2023-02-20 FRAGMENTOS DE LA HISTORIA

Esta ruta en Wikiloc.

Un lunes más de caminata en solitario, la ruta elegida ha sido mitad marcha por la sierra, mitad recorrido urbano. Un itinerario realmente sencillo y no demasiado complicado, aunque sí muy interesante.

He aparcado el coche en el Paraje de la Ermita de San Cristóbal, en la pedanía de Estación Norte, en la población de Cocentaina, y, desde aquí, ha comenzado mi travesía.

Cocentaina

Se encuentra al norte de la provincia de Alicante y es la capital de la comarca que lleva su nombre El Condado de Cocentaina (El Comtat). A su municipio pertenecen las pedanías de Alcúdia, Algars, Alqueríes de Benifloret, Estació Nord, Gormaig, Penella y Poble Nou de Sant Rafel.

Su historia:

Ya en el paleolítico, neolítico y época prerromana fue una ubicación muy importante y estratégica. En Cocentaina hay tres abrigos con pinturas rupestres, el de Alberri, el de la Paella y el de la Penya Banyá. Declarados Patrimonio de la Humanidad en 1998. También están ubicados algunos yacimientos ibéricos de máxima importancia como

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Desde la zona recreativa comienzo el ascenso por la pista asfaltada de subida al castillo, en plena umbría de esta pequeña sierra, rodeada de pinos, almendros, olivos, etc… y hermosas casas residenciales.

Sin demasiada dificultad y con bonitas vistas de las serranías y pueblos del alrededor, llego a la zona del castillo.

Un último tramo de losas, en zigzag, me lleva hasta esta fortificación.

Castillo de Cocentaina

Se encuentra situado en el cerro de San Cristóbal, es un edificio de estilo gótico valenciano militar. Construido a finales del siglo XIII y principios del XIV, sobre los restos de otras construcciones defensivas anteriores de origen musulmán. En la revuelta mudéjar de 1303 fue saqueado e incendiado.

Se trata de una gran torre cuadrada de 13,5 metros de lado por 12 metros de altura sentada sobre un talud de sillería que varía entre 2 y 4 metros de altura. Todas las partes y estancias importantes están construidos de sillería, el resto de mampostería. Tiene dos plantas, la primera consta de patio de luces con un aljibe y dos aspilleras, una habitación cuadrada y otra rectangular. En el primer piso se repiten las estancias pero con ventanas geminadas al exterior. La parte alta es todo una terraza.

Recientemente ha sido completamente restaurado y en su interior se ha ubicado una muestra de restos arqueológicos encontrados en esta zona.

Un buen rato allí arriba contemplando con deleite las panorámicas… y comienzo el descenso por la ladera sur.

Una senda bastante sencilla que me acerca hasta la Ermita de Santa Bárbara.

Ermita de Santa Bárbara

De los edificios religiosos que se conocen de época medieval en la villa de Cocentaina, destaca la ermita de Santa Bárbara. Situada en el paraje que recibe el mismo nombre, se trata de un edificio religioso de conquista, que data del siglo XIII y de la primera mitad del XIV, el cual presenta una planta de una sola nave de cuatro crujías, separadas por arcos de diafragma que generan contrafuertes en el exterior que se cierran con una cubierta de madera a dos aguas y una única entrada mediante un arco de medio punto.

Desde el punto de vista arquitectónico se ha clasificado esta ermita de como una iglesia de conquista por coincidir con el momento de pleno asentamiento y dominio de los cristianos.

Actualmente, la ermita es de propiedad municipal y no está destinada al culto desde la jubilación de la última ermitaña, la cual se ocupó del cuidado del templo hasta la década de los años setenta del siglo pasado. En la festividad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre, se celebra la Corriola, fiesta popular en la cual es tradicional comer una rosca de pan y embutido, el volteo de la campana, el paseo por los parajes y beber en la fuente.

Una vuelta por esta magnífica zona recreativa y ahora, por la Vereda de la Palizana, llego a la entrada del pueblo.

Aquí se encuentra esta magnífica Cruz de Piedra, llamada de ‘El Teular’.

Por entre las callejuelas del casco antiguo llego a la Plaza de San Miguel y a la fachada norte, a la torre y al campanario de la Iglesia del Salvador.

Iglesia del Salvador

La Iglesia del Salvador de Cocentaina fue construida sobre la antigua mezquita en la segunda mitad del siglo XVI. Se trata de un templo renacentista con una gran unidad espacial, «a lo romano», como se establecía en las capitulaciones para su construcción.

Se compone de una sola nave con cuatro tramos y capillas entre contrafuertes, en la que destacan los arcos fajones apoyados sobre ménsulas, los arcos de embocadura de las capillas y otros detalles renacentistas sobre los que se superponen figuras y dorados barrocos.

La capilla de la Comunión fue construida en el siglo XVIII. En el interior hay azulejos también del siglo XVIII y pinturas del siglo XVII de N. Borrás y de F. Ribalta. El campanario, situado en la parte posterior, es de poca altura y de planta cuadrada, construido de sillería, sin ornamento alguno excepto en el cuerpo de campanas que tiene pilastras ligeramente resaltadas.

Sigo callejeando y llego a la Plaza Vener Escuder, donde se encuentra el Palacio Condal de Cocentaina y el Monasterio de la Madre de Dios del Milagro.

Palacio de los Condes de Cocentaina

Construido sobre un antiguo edificio musulmán del siglo XII. El primer edificio gótico fue construido en la segunda mitad del siglo XIII por el gran Almirante de la Corona de Aragón, Roger de Lauria, primer señor feudal de la Villa de Cocentaina. En la segunda mitad del siglo XV, cuando Cocentaina pasa a ser Condado y propiedad de la familia Corella, se realizan grandes obras de reforma y ampliación dándole el aspecto que vemos hoy en día.

