En este primer lunes de marzo me dirijo a las afueras de la ciudad de Alcoy, concretamente al barrio de Batoi. A la altura del parking que hay frente al área de descanso de la Vía Verde, dejo el vehículo y comienzo la caminata que me llevará por algunos de los puntos de interés del Paisaje Protegido del Serpis y la Foia d’Alcoi, espacios comprendidos entre los parques naturales de las sierras de Mariola y de la Font Roja.
Me alejo de la ciudad caminando unos 400 metros por la Vía Verde y, antes del túnel de Riquer, tomo un desvío, a mano izquierda, incorporándome al Camino de la Font, que me llevará directamente a la zona recreativa de la Font del Quinzet.
Font del Quinzet.
En esta pequeña área recreativa, muy próxima a la ciudad de Alcoy, se encuentra esta fuente de agua potable. Dispone de varios bancos y mesas, de piedra y madera. En este paraje discurren y se unen los ríos Polop y Barxell, formando varias pequeñas cascadas de agua.
Dejo el paraje de la fuente y, por la Sendera de Blai Giner al Regadiu, comienza una suave subida, por entre campos de cultivo y pinares, hasta una entrada a la Vía Verde, a la altura de túnel del Mas de Sant Benet.
En este recorrido se pueden disfrutar de las vistas excepcionales de la ciudad de Alcoy (al norte) y de las laderas del Parque Natural del Carrascal de la Font Roja (al sur).
Al entrar a la Vía Verde, sólo camino durante un tramo de ella; el que corresponde a los túneles de las instantáneas que acompaño (de la lista, los que están marcados con un asterisco).
TÚNEL DEL MAS DE SANT BENETTÚNEL DEL MAS DEL PINARTÚNEL DEL MAS DE LA MOTATÚNEL GLORIETA DEL SALT
Vía Verde de Alcoy.
Para dar salida a la producción industrial de la ciudad de Alcoy, existía un ferrocarril de vía estrecha que iba hasta el puerto de Gandía en la provincia de Valencia. Sin embargo, desde Alcoy se pensó en construir un tren de vía ancha para comunicarse con el puerto de Alicante. Desde 1873 se pensaron varios proyectos para enlazar ambas ciudades. Finalmente, el trazado elegido llevaba desde Alcoy hasta Agost, donde se hacía enlace con la vía ya existente hasta Alicante.
El proyecto se realizó en 1927 y los trabajos se iniciaron el 8 de marzo de 1928, con un plazo de ejecución de tres años. Llegaron a explanarse los 66 km del recorrido total, terminándose las obras de la traza en 1932.
La Guerra Civil Española dejó el proyecto a medias y a su término, un informe del Banco Mundial para la concesión de un préstamo a España, aconsejó no realizar este trazado ante la falta de rentabilidad.
La vía verde ha sido ejecutada por el Ministerio de Fomento. En febrero de 2006 se publica en el Boletín oficial de la provincia la Ordenanza regulatoria del uso y funcionamiento de la vía verde, aprobada en 2005 por el pleno del Ayuntamiento.
En todo el recorrido de la Vía Verde, además de los túneles, encontramos también diversos miradores, áreas recreativas y puentes, como el de las Siete Lunas y el viaducto del Barxell.
Puente de las Siete Lunas.
Se encuentra situado en la partida rural de Salterres, a las afueras de Alcoy en dirección a Bañeres, más allá del barrio de Batoi. No se trata de un puente urbano, sino que se construyó para que pasara por aquí la línea ferroviaria del tren Alcoy-Alicante, que no llegó a circular nunca.
El proyecto de esta línea de ferrocarril corrió a cargo del ingeniero de caminos José Roselló Martí que se encargó en 1927 de la redacción del proyecto de este viaducto sobre el río Polop.
A finales de los años 20 del siglo XX se pudo llevar a cabo, después de bastantes dificultades, el trazado de la línea férrea que uniría Alicante y Alcoy.
De esta línea destacan los numerosos puentes y túneles que se tuvieron que hacer y que hoy sirven como ruta de la Vía Verde para el turismo de interior en estas comarcas.
El puente permite salvar el barranco de San Antonio. Con el tiempo, el barranco de San Antonio también pasó a llamarse barranco de las Siete Lunas, de 230 metros de longitud y 46 de altura sobre el río Polop (la verdad es que no son siete, son 8 las ‘lunas’).
Después de circular por el puente de las Siete Lunas y pasar por el último túnel de mi caminata, el de la Glorieta del Salt, me encuentro con otro de los viaductos de la Vía Verde, el de Barxell que, con unos 150 metros de recorrido y unos 30 metros de altura, pasa por encima del río homónimo.
Al final de este puente hay una fuente y, a mano izquierda, una senda que lleva, en ascenso, a las Casas del Salt.
Casas del Salt.
Barrio de Alcoy (722 msnm) a las afueras de la ciudad, en la carretera que se dirige a Banyeres de Mariola.
Situado al borde de unos cortados rocosos y junto al río Barxell, ofrece ocasionalmente una caída de agua (El Salt) de más de 70 metros que se convierte en un espectáculo digno de ver.
Pasadas las Casas del Salt, continúo con la senda que lleva hasta el Racó de Sant Bonaventura.
Pero, antes, hago una breve parada en el mirador del Salt; en esta ocasión no lleva nada de agua.
Racó de Sant Bonaventura.
Paraje Natural Municipal del Racó de Sant Bonaventura-Els Canalons, un entorno protegido que coincide con el tramo alto del río Polop. Destaca, principalmente, por presentar diversos puntos de interés y un curso de agua considerable durante todo el año, aunque evidentemente merma en verano, con la flora y la vegetación características de este tipo de ecosistemas.
Destaca el área recreativa de Sant Bonaventura, entre hermosos árboles, con diversas pozas y cascadas o saltos de agua.
Siguiendo el río Polop.
En otras ocasiones, desde el Racó, he seguido el curso del río por la senda de la derecha, la que me lleva directamente a la Font del Quinzet. Hoy he optado por seguir el camino del margen izquierdo; este me acerca al Camino de la Font (más cerca del auto).
La senda me conduce por el Mas y la font del Molí de Baix, la Caseta del Francés y el Mas dels Perellons.
El camino me hace pasar por debajo del Puente de las Siete lunas, y llegar a la Caseta d’Albors y, por el sendero de Blai Giner al Regadiu, al Saltet de la Carrasca y al Camino de la Font.
Desde aquí, ya sólo queda acceder a la Vía Verde y al parking donde se encuentra el vehículo.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto que sí, han sido unos 10’30 kilómetros, con un desnivel cercano a los 350 metros, hechos en un tiempo más que aceptable y en una mañana fresca y agradable.
Hoy nos hemos reunido en el lugar habitual de encuentro, con el Maigmó cubierto de nieve por la nevada de la noche anterior, para dirigirnos a los alrededores de las poblaciones valencianas de Ontinyent y Aielo de Malferit.
