de Alcoy.
En esta ocasión, caminaré por dicha Vía Verde durante un buen tramo pero mi recorrido lo haré en el sentido contrario; en dirección a la población de Ibi.
En el kilómetro 1’7 tomo un desvío, a mano izquierda, que me conduce hasta La Sarga, pasando antes por el Mas de la Sarga de Baix.
La Sarga es una pedanía que pertenece al municipio de Jijona, situada entre esta localidad y la ciudad de Alcoy, a los pies de las sierras de la Carrasqueta y Els Plans. Con no más de 20 casas, que en la actualidad sólo habitan dos vecinos durante todo el año. En el siglo XVIII llegó a constituirse como municipio independiente, en cambio, y debido al descenso de población, en el siglo XIX volvió a ser reabsorbido por Jijona.
Ahora sigo mi camino y me dirijo hacia el norte por pista.
La pedanía es más conocida por las pinturas rupestres que se hallan en las cuevas situadas junto al denominado Mas de la Cova, a unos 800 m de La Sarga, ya en el término municipal de Alcoy. En estos abrigos, se descubrieron en 1951 las Pinturas Rupestres de la Sarga que actualmente se encuentran en una zona vallada para su protección (se debe concertar la visita con el Museo de Arqueología de Alcoy). En ellas se aprecian las figuras de antiguos cazadores, animales, entre otras figuras geométricas.
Las pinturas, en buen estado de conservación, fueron declaradas por la Unesco Patrimonio de la Humanidad el 19 de diciembre de 1998 junto con la totalidad de las manifestaciones de arte rupestre prehistórico del arco mediterráneo de la península ibérica.
Junto al vallado de las pinturas, dejo la pista y tomo una senda, a mano izquierda, que me lleva por campos de cultivo y por vereda zigzagueante, descendiendo el cerro en el que me encuentro.
Llego finalmente a una pista que me conduce al Mas dels Ginerets.
En este punto el camino me conduce en dirección noreste/norte, rodeando la Urbanización l’Estepar, hasta la subida, en un principio asfaltada, del Puig de les Florencies.
Tramo ascendente de asfalto rodeado de grandes y espectaculares chalés, pertenecientes a la zona norte de la Urbanización l’Estepar. Seguidamente continúa una senda que me acerca al poblado íbero del Puig de les Florencies.
La historia del lugar, tal y como figura en la distinta cartelería que allí está dispuesta, cuenta que fue un asentamiento humano durante gran parte del primer milenio antes de la Era. Los restos más visibles son los de su último momento de ocupación en época ibérica clásica, en el s. IV a. C.
Una comunidad de unas 300 personas, escogieron el monte donde se encuentra el poblado para construir el asentamiento con casas cuadrangulares de piedra, articuladas en torno a calles rectas, siempre que lo permitía la topografía del lugar.
Las necesidades estratégicas y defensivas llevaron a los íberos a emplazar sus poblados en lo alto de montes y a protegerlos con sólidas fortificaciones. En El Puig las construcciones defensivas se concentran en el único camino de acceso. Un sólido torreón de forma cuadrangular, de 5 x 12 metros, fue construido hacia el s. IV a. C. coincidiendo con una gran reforma del poblado.
Una vez realizada la visita a este paraje de enorme interés arqueológico e histórico vuelvo atrás sobre mis pasos para regresar al lugar donde dejé el coche.
Paso nuevamente por la zona de grandes casas de la Urbanización l’Estepar; ahora es carretera totalmente asfaltada. Poco más de un kilómetro después llego al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Distancia: Algo más de 11 kilómetros.
Desnivel: 270 metros.
Dificultad: Fácil
Recomendable: Por supuesto, sin ninguna duda. Ha sido una gran caminata, llena de espacios muy interesantes, en una mañana limpia, fresca y agradable.
Esta mañana no he querido estrujarme demasiado los sesos y he optado por una caminata en una zona cercana y cómoda, la Sierra de Santa Pola.
Hasta los alrededores de esta población costera alicantina me he dirigido, concretamente a pocos metros de las ‘Casetes de Meleja’, donde he dejado el auto junto al depósito de aguas y he iniciado, como en tantas ocasiones, un recorrido por esta sierra.
Comienzo mi andadura por el ‘Camí del Far’ (PR-CV61), en dirección noreste, durante unos 300 metros. En este punto tomo el desvío, a mano izquierda y por el mismo sentido (NE), llamado ‘Camí de la Casa de la Pinada’ (PR-CV61).
Aproximadamente 1’5 kilómetros después llego hasta las ruinas de la Casa de la Pinada, una de las tantas que habían en esta sierra, dedicada a la explotación agrícola y ganadera. Hasta la mitad de siglo XX se utilizó como refugio de ovejas en los meses de invierno, luego el desuso y el abandono la relegó a ser un triste recuerdo de lo que fue.