En el Patio existe en su lado sur la única parte que se construyó del claustro que debería recorrerlo todo, consta de cinco vanos arquivoltados en semi columnas de fuste liso sobre pedestal. Esta obra clasicista data de finales del siglo XVI o principios del siglo XVII.

De este Palacio tenemos que destacar por su importancia artística y arquitectónica la Capilla de San Antonio Abad. Contiene un retablo de principios del siglo XVII obra del pintor contestano Nicolás Borrás; existen referencias documentales de esta capilla a partir del siglo XIV.

La Sala Dorada, situada en el piso principal de la torre del Homenaje.

Los llamados Salones de Embajadores pueden servir como ejemplo de decoración renacentista. Precisamente en el ángulo de uno de estos salones se abre una pequeña puerta que conduce a una escalera de caracol; al bajarla encontramos otra puerta, que da acceso a la Tribuna de los Condes. Es una pequeña habitación con una gran abertura a modo de ventana desde la cual se domina la Capilla de San Antonio Abad.

Monasterio de la Madre de Dios del Milagro

El Monasterio de la Virgen del Milagro ocupa parte del Palacio de los Condes, siendo, desde el punto de vista artístico, el Monasterio la parte más interesante. Se inició su construcción el 20 de septiembre de 1656 y el 20 de enero de 1670 era trasladada la Virgen del Milagro a su nuevo templo, por lo que se deduce que deberían estar terminadas las obras. La fachada se caracteriza por la total ausencia de decoración; una enorme portalada de medio punto da acceso al Monasterio.

En su interior existen varias obras de arte; de ellas merece especial mención el retablo gótico del S. XV de Santa Ana con María y el Niño. Un icono bizantino del S. XVI de la Virgen Hodigitria, así como el reclinatorio del Conde. Hay que destacar la colección de cuadros del pintor napolitano Paolo de Mattei donados por el Conde de Cocentaina D. Francisco de Benavides en 1697. Otro artista italiano, Antonio Aliprandi, es el autor de la decoración de la Capilla Mayor, obra escenográfica de estilo barroco decorativo que llevó a cabo entre 1704 y 1705. También cabe señalar el zócalo de azulejos del S. XVII, el púlpito, la puerta de la sacristía, dos cuadros del camarín y una lápida de mármoles con inscripción de bronce al pie del altar, así como un escudo de los Condes de Cocentaina de estuco policromado ubicado sobre el arco del presbiterio; acompañan al escudo dos figuras alegóricas y querubines, pintados en el mismo arco.

Ahora, por las calles de la Mare de Déu, de Pere Cetina y Sant Hipolit, llego hasta la Iglesia de Santa María.

Iglesia de Santa María

Se fundó en el siglo XIII, fue reconstruida en el XVI y reedificada en 1666 en estilo barroco, contando con obras de reformas y ampliaciones entre los siglos XVIII y XIX.

Se trata de una iglesia de una sola nave con cinco tramos y cubierta con bóveda de cañón con arcos fajones y lunetos. Dispone a sus lados de capillas laterales entre contrafuertes cubiertas con bóvedas vaídas. La cúpula del crucero, sobre pechinas, es chata desde el interior y cuenta, al modo barroco, con un corredor perimetral que se repite en la nave y el crucero.

El exterior dispone de dos portadas: una, clásica y otra barroca, ambas de piedra.

La torre campanario es de cinco cuerpos rematada mediante adornos con pináculos, pilastras estriadas y hojas de acanto.

Dejo esta iglesia por la calle Pintor J. Espinosa y accedo a la Plaza de la Font.

Plaza de la fuente

En medio del entramado de calles que ofrece el casco histórico de Cocentaina se encuentra esta plaza. Rodeada de edificios antiguos no muy altos, con su fuente de varios caños en la parte baja y encarada a un lavadero municipal bien grande, que denota la gran importancia y el mucho uso que tuvo hace muchas décadas. Hoy día el ruido de sus aguas ameniza a los paseantes.

Salgo del centro urbano por la Avenida de Xátiva, giro a la izquierda por la calle Subida a San Cristóbal.

Un ascenso más o menos importante, por asfalto y por vereda, que me hace pasar por la puerta del cementerio municipal y, un kilómetro después, llegar al Paraje de San Cristóbal.

Ermita y zona recreativa de San Cristóbal

La construcción de la ermita es de finales del siglo XIV. El edificio tiene planta rectangular de 11,70 x 2,80 metros, compuesto por una nave oratorio, sacristía y casa/hostal, esta última destinada en un principio como residencia del ermitaño y actualmente como restaurante. En el altar principal hay un retablo de San Cristóbal pintado en 1815 por Soler y Diego, escribano de Cocentaina, restaurado en el año 1995.

Cuenta la leyenda que a mediados del siglo XV vivía el ermitaño Pedro Juan Escuder, personaje mítico en Cocentaina por sus profecías.

El área recreativa que rodea la ermita se ha convertido en un lugar de ocio importante, habilitado para uso y disfrute del visitante. Hay una gran zona infantil, un amplio espacio con barbacoas, mesas y bancos, aseos y un par de fuentes de agua potable.

Un paseo por los jardines de la zona recreativa y regreso al auto.

Vuelta a Alicante.

Valoración: 4****

Recomendable: Absolutamente recomendable. Han sido aproximadamente 9 kilómetros (entre unas cosas y otras), con un desnivel que supera los 450 metros, en un día super estupendo, unos paisajes preciosos y un recorrido magnífico por parte de la historia de Cocentaina (aún han quedado muchos puntos de interés). Esta es una ruta que he de hacerla en compañía; merece la pena.