Comenzamos, Paco, Jesús, Pedro, Reme y yo, dejando aparcado el auto en el polígono industrial de l’Altet de Ontinyent e iniciando nuestra caminata desde este punto.
Salimos del recinto industrial y, por pista asfaltada, nos dirigimos hacia el camino de la Clariana, en su acceso este, atravesando el cauce del río Clariano y caminando en paralelo al barranco de la Casa Mora, para comenzar el ascenso hacia la Loma de Bleda, en la zona de Argilagar.
Una subida nada complicada por pista recientemente ampliada.
A nuestras espaldas la visión del valle de Albaida con las sierras de Agullent, Benicadell y Mariola al fondo.
Aquí, en lo alto, nos desviamos, a mano derecha, por una senda que nos llevará, en descenso, al Tambulló de les Mentires.
Tambulló de les Mentires.
En este punto hacemos una pequeña parada para beber y comer alguna cosa.
Seguimos descendiendo y hacemos dos desvíos en el camino, por la derecha, para visitar la Cueva de la Fosc y la Cueva Blanca.
Cueva de la Fosc.
Un gran abrigo en las paredes del desfiladero del río, con un acceso algo dificultoso, entre grandes escalones de piedra y pequeñas trepadas rocosas.
Cueva Blanca.
La vereda de acceso que lleva a esta otra gruta es mucho más sencilla que la anterior.
Retomamos el camino y continuamos descendiendo en paralelo al río Clariano, en dirección norte.
Aproximadamente unos 600 metros de recorrido, los más complicados de toda esta caminata; tenemos que sortear un barranco, descender y ascender con la ayuda de cadenas y cables dispuestos en sus paredes.
Después de esta dificultad llegamos al puente de l’Arcá y pasamos al otro lado del río.
Tomamos la pista que nos lleva al refugio de l’Arcá, la zona recreativa y el horno de cal.
En este lugar cambiamos de idea, inicialmente el recorrido era entrar en la población de Aielo, comer en el pueblo y, después, continuar el itinerario hasta el polígono industrial y el coche.
Preferimos terminar la caminata y visitar el pueblo y comer en él después.
Ahora nos dirigimos hacia el sur y en un ascenso por senda, más o menos importante, llegamos a la cruz que hay en el punto más alto de la sierra de la Serratella.
Unas cuantas fotos en la cruz, con la magnifica visión de la sierra de enfrente; la que nos ha llevado un poco por la calle de la amargura, jejeje.
Ahora sólo nos queda descender de la Serratella, entrar en el polígono industrial de l’Altet de Ontinyent y regresar al coche.
La caminata en sí se da por finalizada pero…
Nos queda visitar, como he apuntado antes, la población de Aielo de Malferit y, por la hora del día, encontrar un lugar para comer.
Ha sido bastante sencillo, hemos entrado en el restaurante Tavampa y hemos degustado los ricos platos que ofrecían.
Algún dato sobre:Aielo de Malferit (Ayelo de Malferit, en valenciano).
Este municipio se encuentra en el sur de la provincia de Valencia, concretamente en el noroeste del Valle de Albaida , a 281 metros de altitud. Su término municipal está rodeado por montañas : la Serra Grossa al norte y al oeste, así como l’Ombría y la Serratella por el sur. Las principales alturas montañosas son: El Paller (687 m), el Alto de Tormo (799 m), el Polvo (688m), Cabeçó Gròs (797 m), y Eixea (727 m).
La población árabe dejó una huella muy profunda en estas tierras. En el siglo XVII se produjo la repoblación cristiana, después de la expulsión de los moriscos, dictada por Felipe III.
Acerca del origen del nombre «Aielo» hay una interpretación que lo relaciona con el nombre árabe de la aliaga (yälâqa), una segunda que podría proceder del término íbero ‘aial’ que se refiere a la misma planta, y una tercera que se le atribuye a la palabra ‘agelum’ que significa bancal pequeño.
El señorío de Aielo se le concedió a Francisco de Malferit el año 1445 y fue entonces cuando adoptó el nombre que hoy se conoce: Aielo de Malferit
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Ha sido una ruta algo más corta que la que estaba preparada, sólo unos 7’50 kilómetros, con un desnivel de unos 350 metros (+/-), con una dificultad moderada, nada recomendable para hacerla con niños, pero… ha sido una gozada, sobre todo compartiendo grandes momentos con los compañeros.
Para la caminata de este último lunes de febrero me he dirigido a las proximidades de la ciudad de Alcoy, concretamente por la CV-7881 y por el desvío que va a la partida Rambla Alta, donde, en un claro de la carretera, he aparcado el coche y he iniciado el recorrido previsto para este día.
Una mañana despejada, con fuerte viento y muy fría (al comenzar, el termómetro marcaba -2º).
Justo frente al coche, al otro lado del asfalto, se encuentra la senda que asciende a la Font de la Salut. Antes, en una bifurcación, tomo el ramal de la derecha que me llevará, en una fuerte subida, hasta la carretera CV-70, que une Alcoy con Benilloba. Cruzo la vía y tomo el camino hacia el Mas de la Serreta.
Antes de llegar a la masía, acceso que no está permitido por ser propiedad privada, camino por un desvío, a la derecha, que me conduce por la umbría de la sierra y me lleva a la cresta y la cumbre de la misma.
Todo este recorrido lo hago por la umbría de esta serranía; el frío es tremendo.
La Serra de Ondoxes, conocida también como La Serreta, es una reducida formación montañosa al sureste de Alcoy. Con una longitud de algo más de 3 kilómetros, esta modesta sierra se alza hasta los 1.052 metros de altitud y está situada entre los términos municipales de Alcoy, Cocentaina y Penàguila.
El ascenso está llegando a su fin. Ya casi en la cresta el sol suaviza bastante la temperatura, aunque el viento arrecia y es congelante, la verdad.
Lo primero que se presenta al llegar a lo alto son los restos arqueológicos de este importante yacimiento.
Yacimiento arqueológico de La Serreta.
El yacimiento arqueológico de La Serreta, que corresponde a la época del ibérico antiguo y pleno y romano, está situado en el término municipal de Penàguila.
Sigo la senda, en dirección oeste, ahora en ascenso mucho más suave, hasta la cima.
Me encuentro, a continuación, con dos elementos que recuerdan al arqueólogo que trabajó en el yacimiento de esta sierra: un monolito en su memoria y las ruinas de la pequeña casa en la que se refugiaba en los momentos de su actividad.
Nace en el seno de una familia acomodada. Tras finalizar su formación escolar en Alcoy, desde 1889 cursa estudios de bachillerato en el Instituto de Alicante. Alrededor de 1906 se establece en Madrid, donde… (Leer más: El Arqueólogo)
Me dirijo, por la vereda, en dirección oeste y, a pocos metros, llego al vértice geodésico.