Camino ahora por senda paralela a la carretera del faro durante unos 400 metros para pasar al otro lado del asfalto y entrar en una de las pistas que, durante 700 metros y en dirección norte, me lleva a enlazar nuevamente con otro tramo de la PR-CV61.
Ésta, en esta ocasión en dirección este, me conduce directamente hasta el faro.
Aquí comienza un camino perfectamente preparado con tablas de madera (lo que lo convierte en una senda adaptada) que lleva al borde del cabo y a sus pasarelas y miradores.
Todo ello para poder disfrutar de las vistas del Mediterráneo y la isla de Tabarca.
Dejo estas magníficas instalaciones y me encamino, por senda, hacia el interior para encontrarme con los asentamientos de baterías antiaéreas de la Guerra Civil y con el búnker/vértice geodésico.
Algunas fotos, ya clásicas, en el vértice y… prosigo el itinerario previsto.
Me incorporo de nuevo a la PR-CV61, en dirección oeste, y a unos 300 metros, en un cruce, tomo una nueva pista, por la izquierda y llamada ‘Camino de la Torre’, que me llevará, en dirección sur, a la Torre de Escaletes.
La torre de Escaletes es una de las muchas torres de vigilancia que se levantan en la costa alicantina con el fin de prevenir en su época los ataques de piratas berberiscos . Está situada en la sierra de Santa Pola y su construcción data del siglo XVI, concretamente en 1552, si bien parece ser que fue levantada sobre otra torre de origen andalusí. Erigida con muros de mampostería, su altura es de ocho metros y cuenta con ménsulas de piedra en su parte superior. Ha sido declarada Bien de Interés Cultural por el Consell de la Generalitat Valenciana.
Un buen rato para la contemplación de esta edificación, el mar y el paisaje, momentos para beber y comer alguna fruta y… reanudo mi camino.
Vuelvo sobre mis pasos, tomo la pista ‘Camino de la Torre’ y a unos 400 metros giro a la derecha y tomo el camino que me lleva al Pla de Sant Pere y a la ‘Senda de Roberto’.
Esta vereda, en dirección norte, me acerca al monolito en memoria de Roberto Castro, realizado por su hermano.
Al término de esta senda me incorporo, nuevamente, a la pista ‘Camino de la Torre’ y pocos metros después, a mano izquierda, tomo la vereda que me acerca al paraje de la ‘Foia Roja’.
Este rincón de la sierra rodeado de abundantes eucaliptos debe su nombre a la coloración roja de sus tierras.
Ahora ya, y siguiendo la senda, me incorporo de nuevo a la pista ‘Camino del Faro’ (PR-CV61 y, en dirección oeste, llego al lugar donde se encuentra aparcado mi coche.
Regreso a casa.
Valoración: 2**
Distancia: Cerca de 12 kilómetros.
Desnivel: 125 metros.
Dificultad: Fácil
Recomendable: Por supuesto, siempre recomendable. Esta sierra tiene un montón de sendas, caminos y pistas, todas ellas (salvo alguna excepción) muy fáciles y perfectas para pasar una jornada sin ninguna dificultad.
Preventorio (primer plano), Alcoy (en segundo) y las sierras (al fondo).
Para este miércoles, último día de mayo, la caminata elegida ha llevado al grupo hasta la zona sureste del Parque Natural de la Sierra de Mariola, muy próxima a la ciudad de Alcoy.
Today full team.
Pedro, Jesús, Paco, Reme, Raúl y yo, nos hemos dirigido al Preventorio y, desde este punto, en el que hemos dejado los vehículos, hemos comenzado nuestra ruta por los alrededores.
Comenzamos por una pista cementada, frente al edificio del Preventorio, con una subida bastante importante hasta llegar a una senda rocosa que nos lleva hasta la Ermita de San Cristóbal.
Con las últimas lluvias que han caído por la zona, en algunos puntos del camino las piedras sudan y corren hilillos de agua montaña abajo.
Llegamos hasta la atalaya rocosa donde se encuentra la Ermita de San Cristóbal, la Cruz y su área recreativa.
Las panorámicas, desde este paraje, son espectaculares; la ciudad de Alcoy a nuestros pies y las sierras del entorno convierten este lugar en un hermoso espacio.
La ermita, iglesia gótica que data del siglo XIV, se encuentra decorada en su interior por una serie pinturas, muy al estilo urban graffiti.
El autor de dicha obra, Jesús Cees, pidió permiso al ayuntamiento para restaurar un retrato que lucía el templo pero la corporación se lo negó. Jesús hizo caso omiso y se puso a renovarlo, después, viendo que, según comentan, la inspiración del artista era muy grande y las paredes de la ermita demasiado blancas, continuó y lleno todo el espacio interior con sus modernas composiciones, siempre bajo una visión religiosa.