Justo en la confluencia de los tres municipios se encuentra la cúspide de este macizo, Serreta, con sus 1052 metros sobre el nivel del mar. Con unas magníficas vistas a sierras como El Puig de les Florencies, el Parque Natural de la Font Roja, Sierra de Mariola, Sierra del Benicadell, Sierra de Almudaina, La Serrella, Sierra de Aixortá, Aitana, etc… Y poblaciones como Alcoy, Cocentaina, Muro de Alcoy, Benilloba, Penáguila, Benifallim, etc…
Comienzo el regreso al punto de partida; sólo hay que deshacer los pasos andados.
La única novedad es la que, faltando apenas 300 metros para llegar al vehículo, tomo un desvío a la derecha que me conduce a la Fuente de la Salud.
Fuente de la Salud (Font de la Salut, en valenciano).
Área forestal cubierta de chopos y pinos, ubicada, en el noroeste, a los pies de la Serreta, desde donde brota una de las fuentes más emblemáticas para los alcoyanos.
Lugar bien señalizado e ideal para iniciar la ruta a La Serreta y su poblado íbero.
Después del disfrute de esta fuente (siempre que la he visitado tiene abundante agua), me encamino por uno de los senderos que me lleva a la carretera en la que está el auto. Salgo a la altura de una masía y sigo por asfalto hasta llegar al lugar donde tengo el vehículo.Ahora ya ha subido la temperatura y el display marca 5º.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto que sí. Han sido, entre unas cosas y otras, casi 9 kilómetros muy interesantes, con un desnivel de 430 metros, en una mañana fría pero muy luminosa y todo ello hecho en un tiempo más que aceptable.
Nace en el seno de una familia acomodada. Tras finalizar su formación escolar en Alcoy, desde 1889 cursa estudios de bachillerato en el Instituto de Alicante. Alrededor de 1906 se establece en Madrid, donde alterna sus negocios con la práctica de deportes y actividades que le inician en el estudio de la Geología. A principios de la segunda década del siglo XX se instala definitivamente en Alcoy, dedicado a la administración de las rentas de su patrimonio familiar y ejerciendo de forma eventual como profesor del gimnasio municipal. Será ahora cuando dedique gran parte de su tiempo a recorrer la geografía comarcal, realizando estudios geológicos y recogiendo fósiles.
En su faceta como arqueólogo, C. Visedo Moltó destacó por sus excursiones y prospecciones arqueológicas por los alrededores de Alcoy: el Cabeço de Mariola (Alfafara-Bocairent), el Puig (Alcoy), L’Ull del Moro (Alcoy), la Mola de Agres, entre otras, fueron las estaciones prehistóricas a las que dedicó sus primeros trabajos. Fruto de esas exploraciones, en 1917 descubre unas cerámicas ibéricas en el monte de La Serreta, próximo a Alcoy, en el que realizaría excavaciones arqueológicas —autorizadas por la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades— desde el año 1920, y donde a lo largo de más de quince campañas de trabajos localizó hallazgos tan espectaculares como la lámina de plomo con inscripción greco-ibérica Serreta I, o los exvotos de terracota recuperados en el área del santuario que se sitúa en la cumbre de dicho monte. En años sucesivos documenta y recupera numerosos testimonios arqueológicos de su entorno más inmediato, hallazgos éstos que conservó y exhibió en su domicilio, difundiendo sus colecciones y conocimientos en alrededor de cuarenta artículos y monografías. A inicios de los años cuarenta del siglo XX colaboró decididamente en la creación del Museo Arqueológico Municipal de Alcoy (1945), del cual fue su primer conservador, institución que hoy lleva su nombre y que a la muerte de Visedo (1958) recibió en donación el legado de sus colecciones. En 1947 fue designado comisario local de Excavaciones Arqueológicas por la Dirección General de Bellas Artes.
Mantuvo contactos e intercambió conocimientos con destacadas personalidades de la Arqueología de su tiempo (F. Almarche Vázquez, P. Bosch Gimpera, M. Gómez Moreno, N. Gómez Serrano, L. Pericot García, etc.). En el IV Congreso Internacional de Arqueología, celebrado en Barcelona en 1929, presentó una selección de sus hallazgos y leyó una comunicación sobre la Prehistoria y la Antigüedad de Alcoy. Igualmente participó en los congresos arqueológicos del Sudeste, entre 1946 y 1950, en los que dio a conocer los resultados de alguna de sus investigaciones.
Camilo Visedo Moltó, un hombre modesto y de formación autodidacta, fue un pionero en su actividad dirigida al estudio y la divulgación del patrimonio arqueológico y paleontológico de las comarcas centro meridionales valencianas; también fue una personalidad destacada en los ambientes culturales de su tierra. En 1921 fue nombrado director correspondiente en Alcoy del Centro de Cultura Valenciana, y en 1937 delegado del Institut d’Estudis Valencians. Su colaboración con el Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación de Valencia, le valió el nombramiento de agregado en el año 1940. En 1956 le fue impuesta la Encomienda de Alfonso X el Sabio.
El yacimiento arqueológico de La Serreta, que corresponde a la época del ibérico antiguo y pleno y Romano, está situado en el término municipal de Penàguila.
Constituye un doble yacimiento, un poblado y un santuario. En 1917 fue descubierto el yacimiento, excavado por Camilo Visedo y declarado Monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional mediante decreto de 3 de junio de 1931. En la década de los años 1950 fue nuevamente excavado por Visedo y en los 1960 por M. Tarradell.
Los principales materiales están depositados en el Museo arqueológico Camilo Visedo, que lleva el nombre del principal excavador del yacimiento. De aquí proceden seis plomos escritos en alfabeto greco-ibérico.
CARA ‘B’ DEL PLOMO Nª1 EN ALFABETO GRECO-IBÉRICO
El yacimiento también ha proporcionado interesantes terracotas y cerámicas ibéricas, y de importación (griegas, púnicas, campanienses).
Se pueden observar restos de habitación, de planta cuadrangular, ordenados en largas filas. En el extremo occidental se localizan los restos del santuario, situado por Visedo en la porción más alta, actualmente señalada por un vértice geodésico, en cuyas inmediaciones se encontraron numerosos exvotos (ofrendas) ibéricos en terracota. Se describen restos de un edificio situado a 100 m, que podría corresponder al santuario de época romana.
CERÁMICATERRACOTA
Desde la zona del santuario se puede observar la cumbre de la Sierra de Aixortá, que señala la salida del sol en los equinoccios, lo que para algunos astrónomos podría tener alguna significación especial.
En 1987 fue descubierta la necrópolis, que ha sido sistemáticamente excavada con el descubrimiento de 80 sepulturas, principalmente del siglo IV aC. Los ajuares son de gran variedad y riqueza. Es de destacar la falcata de la tumba 53, con una preciosa empuñadura.