A mi, sinceramente, me encanta y lo considero un templo muy del siglo XIV y del XXI.
Después de un buen rato en los alrededores del templo, seguimos nuestro recorrido, por senda en ascenso, bordeando el precipicio del Barranc del Sinc, hasta llegar a un par de miradores naturales desde donde se pueden apreciar las paredes de las buitreras y, con suerte, el vuelo de estas singulares aves.
Una cuantas fotos al borde de las paredes del barranco y seguimos ascendiendo hasta alcanzar el Alt de les Pedreres, nuestro tope en este itinerario.
Comenzamos el regreso, retrocedemos sobre nuestros pasos y, ahora en descenso, llegamos a un desvío, a unos 200 metros de la ermita y a mano derecha, que nos llevará al paraje de la Font de l’Horteta.
Un par de despistes con el gps y un camino no muy bien señalizado llegamos a un gran abrigo/cueva, en una paredes muy preparadas para la escalada.
Estamos, por fin, en la Font de l’Horteta y en el área recreativa de l’Horteta del Pobre, un lugar especialmente agradable, donde el agua es la gran protagonista.
Ahora sólo hay que seguir la senda descendente que nos vuelve a llevar hasta el Preventorio y los vehículos, que están estacionados muy cerca del paso del río Uxola, con sus caídas de agua.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Distancia: Algo más de 6 kilómetros (corta pero muy intensa)
Desnivel: 370 metros
Dificultad: Fácil
Recomendable: Totalmente recomendable. La mañana ha sido magnífica, a pesar del aviso de posibles lluvias, el itinerario ha tenido varios lugares de máximo interés… la ermita, los miradores, el barranco, los buitres, las fuentes, etc… Realmente hoy lo hemos pasado bien y, todo ello, en muy buena compañía.
Este último lunes del mes parece que prometía lluvia sobre nuestras cabezas, aún así yo me he aventurado y me he lanzado a la sierra para efectuar una caminata.
El lugar elegido para hacer la ruta de esta mañana ha sido en las proximidades de Ibi, concretamente al sur de esta población, la zona del Assegador del Camí Vell de Xixona.
Junto a las antenas de telecomunicación, en el área del Cantallops, he dejado el coche y he comenzado mi andadura.
La mañana ha comenzado amenazante y, en un primer momento, mi intención era la de llegar algo más lejos de lo que finalmente ha sido.
En dirección sureste he llegado hasta el Collado del Quartell, en plena sierra homónima.
En este cruce he tomado la senda, en brusco ascenso, de la derecha que me ha conducido hasta el vértice geodésico.
En este punto ya se puede adivinar lo que ha pasado después de un breve descanso…
Las clásicas fotos en la cumbre.
Después, he seguido con el itinerario estipulado.
Para ello, he desandado unos 300 metros; lo que había sido una subida cojonera se ha transformado en una bajada tocahuevos.
Vuelvo al collado y, aquí, tomo la senda descendente que me lleva al Área recreativa de la Font de Vivens.
A estas alturas de la mañana, el cielo se presenta en algunos momentos más despejado y en otros vuelve a cerrarse, dando la impresión de querer descargar sus aguas sobre el paisaje.
De todas formas, durante todo el trayecto, he podido comprobar, sobre todo por la cantidad de charcos, que en días anteriores ha habido fuertes lluvias.
Llego al paraje de la Font de Vivens y a su Área Recreativa, un lugar adecuado con mesas y bancos de madera, un pequeño refugio y su fuente; todo ello bajo un hermoso pinar.
Otro pequeño receso para beber y comer alguna fruta.
Después, sigo con mi recorrido. En este punto llego hasta el comienzo del cortafuegos y aquí doy marcha atrás debido a la gran acumulación de barro que encuentro en el camino. Mi propósito era el de llegar hasta el Alt de la Martina, en plena Serra de la Llibrería, pero decido volver sobre mis pasos y comenzar, desde aquí, el regreso al punto de inicio.
Vuelvo a pasar por el paraje de la Font de Vivens y por la senda hasta el Collado del Quartell.
No hay mucho que destacar en este recorrido de vuelta, salvo que la lluvia ha respetado mi camino; todo bastante sencillo hasta llegar al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 1*
Distancia: Algo más de 7 kilómetros
Desnivel: 320 metros
Dificultad: Nimia
Recomendable: El que me lee sabe que yo siempre, sea como sea, considero digno salir a caminar por la sierra. Es posible que ésta sea más una caga-ruta que una ruta hecha y derecha pero… ha merecido la pena y, por supuesto, es totalmente recomendable.