Hasta la vertiente norte de la Sierra de la Argueña (en algunos mapas, Argüeña), término municipal de Castalla, hemos llegado Paco, Pedro, Jesús, Reme y yo, concretamente al entorno de la Font de la Carrasca, para realizar un recorrido por estos parajes y disfrutar de algunos de los puntos de interés de esta serranía.
Tomamos la pista, dejando atrás la fuente y el depósito de agua contra incendios, que nos lleva, en ascenso, hasta el Mas del Carrascal.
Esta masía es una de las edificaciones de esta sierra mejor conservadas, grandes jardines alrededor de la vivienda, una fuente, un extenso terreno de pinar y unos campos de cultivo cuidados al extremo.
La casa principal y la ermita (dedicada a Nuestra Señora de las Nieves), adosada en su lado izquierdo, fueron restauradas por el propietario de la finca, un industrial de Castalla, entre los años 2011 y 2012. Tras la restauración, donde sólo se encontraba un hueco de acceso a la ermita con puerta dintelada, existe ahora un ventanal y sobre éste, un hueco con arco de medio punto que alberga la campana fundida en 2012.
Seguimos nuestro camino por la pista que sube hasta el Pou de Neu del Carrascal.
Se trata de una construcción subterránea, con un plano de planta circular, cubierta con una bóveda y reforzada de paredes de mampostería de piedra, mortero y cal. La estructura exterior es un techo piramidal en seis aguas.
La familia Berbegal Roque la restauró en el año 2010, sirviéndose de las piedras originales.
Dos curiosidades: La cubierta es de forma hexagonal y la estructura interior es neogótica.
Volvemos a la pista y, en una de las varias y exigentes subidas, llegamos hasta el Collado de las Hermosas, donde hacemos una pequeña pausa.
Continuamos el ascenso, un pequeño collado y tomamos la pista ‘Camino de la Replana’, otra brutal subida.
La mañana está muy brumosa y las vistas de las sierras vecinas apenas se pueden contemplar.
Terminamos el ascenso y ahora la pista nos lleva, con mucho menos desnivel, al cerro donde se encuentra el vértice geodésico, con sus 1229 metros sobre el nivel del mar.
En este punto hacemos otra parada, aprovechando para el refresco y las ya tradicionales fotos en lo alto.
Dejamos el vértice e iniciamos el regreso.
En esta ocasión lo realizamos por el sendero que, en dirección sur, nos lleva hasta la Peñas del Quixal.
Desde esta altura se puede contemplar el gran cortafuego que atraviesa la sierra y la enorme extensión de pinos de la umbría de la Font del Llop, así como, y a pesar de la niebla, los montes de Carrión y la Sierra del Fraile.
Ya son las 12:29 y aprovechamos, antes de comenzar el descenso por la senda que zigzaguea por todo el cortafuegos, para realizarnos otra instantánea grupal.
Si los ascensos realizados hasta el momento eran bastante ‘tocapelotas’… el descenso por veredas pedregosas y resbaladizas, a través del corta fuegos, es totalmente ‘tocahuevos de cojones’.
Una vez superado este tramo del recorrido accedemos, a mano derecha, a la pista que, por la umbría, nos lleva nuevamente al Pou de Neu del Carrascal.
Ahora ya todo es mucho más sencillo, volvemos al camino que pasa por la puerta del Mas del Carrascal…
El regreso al auto lo hacemos por la pista que rodea el Cabezo Paella y nos conduce a la entrada de la Font de la Carrasca, que es donde se encuentra el vehículo.
Volvemos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente recomendable. Han sido cerca de 9 kilómetros, con un desnivel de 450 metros, en una mañana estupenda y con una compañía inmejorable.
Un lunes más de caminata en solitario, la ruta elegida ha sido mitad marcha por la sierra, mitad recorrido urbano. Un itinerario realmente sencillo y no demasiado complicado, aunque sí muy interesante.
He aparcado el coche en el Paraje de la Ermita de San Cristóbal, en la pedanía de Estación Norte, en la población de Cocentaina, y, desde aquí, ha comenzado mi travesía.
Cocentaina, capital de la comarca de El Comtat, entre la bruma
Cocentaina
Se encuentra al norte de la provincia de Alicante y es la capital de la comarca que lleva su nombre El Condado de Cocentaina (El Comtat). A su municipio pertenecen las pedanías de Alcúdia, Algars, Alqueríes de Benifloret, Estació Nord, Gormaig, Penella y Poble Nou de Sant Rafel.
Su historia:
Ya en el paleolítico, neolítico y época prerromana fue una ubicación muy importante y estratégica. En Cocentaina hay tres abrigos con pinturas rupestres, el de Alberri, el de la Paella y el de la Penya Banyá. Declarados Patrimonio de la Humanidad en 1998. También están ubicados algunos yacimientos ibéricos de máxima importancia como…
Desde la zona recreativa comienzo el ascenso por la pista asfaltada de subida al castillo, en plena umbría de esta pequeña sierra, rodeada de pinos, almendros, olivos, etc… y hermosas casas residenciales.
Muro de Alcoy y, al fondo, la Sierra del Benicadell
Sin demasiada dificultad y con bonitas vistas de las serranías y pueblos del alrededor, llego a la zona del castillo.
Un último tramo de losas, en zigzag, me lleva hasta esta fortificación.
Castillo de Cocentaina
Se encuentra situado en el cerro de San Cristóbal, es un edificio de estilo gótico valenciano militar. Construido a finales del siglo XIII y principios del XIV, sobre los restos de otras construcciones defensivas anteriores de origen musulmán. En la revuelta mudéjar de 1303 fue saqueado e incendiado.
Se trata de una gran torre cuadrada de 13,5 metros de lado por 12 metros de altura sentada sobre un talud de sillería que varía entre 2 y 4 metros de altura. Todas las partes y estancias importantes están construidos de sillería, el resto de mampostería. Tiene dos plantas, la primera consta de patio de luces con un aljibe y dos aspilleras, una habitación cuadrada y otra rectangular. En el primer piso se repiten las estancias pero con ventanas geminadas al exterior. La parte alta es todo una terraza.
Recientemente ha sido completamente restaurado y en su interior se ha ubicado una muestra de restos arqueológicos encontrados en esta zona.
Un buen rato allí arriba contemplando con deleite las panorámicas… y comienzo el descenso por la ladera sur.
Una senda bastante sencilla que me acerca hasta la Ermita de Santa Bárbara.
Ermita de Santa Bárbara
De los edificios religiosos que se conocen de época medieval en la villa de Cocentaina, destaca la ermita de Santa Bárbara. Situada en el paraje que recibe el mismo nombre, se trata de un edificio religioso de conquista, que data del siglo XIII y de la primera mitad del XIV, el cual presenta una planta de una sola nave de cuatro crujías, separadas por arcos de diafragma que generan contrafuertes en el exterior que se cierran con una cubierta de madera a dos aguas y una única entrada mediante un arco de medio punto.