Para este último jueves de mayo, entre unos días muy inestables, con avisos de lluvias torrenciales, de alertas amarillas, etc… Jesús, Raúl, Reme, Pedro y yo, hemos aprovechado la tregua que nos brindaba esta mañana el aguacero para realizar una ruta urbana, visitando una población de interés histórico y cultural. Ella no es otra que Cocentaina.
Antes, y de camino, hemos hecho un pequeño desvío en la ciudad de Alcoy para dar un breve paseo por el paraje de la Font del Quinzet, pensando que las últimas precipitaciones habrían incrementado el cauce de los ríos Barxell y Polop; no ha sido para tanto.
Dejamos la zona de la fuente y volvemos al auto para dirigirnos a Cocentaina.
Cocentaina
Se encuentra al norte de la provincia de Alicante y es la capital de la comarca que lleva su nombre El Condado de Cocentaina (El Comtat). A su municipio pertenecen las pedanías de Alcúdia, Algars, Alqueríes de Benifloret, Estació Nord, Gormaig, Penella y Poble Nou de Sant Rafel.
Su historia:
Ya en el paleolítico, neolítico y época prerromana fue una ubicación muy importante y estratégica. En Cocentaina hay tres abrigos con pinturas rupestres, el de Alberri, el de la Paella y el de la Penya Banyá. Declarados Patrimonio de la Humanidad en 1998. También están ubicados algunos yacimientos ibéricos de máxima importancia como…
Entramos en la localidad y aparcamos el vehículo en la plaza El Teular.
Aquí da comienzo nuestra pequeña ruta. Comenzamos, pasando por la Cruz de Piedra del Teular, ascendiendo por la pista cementada, llamada el Carrer del Teular de Borruix, hasta llegar a la Ermita de Santa Bárbara.
Ermita de Santa Bárbara
De los edificios religiosos que se conocen de época medieval en la villa de Cocentaina, destaca la ermita de Santa Bárbara. Situada en el paraje que recibe el mismo nombre, se trata de un edificio religioso de conquista, que data del siglo XIII y de la primera mitad del XIV, el cual presenta una planta de una sola nave de cuatro crujías, separadas por arcos de diafragma que generan contrafuertes en el exterior que se cierran con una cubierta de madera a dos aguas y una única entrada mediante un arco de medio punto.
Desde el punto de vista arquitectónico se ha clasificado esta ermita de como una iglesia de conquistapor coincidir con el momento de pleno asentamiento y dominio de los cristianos.
Actualmente, la ermita es de propiedad municipal y no está destinada al culto desde la jubilación de la última ermitaña, la cual se ocupó del cuidado del templo hasta la década de los años setenta del siglo pasado. En la festividad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre, se celebra la Corriola, fiesta popular en la cual es tradicional comer una rosca de pan y embutido, el volteo de la campana, el paseo por los parajes y beber en la fuente.
Dejamos este sencillo templo, rodeado de una hermosa zona recreativa y abundante arboleda, para volver a la urbe, ahora por el llamado Carrer de subida a la Ermita.
Entramos en Cocentaina por el casco antiguo de la localidad, calles estrechas llenas de historia, pasamos por las plazas de San Pablo, San Pedro y San Miguel, hasta llegar a la Iglesia del Salvador.
Iglesia del Salvador
La Iglesia del Salvador de Cocentaina fue construida sobre la antigua mezquita en la segunda mitad del siglo XVI. Se trata de un templo renacentista con una gran unidad espacial, «a lo romano», como se establecía en las capitulaciones para su construcción.
Se compone de una sola nave con cuatro tramos y capillas entre contrafuertes, en la que destacan los arcos fajones apoyados sobre ménsulas, los arcos de embocadura de las capillas y otros detalles renacentistas sobre los que se superponen figuras y dorados barrocos.
La capilla de la Comunión fue construida en el siglo XVIII. En el interior hay azulejos también del siglo XVIII y pinturas del siglo XVII de N. Borrás y de F. Ribalta. El campanario, situado en la parte posterior, es de poca altura y de planta cuadrada, construido de sillería, sin ornamento alguno excepto en el cuerpo de campanas que tiene pilastras ligeramente resaltadas.
Ahora por el Carrer del Forn y el de Los Santos Médicos llegamos a la Plaza de Vener Escuder y a la Plaza del Pla, donde se encuentran El Palacio de los Condes de Cocentaina y el Monasterio de la Mare de Déu del Miracle.
Hoy, jueves, en toda esta zona está instalado un gran mercadillo.
Palacio de los Condes de Cocentaina
Construido sobre un antiguo edificio musulmán del siglo XII. El primer edificio gótico fue construido en la segunda mitad del siglo XIII por el gran Almirante de la Corona de Aragón, Roger de Lauria, primer señor feudal de la Villa de Cocentaina. En la segunda mitad del siglo XV, cuando Cocentaina pasa a ser Condado y propiedad de la familia Corella, se realizan grandes obras de reforma y ampliación dándole el aspecto que vemos hoy en día.
En el Patio existe en su lado sur la única parte que se construyó del claustro que debería recorrerlo todo, consta de cinco vanos arquivoltados en semi columnas de fuste liso sobre pedestal. Esta obra clasicista data de finales del siglo XVI o principios del siglo XVII.
De este Palacio tenemos que destacar por su importancia artística y arquitectónica la Capilla de San Antonio Abad. Contiene un retablo de principios del siglo XVII obra del pintor contestano Nicolás Borrás; existen referencias documentales de esta capilla a partir del siglo XIV.
La Sala Dorada, situada en el piso principal de la torre del Homenaje.
Los llamados Salones de Embajadores pueden servir como ejemplo de decoración renacentista. Precisamente en el ángulo de uno de estos salones se abre una pequeña puerta que conduce a una escalera de caracol; al bajarla encontramos otra puerta, que da acceso a la Tribuna de los Condes. Es una pequeña habitación con una gran abertura a modo de ventana desde la cual se domina la Capilla de San Antonio Abad.
Monasterio de la Madre de Dios del Milagro
El Monasterio de la Virgen del Milagro ocupa parte del Palacio de los Condes, siendo, desde el punto de vista artístico, el Monasterio la parte más interesante. Se inició su construcción el 20 de septiembre de 1656 y el 20 de enero de 1670 era trasladada la Virgen del Milagro a su nuevo templo, por lo que se deduce que deberían estar terminadas las obras. La fachada se caracteriza por la total ausencia de decoración; una enorme portalada de medio punto da acceso al Monasterio.
En su interior existen varias obras de arte; de ellas merece especial mención el retablo gótico del S. XV de Santa Ana con María y el Niño. Un icono bizantino del S. XVI de la Virgen Hodigitria, así como el reclinatorio del Conde. Hay que destacar la colección de cuadros del pintor napolitano Paolo de Mattei donados por el Conde de Cocentaina D. Francisco de Benavides en 1697. Otro artista italiano, Antonio Aliprandi, es el autor de la decoración de la Capilla Mayor, obra escenográfica de estilo barroco decorativo que llevó a cabo entre 1704 y 1705. También cabe señalar el zócalo de azulejos del S. XVII, el púlpito, la puerta de la sacristía, dos cuadros del camarín y una lápida de mármoles con inscripción de bronce al pie del altar, así como un escudo de los Condes de Cocentaina de estuco policromado ubicado sobre el arco del presbiterio; acompañan al escudo dos figuras alegóricas y querubines, pintados en el mismo arco.
Dejamos estas dos importantes construcciones y el bullicio de sus alrededores y, por el Carrer de la Mare de Déu, la Plaza dels Apóstols, Carrer Pedro Cetina y el de Sant Hipólit, llegamos a la Iglesia de Santa María de Cocentaina.
Iglesia de Santa María
Se fundó en el siglo XIII, fue reconstruida en el XVI y reedificada en 1666 en estilo barroco, contando con obras de reformas y ampliaciones entre los siglos XVIII y XIX.
Se trata de una iglesia de una sola nave con cinco tramos y cubierta con bóveda de cañón con arcos fajones y lunetos. Dispone a sus lados de capillas laterales entre contrafuertes cubiertas con bóvedas vaídas. La cúpula del crucero, sobre pechinas, es chata desde el interior y cuenta, al modo barroco, con un corredor perimetral que se repite en la nave y el crucero.
El exterior dispone de dos portadas: una, clásica y otra barroca, ambas de piedra.
La torre campanario (actualmente se encuentra en estado de restauración) es de cinco cuerpos rematada mediante adornos con pináculos, pilastras estriadas y hojas de acanto.
Desde la puerta de la iglesia, en la Plaza del Cardenal Ferris, tomamos el Carrer Pintor J. Espinosa para acceder a la Plaza de la Fuente.
Plaza de la Fuente
En medio del entramado de calles que ofrece el casco histórico de Cocentaina se encuentra esta plaza. Rodeada de edificios antiguos no muy altos, con su fuente de varios caños en la parte baja y encarada a un lavadero municipal bien grande, que denota la gran importancia y el mucho uso que tuvo hace muchas décadas. Hoy día el ruido de sus aguas ameniza a los paseantes.
En este punto intentamos regresar al coche, por entre callejuelas en la que se aprecian los restos de la antigua muralla de la localidad.
Llama la atención una de las torres defensivas.
La muralla de Cocentaina
La muralla medieval de Cocentaina fué levantada en época musulmana y reforzada tras la conquista cristiana, una vez desplazada la población morisca al arrabal extramuros, en la ladera de la montaña, temerosos los cristianos de sus conatos de rebelión. Aunque ha desaparecido en su totalidad, quedan restos esparcidos alrededor del palacio condal, donde están los lienzos mejor conservados.