Desde el punto de vista arquitectónico se ha clasificado esta ermita de como una iglesia de conquistapor coincidir con el momento de pleno asentamiento y dominio de los cristianos.
Actualmente, la ermita es de propiedad municipal y no está destinada al culto desde la jubilación de la última ermitaña, la cual se ocupó del cuidado del templo hasta la década de los años setenta del siglo pasado. En la festividad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre, se celebra la Corriola, fiesta popular en la cual es tradicional comer una rosca de pan y embutido, el volteo de la campana, el paseo por los parajes y beber en la fuente.
Una vuelta por esta magnífica zona recreativa y ahora, por la Vereda de la Palizana, llego a la entrada del pueblo.
Aquí se encuentra esta magnífica Cruz de Piedra, llamada de ‘El Teular’.
Por entre las callejuelas del casco antiguo llego a la Plaza de San Miguel y a la fachada norte, a la torre y al campanario de la Iglesia del Salvador.
Iglesia del Salvador
La Iglesia del Salvador de Cocentaina fue construida sobre la antigua mezquita en la segunda mitad del siglo XVI. Se trata de un templo renacentista con una gran unidad espacial, «a lo romano», como se establecía en las capitulaciones para su construcción.
Se compone de una sola nave con cuatro tramos y capillas entre contrafuertes, en la que destacan los arcos fajones apoyados sobre ménsulas, los arcos de embocadura de las capillas y otros detalles renacentistas sobre los que se superponen figuras y dorados barrocos.
La capilla de la Comunión fue construida en el siglo XVIII. En el interior hay azulejos también del siglo XVIII y pinturas del siglo XVII de N. Borrás y de F. Ribalta. El campanario, situado en la parte posterior, es de poca altura y de planta cuadrada, construido de sillería, sin ornamento alguno excepto en el cuerpo de campanas que tiene pilastras ligeramente resaltadas.
Sigo callejeando y llego a la Plaza Vener Escuder, donde se encuentra el Palacio Condal de Cocentaina y el Monasterio de la Madre de Dios del Milagro.
Palacio de los Condes de Cocentaina
Construido sobre un antiguo edificio musulmán del siglo XII. El primer edificio gótico fue construido en la segunda mitad del siglo XIII por el gran Almirante de la Corona de Aragón, Roger de Lauria, primer señor feudal de la Villa de Cocentaina. En la segunda mitad del siglo XV, cuando Cocentaina pasa a ser Condado y propiedad de la familia Corella, se realizan grandes obras de reforma y ampliación dándole el aspecto que vemos hoy en día.
En el Patio existe en su lado sur la única parte que se construyó del claustro que debería recorrerlo todo, consta de cinco vanos arquivoltados en semi columnas de fuste liso sobre pedestal. Esta obra clasicista data de finales del siglo XVI o principios del siglo XVII.
De este Palacio tenemos que destacar por su importancia artística y arquitectónica la Capilla de San Antonio Abad. Contiene un retablo de principios del siglo XVII obra del pintor contestano Nicolás Borrás; existen referencias documentales de esta capilla a partir del siglo XIV.
La Sala Dorada, situada en el piso principal de la torre del Homenaje.
Los llamados Salones de Embajadores pueden servir como ejemplo de decoración renacentista. Precisamente en el ángulo de uno de estos salones se abre una pequeña puerta que conduce a una escalera de caracol; al bajarla encontramos otra puerta, que da acceso a la Tribuna de los Condes. Es una pequeña habitación con una gran abertura a modo de ventana desde la cual se domina la Capilla de San Antonio Abad.
Monasterio de la Madre de Dios del Milagro
El Monasterio de la Virgen del Milagro ocupa parte del Palacio de los Condes, siendo, desde el punto de vista artístico, el Monasterio la parte más interesante. Se inició su construcción el 20 de septiembre de 1656 y el 20 de enero de 1670 era trasladada la Virgen del Milagro a su nuevo templo, por lo que se deduce que deberían estar terminadas las obras. La fachada se caracteriza por la total ausencia de decoración; una enorme portalada de medio punto da acceso al Monasterio.
En su interior existen varias obras de arte; de ellas merece especial mención el retablo gótico del S. XV de Santa Ana con María y el Niño. Un icono bizantino del S. XVI de la Virgen Hodigitria, así como el reclinatorio del Conde. Hay que destacar la colección de cuadros del pintor napolitano Paolo de Mattei donados por el Conde de Cocentaina D. Francisco de Benavides en 1697. Otro artista italiano, Antonio Aliprandi, es el autor de la decoración de la Capilla Mayor, obra escenográfica de estilo barroco decorativo que llevó a cabo entre 1704 y 1705. También cabe señalar el zócalo de azulejos del S. XVII, el púlpito, la puerta de la sacristía, dos cuadros del camarín y una lápida de mármoles con inscripción de bronce al pie del altar, así como un escudo de los Condes de Cocentaina de estuco policromado ubicado sobre el arco del presbiterio; acompañan al escudo dos figuras alegóricas y querubines, pintados en el mismo arco.
Ahora, por las calles de la Mare de Déu, de Pere Cetina y Sant Hipolit, llego hasta la Iglesia de Santa María.
Iglesia de Santa María
Se fundó en el siglo XIII, fue reconstruida en el XVI y reedificada en 1666 en estilo barroco, contando con obras de reformas y ampliaciones entre los siglos XVIII y XIX.
Se trata de una iglesia de una sola nave con cinco tramos y cubierta con bóveda de cañón con arcos fajones y lunetos. Dispone a sus lados de capillas laterales entre contrafuertes cubiertas con bóvedas vaídas. La cúpula del crucero, sobre pechinas, es chata desde el interior y cuenta, al modo barroco, con un corredor perimetral que se repite en la nave y el crucero.
El exterior dispone de dos portadas: una, clásica y otra barroca, ambas de piedra.
La torre campanario es de cinco cuerpos rematada mediante adornos con pináculos, pilastras estriadas y hojas de acanto.
Dejo esta iglesia por la calle Pintor J. Espinosa y accedo a la Plaza de la Font.
Plaza de la fuente
En medio del entramado de calles que ofrece el casco histórico de Cocentaina se encuentra esta plaza. Rodeada de edificios antiguos no muy altos, con su fuente de varios caños en la parte baja y encarada a un lavadero municipal bien grande, que denota la gran importancia y el mucho uso que tuvo hace muchas décadas. Hoy día el ruido de sus aguas ameniza a los paseantes.
Salgo del centro urbano por la Avenida de Xátiva, giro a la izquierda por la calle Subida a San Cristóbal.
Un ascenso más o menos importante, por asfalto y por vereda, que me hace pasar por la puerta del cementerio municipal y, un kilómetro después, llegar al Paraje de San Cristóbal.
Ermita y zona recreativa de San Cristóbal
La construcción de la ermita es de finales del siglo XIV. El edificio tiene planta rectangular de 11,70 x 2,80 metros, compuesto por una nave oratorio, sacristía y casa/hostal, esta última destinada en un principio como residencia del ermitaño y actualmente como restaurante. En el altar principal hay un retablo de San Cristóbal pintado en 1815 por Soler y Diego, escribano de Cocentaina, restaurado en el año 1995.
Cuenta la leyenda que a mediados del siglo XV vivía el ermitaño Pedro Juan Escuder, personaje mítico en Cocentaina por sus profecías.
El área recreativa que rodea la ermita se ha convertido en un lugar de ocio importante, habilitado para uso y disfrute del visitante. Hay una gran zona infantil, un amplio espacio con barbacoas, mesas y bancos, aseos y un par de fuentes de agua potable.
Un paseo por los jardines de la zona recreativa y regreso al auto.
Vuelta a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Absolutamente recomendable. Han sido aproximadamente 9 kilómetros (entre unas cosas y otras), con un desnivel que supera los 450 metros, en un día super estupendo, unos paisajes preciosos y un recorrido magnífico por parte de la historia de Cocentaina (aún han quedado muchos puntos de interés). Esta es una ruta que he de hacerla en compañía; merece la pena.
Para este jueves de febrero, Jesús, Paco, Reme y yo, nos hemos dirigido a la población de Alcalalí para iniciar una caminata por la zona, con la esperanza de encontrar sus campos de almendros en plena floración y visitar algunos de los puntos de interés en los alrededores.
Alcalalí.
Municipio de la Comunidad Valenciana. Perteneciente a la provincia de Alicante, situado en la comarca de la Marina Alta. Geográficamente Alcalalí se encuentra enclavado en el Valle de Pop, por el que discurre el río Jalón o Gorgos. Tiene una altitud de 240 metros sobre el nivel del mar.
Dejamos el auto a la entrada del pueblo, en el aparcamiento del Passeig del Pou y entramos en el centro urbano.
Allí, en la Plaça del Ajuntament, nos encontramos con estas dos interesantes edificaciones…
Torre Medieval.
Los habitantes de Alcalalí y de la Vall de Pop fueron víctimas de frecuentes ataques de piratas y bandoleros cuyo acceso natural a estas tierras se producía desde el azagador real del “Coll de Rates”. Para protegerse de estas invasiones, a finales del S. XIV, principios del S. XV, Mosen Pedro de Castellví, soberano de Alcalalí y Jalón, y su esposa Yolanda Pardo, mandaron construir una torre con pie de 6 x 8 metros y 18 metros de alto, a 38 metros del río Gorgos, situada sobre la colina de Alcalalí, con fines principales de vigía y último refugio bastión de defensa.
Iglesia de la Natividad de Nuestra Señora.
Templo de traza neoclásica construido en el siglo XVIII. Se encuentra en la plaza del ayuntamiento y su fachada fue rehabilitada en el año 1988.
Ahora, dejamos el centro y nos dirigimos hacia el río Gorgos o Jalón.
Lleva abundante agua y se nos hace bastante dificultoso atravesarlo por el paso elegido. Intentamos buscar otro lugar para cruzarlo y damos algún rodeo que otro sin sentido hasta que encontramos otro paso mucho más cómodo, no sin antes hacer una parada por esta fuente y estos dos miradores…
Mirador del Ravalet, Font de la Cava y Mirador de Terrer.
Por fin, y cruzando por la pasarela de las instantáneas, damos paso al otro margen del Gorgos.
Nos encontramos ahora en una zona de campos de cultivo, con numerosas fincas de almendros. En esta ocasión no hemos tenido suerte de encontrarlos en plena floración; muy pocos con algo de flor y la gran mayoría comenzando a verdear.
Abundan también los cultivos de frutales como la naranja, la mandarina, el limón, etc…
Nosotros caminamos por pista asfaltada, en dirección sur, por la zona llamada de Els Tossals.
A la altura del Barranco del Negre, en un cruce, tomamos la senda del…
Camí Vell de Xaló a Tárbena.
Este camino ponía en contacto estas dos poblaciones y a nosotros nos llevará en una potente subida al siguiente punto de interés de nuestra caminata, el mirador de Coll de Rates.
Este ascenso, desde su inicio hasta el collado, tiene 2 kilómetros de recorrido y un desnivel de unos 300 metros.
Llegamos, por fin, con la lengua fuera, jejeje, al…
Coll de Rates.
Collado entre las sierras del Ferrer y de Besa (este) y la sierra del Carrascar de Parcent (oeste), divisoria entre las comarcas alicantinas de la Marina Alta (norte) y la Marina Baja (sur).
El collado está situado a 628 metros de altura y por él discurre la carretera CV-715 que une los municipios de Tárbena y Parcent.
Un ratillo en lo alto, bebiendo y tomando alguna fruta, barrita energética o fruto seco y contemplando la inmensidad del Valle de Pop. Comenzamos ahora el regreso; en esta ocasión, desandamos nuestros pasos y tomamos, en una bifurcación, la opción de descender por el…
Camí de la Pansa o de les Revoltes.
Una senda estrecha y zigzagueante que, en brutal descenso, nos lleva, por la zona de l’Estepar y del Blaquer, hasta el Camí del Pou.
Vamos justos de tiempo si queremos llegar al pueblo y comer a buena hora (perdimos bastante buscando un cruce del río), así que descendemos sin hacer ninguna pausa para el descanso.
Una vez en el Camí del Pou, ya prácticamente sin desnivel, nos dirigimos hacia el pueblo de Parcent.
A la entrada a la población nos encontramos con el…
Pou del Assegador.
Este pozo, rodeado de pequeñas balsitas, servía como abrevadero del ganado.
Justo antes de la entrada a Parcent, tomamos un desvío, a mano derecha, que nos lleva, por el Camí del Molló, a la población de Alcalalí, pasando antes por la…
Ermita de Sant Joan de la Mosquera.
La partida rural “Mosquera” acogió una alquería morisca bajo este mismo nombre. El poblado llegó a contar con treinta casas en 1577, diversos riuraus (construcción rural característica de la comarca, relacionada con la producción de pasa), la era, la tahona, la almazara y diversas infraestructuras agrícolas e hidráulicas como un pozo y una noria. Precisamente en 1577, Juan de Ribera erigió la ermita de “Sant Joan de la Mosquera” y escogió como patrono a San Juan el Precursor, por tratarse de un santo de fácil aceptación para quienes renunciaban a la ley coránica y aceptaban el cristianismo. La alquería de la Mosquera quedó totalmente despoblada en 1609, tras el bando de expulsión dictado por el rey Felipe III. El destierro morisco puso fin a siglos de convivencia arrancando a un pueblo de la que era su tierra.