El antiguo recinto estaba protegido por torres de defensa de planta cuadrada, cuyos vestigios, integrados en edificaciones modernas, se pueden apreciar en la plaza del Alcalde Reig y en las calles Cura Montagud, Dolores, Cetina y Don Jaime. De los cuatro portales primitivos de acceso destacan, por su estado de conservación, el de San Jaime y el de San Francisco o de Alcoi.
Estamos muy próximos al final de nuestro itinerario pero, antes, hacemos una parada para comer.
Lo hacemos en el restaurante ‘Arrossería El Socarrat’, ricas verduras, buenas carnes y fabuloso arroz al forn, todo ello acompañado de abundante cerveza.
Aunque, mientras comíamos ha caído la de Dios, al acabar y volver al parking el cielo nos ha respetado y hemos llegado al coche sin problema.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Distancia: Unos sencillos 5’5 kilómetros
Desnivel: Algo más de 100 metros
Dificultad: Fácil
Recomendable: Está claro que sí. Cocentaina es una localidad con cientos de rincones llenos de historia que merecen absolutamente la pena.Si además la experiencia la compartes con gente que aprecias, todo es mucho mejor.
La salida de hoy ha tenido, en un primer momento, una motivación; la curiosidad.
La noticia, publicada en los medios hace unos días, del robo del monumento al ciclista en el Xorret de Catí (una escultura de más de 300 kilos) me ha dejado loco, la verdad. Quién quiere esa pesada figura y para qué? Para ponerla en el salón de su casa? Jajajaja me parto!!!
Yo tenía que verificar dicha falta, así que he preparado una caminata por los alrededores con el fin de comprobar dicho hurto y pasar una mañana en plena naturaleza.
Dejo el auto en el parking del Hotel de Xorret de Catí y, después de verificar ‘in situ’ que la obra de Vicente Ferrero, en homenaje a los corredores de élite, está en paradero desconocido, comienzo mi andadura por algunas de las muchas variantes que tienen estos parajes.
Salgo de la zona del hotel y me dirijo al área recreativa que hay al otro lado de la carretera CV-387, después, por pista, tomo la senda que me lleva a la llamada Casa del Administrador (bueno, ahora ya sólo es un solar).
Aquí, y debido a la predicción de fuertes lluvias, modifico la caminata preparada inicialmente. Ésta me llevaba desde la Casa de la Administración al Barranco de Badallet, haciendo un recorrido por la sierra de unos 10’5 kilómetros.
Ahora obvio el barranco (además, con riesgo de lluvias es mejor evitar las ramblas) y me acerco hasta el monumental Castaño de indias y al Pozo de nieve de la Administración.
En este punto tomo la senda que lleva a la Ermita de la Purísima y, antes, conecta con la pista GR-330 que, en dirección oeste, me acerca a la Torre de vigilancia forestal.
Poco después de la torre, tomo el acceso a la senda (PR-CV30), camino del collado, que me conduce al Collado de Amorós, un gran cruce de caminos.
Llegado a este punto, una parada para el refresco y la contemplación del valle y las sierras del alrededor.
Impresionantes panorámicas!!!
Tomo ahora una de las pistas ascendentes, en dirección noroeste, que me acerca hasta la pista (GR-330), la que me lleva nuevamente, hacia el este, a la Torre de Vigilancia.
Al llegar a la torre tomo una senda que serpentea, durante unos 800 metros, hasta llegar a la Ermita de la Purísima y, poco después, al cruce de la Ferrería.
Aquí, un importante cruce de caminos, comienza ya mi regreso al punto de inicio. En esta ocasión elijo una pista (PR-CV30) que me hace llegar hasta el Hotel del Xorret de Catí, pasando por el área recreativa, y al vehículo.
Regreso a Alicante.
Valoración: 1*
Distancia: unos 8’5 kilómetros
Desnivel: 165 metros
Dificultad: Fácil
Recomendable: Por supuesto, sin ninguna duda. Además tengo que agradecer a la lluvia que haya respetado mi caminata.
Hoy he pensado en una caminata, entre lo conocido y lo novedoso, por la comarca alicantina del Condado de Cocentaina (El Comtat).
Me dirijo hasta la población de Agres, aparco el coche en el Carrer Sant Antoni y, desde aquí, me encamino, por las calles del pueblo, en dirección al Santuarí de la Mare de Déu, pasando por algunas de las numerosas fuentes que tiene este municipio y por la Esglesia de Sant Miquel Arcángel.
FONT D’ENMIGPLAÇA D’ESPANYAESGLESIA DE SANT MIQUELDETALLE FACHADAFONT DEL RAVALCARRER DE LA PURÍSSIMASANTUARI DE LA MARE DE DÉU D’AGRESSERRA DE BENICADELLPLACA DE ENTRADACOVA DEL CONVENTESTANQUEFONT DEL CONVENTVÍA CRUCIS
Después de la visita al santuario, vuelvo hacia el pueblo y, antes de entrar en él, tomo la pista que hay a mano izquierda, el Camí del Molí Mató, que me lleva hasta el Refugi Racó de Zamorano y su área recretiva.
REFUGIO Y ÁREA RECREATIVA
En este hermoso rincón hay una senda que me conduce a la Font del Molí Mató y su área recreativa.
FONT DEL MOLÍ MATÓ
Otro bello lugar donde el agua y la vegetación lo convierten en un paraje único.
ÁREA RECREATIVAÁREA RECREATIVA
Ahora le estrecha senda (PR-CV370 y GR330) continua en dirección oeste, durante aproximadamente unos 2’4k y por entre abundante arboleda, para dirigirme a la pista asfaltada, el llamado Carrer Serra de Mariola.
En este tramo de mi itinerario ya he pasado del término municipal de Agres al de Alfafara.
Después de 400 metros se presenta una bifurcación, tomo el ramal de la izquierda que da acceso, 300 metros en dirección sur, a la Bassa de la Cova de la Font y, 400 metros de ascenso más tarde, al Racó de la Font Penya del Xorro.
CARRER SERRA DE MARIOLABASSA DE LA COVABASSA DE LA COVARACÓ DE LA FONT……DE LA PENYA DEL XORRO
Retrocedo unos metros para incorporarme a una senda/pista, en dirección oeste, que me lleva a la Font del Tarragó, su área recreativa y su albergue.
ÁREA RECREATIVAFONT DEL TARRAGÓALBERGUE
Por el Carrer Salvador se desciende y se accede a la población de Alfafara, pasando por la Ermita del Cristo de la Piedad se llega a la Plaza de la Constitución. Desde aquí, por el Carrer de la Mateta y el Carrer Santa Cecilia, llego a la Plaça de la Font y accedo a la Esglesia Parroquia de la Transfiguración del Señor.
CARRER SALVADORERMITA DEL CRISTO DE LA PIEDADPLAZA DE LA CONSTITUCIÓNFONT DEL CARRER MATETAPLAZA DE LA FONTPARROQUIA DE LA TRANSFIGURACIÓN
Vuelvo a la Plaça de la Font y tomo el Carrer de la Serra de Mariola, que me hace salir del municipio por entre fincas y campos de cultivo.
FONT DEL TRAMPANOTORRE ATALAYA DE LA ALCUDIAFONT DE BONELL
Esta pista es la que me lleva directamente, en dirección este y durante unos 4 kilómetros, a Agres, pasando por la Font del Trampano , la Torre Atalaya de la Alcudia y la Font de Bonell (a la entrada del municipio).
Llegada al pueblo y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Distancia: cerca de 12 kilómetros.
Desnivel: sobre unos 460 metros
Dificultad: Moderada
Recomendable: Totalmente recomendable. Una mañana estupenda, fresca y agradable, paisajes de ensueño en esta ladera norte de la Sierra de Mariola.
Para hoy, nada del otro mundo, una caminata por una de las sierras que más he pateado, bastante sencilla y cómoda; el objetivo es pasar una mañana en plena naturaleza y despejar la mente.
He dejado el auto a la sombra del Mas de Sant Ignasi, muy cerca del puerto de montaña de La Carrasqueta, y, desde aquí, he comenzado el itinerario por los alrededores de la Serra del Quartell.
MAS DE SANT IGNASIMASET DE BROSSA
El día se presenta muy primaveral (claros y nubes, temperatura agradable y posibilidad de, al menos, llovizna) y yo comienzo mi recorrido, en dirección oeste/suroeste, por el llamado ‘Camí de Vivens’, una pista que pasa, entre otros puntos, por los alrededores del Maset de Brossa y por delante de la Casa de Miralles y del Mas de Don Francisco.
CASA DE MIRALLESCASA DE MIRALLES
Ahora la pista me lleva hasta el Barranc del Trisinal y el Puntal de los Quemados; todo ello con la visión panorámica de la Penya Migjorn, sierra de la Llibrería, el Alt de la Martina, sierra de la Penya Roja, etc…
MAS DE DON FRANCISCOMAS DE DON FRANCISCOBARRANC DEL TRISINALPUNTAL DE LOS QUEMADOS
En el kilómetro 4’4 dejo el ‘Camí de Vivens’ y tomo una pequeña trocha, a mano derecha, que me conduce, en dirección norte/noreste, pasando por Penya Pina, al Camino de la Umbría de la Sierra del Quartell.