Seguimos la pista y cruzamos el río, ahora por puente de piedra.
Al otro lado, ya muy cerca del municipio, tenemos el Pou i la Bassa de Reg, construido para el riego de las huertas de los alrededores
Entramos en el pueblo y en uno de los bares, cerca del ayuntamiento, comemos, bebemos, charlamos, reímos y, después, nos dirigimos al coche y…
Regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente recomendable. Han sido un total de 12’5 kilómetros, con un desnivel de 436 metros (de los que 300 metros se los ha llevado el Camí de Xaló a Tárbena), en una mañana espléndida y con una compañía de lujo.
AL FONDO, LA SIERRA DE MARIOLA CON EL MONTCABRER NEVADO
Desde que hace unos días notificaban que se habían producido nevadas en las cumbres de Alicante, yo tenía el come-come de hacer una caminata por el blanco elemento. Hoy, por fin, y aunque no las tenía todas conmigo, me he dirigido al techo de la provincia con el fin de realizar una ruta y matar el gusanillo.
Llego hasta las inmediaciones de Alcoy, paso por Benifallim y Penáguila, tomo, finalmente, la carretera CV-785 que lleva al Port de Tudons.
Aunque no he madrugado demasiado para no encontrar el asfalto helado, aún me he tropezado, en los últimos tramos de carretera, con alguna que otra placa de hielo.
Una vez en el Port de Tudons, tomo la CV-770, que lleva hasta Alcoleja, y a unos 250 metros, a mano derecha, entro en una pista semi asfaltada (Camí d’Aitana) que me acerca hasta una replana, donde aparco el auto, y es aquí donde comienza mi caminata por la Sierra de Aitana.
Las heladas de la noche me ofrecen todo el alrededor escarchado pero… ni rastro de nieve.
Llego, en mi ascenso, al Corralet de Piscul; en este espacio despejado y alrededor de esta construcción semi derruida se pueden admirar las bellas panorámicas de las serranías de la cara norte de esta montaña.
A medida que se asciende, la pista se encuentra cada vez más embarrada y tan sólo en las cumbres se presentan alguna manchas nevadas.
La verdad es que, hasta la Font de l’Arbre, todo lo que encuentro es fango que hace bastante incómodo el caminar.
Una pequeñísima parada en el área recreativa de la fuente y aprovecho que hay gente para pedir una foto de cuerpo entero, jejeje
Imagino que las personas que han llegado hasta esta zona esperaban encontrarse, como yo, dos cosas… la nieve (de momento, nada de nada) y la fuente (Díos, juro que había una fuente!!!)
Un poco desanimado, la verdad; incluso me llego a plantear dar media vuelta y volver al punto de inicio.
Pero me animo y continúo por la pista que lleva a la Font de la Forata y a la cima.
He hecho bien en tomar esa decisión. Ya comienza la pista a tener los márgenes llenos del blanco elemento. Aquí se nota que en días anteriores han habido excursionistas y visitantes que han hecho sus muñequitos de nieve.
Conforme avanzo y asciendo la nieve ocupa más superficie, tanto en los campos como en el camino.
Ahora sí, esto es una auténtica gozada!!!
Quien me conoce sabe que esto para mi es una pasada total y disfruto como un enano.
Llega un punto en la pista que la nieve se ha convertido en hielo y hace bastante complicado el avance.
Dos o tres resbalones, a punto de caída, me hacen plantearme el no arriesgar a tener una lesión, no llegar hasta la Font de la Forata (que era el fin de trayecto planificado) y dar, ahora sí, media vuelta y regresar al lugar de partida y al coche.
El regreso se hace exactamente por la misma pista del comienzo, llevando un cuidado extremo y evitando que, al ser ahora descenso, no se produzca ningún fatídico resbalón.
Al pasar nuevamente por el área recreativa y la ¿fuente? de l’Arbre, el camino se transforma en un barrizal de enormes dimensiones que llego a pensar qué es más peligroso… patinar por el hielo o resbalar por el lodo?
Realmente hay que decir que esta caminata no tiene ninguna complicación cuando se realiza en condiciones normales.
Paso por el Corralet del Piscul, por el último tramo asfaltado y llego, al fin, al auto.
Regreso a Alicante.
AL FONDO, EN LO ALTO, LA ERMITA DE VILLA SERRA
Valoración: 3***
Recomendable: Vamos, una ruta con nieve? Como para no recomendarla. Por supuesto!!! Han sido 12 kilómetros, con un desnivel de 400 metros y realizada en un tiempo más que aceptable.
En este frío, desapacible y lluvioso jueves de febrero, Jesús, Reme, Paco y yo, nos hemos reunido en el punto de encuentro con el fin de dirigirnos al lugar de inicio de la caminata que estaba prevista para este día.
Hemos llegado a la Font de Mariola, en el Parque Natural de la Sierra homónima, emplazamiento donde debía comenzar nuestra ruta.
Aquí, la lluvia arreciaba, el frío era intenso y la pista rezumaba agua por todas partes.
Momentos de gran frustración en los que cambiamos el plan, abandonamos la idea de realizar la ruta estipulada y la dejamos para otro día menos incómodo.
Teniendo la población de Bocairent bastante próxima, decidimos acercarnos hasta la misma y ver qué podíamos hacer una vez llegáramos a ella.
BOCAIRENT.
Llegamos al municipio. El aguacero sigue siendo tan persistente como en la Font de Mariola. Aquí, al menos, podemos guarecernos en alguna cafetería hasta que escampe o mejore.
Dejamos el auto en un pequeño callejón; cerca del Bar Solbes, donde entramos y, esperando que calme, nos hemos hecho un ‘esmorzaret’ (de categoría, tete!!!)
Parece que amaina (bueno, sólo lo parece) y nos decidimos a hacer un recorrido por el barrio medieval.
Pasamos por l’Arc de Bocairent o l’Arc del aigua, un portal de estilo mozárabe que da la entrada a la plaza del ayuntamiento.
Esta plaza es un espacio, aunque pequeño, centro de todas las actividades festivas y culturales de la población; en ella se encuentra el ayuntamiento, la oficina de turismo, la policía local y algunas cafeterías y tabernas.También, desde aquí, se puede disfrutar de la vista de la torre campanario de la Esglesia de l’Assumpció de Santa María.
Subimos por la calle de Mossén Hilario para llegar al mirador, delante de la iglesia, para contemplar la Ermita del Santo Cristo y su vía crucis, en el cerro que la población tiene enfrente.
Ahora, por la calle Abadía llegamos a la Plaza de San Vicente.