Esta senda me lleva, en importante ascenso y durante unos 2 kilómetros, al cruce de caminos con la PR-CV128, el Camí Vell de la Torre de les Maçanes y el Refugio dels Esbarzerets. Tomo la opción del refugio, que será también la senda que me lleve al vértice geodésico.
Una breve pausa junto al refugio para beber y comer algo y… sigo mi camino en dirección al Cabeç del Corbó y el Vértice Carrasqueta (con sus 1205 msnm).
REFUGIO DELS ESBARZERETS
Las ya clásicas fotos en la cumbre y comienzo ahora el regreso al punto de inicio de esta caminata.
VÉRTICE CARRASQUETA 1205 METROS S.N.M.
Retrocedo por la misma senda hasta llegar nuevamente al Refugio dels Esbarzerets y, en el cruce de caminos, tomo la senda de la izquierda, el Camí Vell de la Torre de les Maçanes.
Este sendero desemboca en la pista del comienzo de mi ruta, el Camino de Vivens, y en aproximadamente 1’5 kilómetros me lleva al Mas de Sant Ignasi. Ya estoy junto a mi coche pero, antes, hago una visita al pozo, al aljibe, al corral y al nevero de esta finca, después me dirijo al vehículo.
Regreso a Alicante.
MAS DE SANT IGNASIPOZOPOZOALJIBEMAS DE SANT IGNASICORRALNEVEROCORRAL/ALMACÉN
Valoración: 2**
Distancia: 11 kilómetros.
Desnivel: 300 metros
Dificultad: Fácil
Recomendable: Sin duda, muy recomendable. Una caminata muy entretenida, en una mañana típicamente primaveral.
Ya que el grupo, por diferentes circunstancias, no está en su totalidad, la caminata prevista para hoy se ha pospuesto a la semana que viene; en su lugar he optado por una ruta alternativa.
Jesús, Reme, Pedro y yo, nos hemos dirigido a las afueras de la población de Ibi a fin de iniciar un recorrido por la ladera suroeste de la Sierra del Menejador donde se extiende el Parque Natural del Carrascal de la Font Roja.
Dejamos el auto en un margen de la carretera, al final de la avenida Joaquín Vilanova, en Ibi. Desde este punto, saliendo del pueblo y caminando por la CV-801 tan sólo 100 metros, tomamos un desvío, por una pequeña senda a mano derecha, que nos conduce a la zona de casas de campo en los alrededores de la Penya del Grau donde nos incorporamos a la PR-CV26.
Siguiendo esta PR, dirección norte y con una fuerte subida, pasamos por la zona del Descansador, entre los barrancos de Les Cirers y el de Les Raboses.
Aprovechamos los descansos para tomar aire y disfrutar de las fabulosas panorámicas que nos ofrece la Foia de Castalla y las sierras de los alrededores (entre ellas el Maigmó, jejeje).
A 1,8 kilómetros llegamos al Mas de Foiaderetes, una masía en ruinas muy significativa en esta parte de la sierra, situada en un cruce de caminos.
Nosotros continuamos en línea recta, como si fuéramos a subir al Mas de Tetuán, y a unos pocos metros salimos de la pista, por la izquierda, entrando en una estrecha vereda que nos conduce al Barranc de la Camarera y a la PR-CV127.
Atravesamos el barranco por entre varias pequeñas sendas, caminando hacia el este, en paralelo a una pista a nivel superior por donde pasa la GR7 y en la que se encuentra el Pou de Neu del Barber.
Llegamos ahora, en dirección sur, a la altura del Mas de Santa María y sus grandes campos de cultivo para acceder a la pista que da entrada al Barranco dels Molins.
El recorrido, en esta parte de la caminata, es bastante sencillo; sólo hay que seguir la senda que desciende suavemente por entra las fincas y antiguos molinos.
Como a la mitad del barranco se encuentra el Área recreativa y el refugio del Racó d’Almara.
Una pequeña parada bajo las refrescantes sombras de los árboles y… seguimos nuestro recorrido.
Unos cientos de metros después tenemos el gran depósito de la Font de Santa María que libera su potente chorro para ser canalizado a través de acequias a fin de regar los campos de cultivo.
Junto a estas primeras acequias se encuentra la llamada Trompa de Elefante, una curiosa formación rocosa que invita a imaginar la cabeza del paquidermo.
Seguimos descendiendo y encontramos los restos de uno de los molinos.
Circulamos entre el sonido de las aguas hasta llegar al Molino de la Tía Roseta.
Más tarde, el sendero nos lleva hasta el Molino de la Llapissera y al comienzo del barranco.
Accedemos a la CV-801, unos 500 metros de carretera hasta llegar al vehículo.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Distancia: 9 kilómetrosaprox.
Desnivel: 361 metros
Dificultad: Fácil
Recomendable:Absolutamente recomendable. Buenos paisajes, un día estupendo y, todo ello, con una gran compañía.