Circulando por las calles San Juan, travesía de San Juan, travesía de la Virgen de Agosto, Mirador, Muret, Algibe, Batlle, etc…, por los edificios de la Ermita de Sant Joan, la Iglesia de los Desamparados, la Casa del Poeta Ibm Ruhaim, las casas medievales, etc…
Algunos miradores para observar les Covetes dels Moros.
Diferentes rincones, callejones y numerosas fuentes, con sus decoraciones florales y sus originales puertas, que hacen de este lugar una verdadera joya.
No es que hayamos hecho un recorrido exhaustivo por este barrio medieval pero sí suficiente para llevarnos una muy buena impresión y muchas ganas de volver a profundizar.
A medida que pateamos las calles, la lluvia ha cesado y el día ha comenzado a mejorar.
Ya cerca de las 13:30 hemos abandonado el recinto medieval y nos hemos dirigido al auto y hemos comenzado el regreso a Alicante.
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Antes de tirar cada mochuelo a su olivo, hemos hecho una parada en el restaurante Xirau, en el Maigmó, para comer.
Hoy ha sido una ruta más turística y gastronómica que senderista (otra vez será!!!)
Valoración 3***
Recomendable: Claro que sí. Hoy no hay ni total de kilómetros, ni desnivel… Pero sí buena compañía y momentos muy agradables.
Para este lunes, sexto día del mes, que, a nivel personal, tiene un significado emocional muy fuerte, he optado por una salida en solitario por el extremo noroeste de la Sierra de Mariola.
Una caminata que ha tenido como punto de inicio el aparcamiento del campo de futbol de la población de Bocairent y que me ha llevado, por esta zona de la serranía, a recorrer distintos lugares de interés.
Dejo el auto en el parking y tomo la pista cementada que asciende, entre campos de cultivo, casonas y chalés, hacia el interior del Parque Natural de Mariola.
El cemento da paso a un sendero, más estrecho y, en ocasiones, pedregoso, que me lleva en paralelo a la carretera CV-794, la que comunica Bocairent con Alcoi, y que en algunos tramos también es la GR 7.
Al llegar a la carretera, yo circulo por la senda que va en paralelo a ella y en el kilómetro 2’9 de la misma tomo una entrada, a mano izquierda, que me conduce, por asfalto y en una subida algo más intensa, al vértice geodésico.
A medida que se sube las vistas de los campos y sierras del alrededor se muestran con más claridad; a pesar del día tan nublado, se distinguen las sierras de la Solana, la de Beneixama, de la Fontanella, la peña La Blasca, la peña del Montcabrer, etc…
Finalmente llego hasta el vértice geodésico, Sant Jaume, con sus 956 metros sobre el nivel del mar.
Unos metros más al norte se encuentra La Creueta, una cruz conmemorativa que se eleva entre las rocas y mira hacia la población de Bocairent, mostrando con todo su esplendor la localidad.
Apenas unos minutos en lo alto (cuando he llegado la temperatura era de 2º) y retomo el itinerario marcado.
Deshago mis pasos y vuelvo a la carretera, CV-794, y a la senda que va en paralelo.
Ahora, a unos 600 metros, tomo otro desvío, a mano izquierda, que me lleva hasta la Ermita de Santa Bárbara.
Esta ermita es, de todas las que pertenecen al término de Bocairent, la menos antigua ya que se trata de una construcción de finales del siglo XIX y principios de XX, y está adosada a una casa de estilo señorial.
Unas cuantas instantáneas en los alrededores de esta edificación y comienzo el regreso; esta vez por senderos, en dirección oeste, hacia Bocairent.
Los senderos me llevan, ahora en suave descenso, hasta la Fuente de la Coveta de Bocairent.
Unos minutos para el disfrute de esta fuente que rebosa abundante agua.
Y sigo mi camino en dirección al pueblo; el día se cierra por momentos y parece que comienza a lloviznar aguanieve.
La bajada por esta parte de la sierra me lleva hasta la Ermita de Sant Jaume.
Es una construcción del siglo XVI y sobre la puerta principal se puede contemplar un retablo de azulejos dedicado al santo. La ermita está rodeada de una hermosa arboleda.
Ahora sólo me queda seguir la pista de entrada al pueblo, unos cuantos desvíos, llegar al aparcamiento del campo de futbol y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Sin duda, muy recomendable. Han sido unos 11 kilómetros, con un desnivel cercano a 400 metros y todo ello realizado en un tiempo más que aceptable.
Para este primer jueves de febrero hemos optado por una caminata algo diferente.
Paco, Reme, Jesús y yo nos hemos dirigido hasta la población de Jávea/Xábia, municipio costero en el norte de la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina Alta, para efectuar una ruta por el Cabo de San Antonio, en una mañana extremadamente luminosa, teniendo como telón de fondo el Mediterráneo.
Hemos dejado el coche en uno de los aparcamientos públicos de la población, junto a un mural dedicado a los trabajadores de la mar, nos hemos encaminado hasta la Playa de la Grava, hemos pasado por delante de la lonja y del puerto pesquero.
Llegamos hasta las puertas del restaurante Tangó y, en este mismo sitio, a mano izquierda, comenzamos el ascenso por una estrecha vereda, marcada por los colores de la PR-CV 355, que nos conduce, en un abrupto zigzag, hasta lo alto del Cabo de San Antonio.
El mar, presente en todo nuestro recorrido, le da una luminosidad especial a las instantáneas.
Hay que decir que las aguas que rodean esta lengua de tierra son Reserva Natural de los Fondos Marinos del Cabo de San Antonio.
Llegamos a uno de los muchos miradores de la zona. Desde aquí, además de poder disfrutar de la vista de Jávea y el Mediterráneo, se pueden observar distintas sierras de esta parte de la provincia como la Sierra del Montgó (en un primer e impresionante plano), Sierra de Ferrer, Sierra de Bernia, Peñón de Ifach, Puig Campana, etc…
Llegamos a la altura del faro y distintos miradores nos muestran algunos de los puntos costeros más llamativos, como el Morro Codina, Cap Martí, Isla del Portixol, el Cap Negre, etc…También, en días muy claros, se puede ver la silueta de la isla de Ibiza en el horizonte (se encuentra a 90 kilómetros)
Comenzamos ahora a caminar por la carretera del cabo, en dirección al interior, hacia el Santuario de la Mare de Déu dels Ángels.
Antes, una parada, a mano izquierda, para ver uno de los hornos de cal de la zona.
Llegamos hasta el Santuario. Aquí también una breve parada.
Estamos en el paraje llamado Las Planas; la gran peña del Montgó siempre omnipresente.
Por una pista, a mano izquierda, llegamos hasta la gran familia de molinos que pueblan la ladera suroeste del cabo.
La verdad es que nosotros desconocíamos la existencia de estas edificaciones.
Son un total de 11 molinos, construidos entre los siglos XIV y XVII, y servían para moler el trigo y otros cereales utilizando la fuerza eólica para ello.
Actualmente están en total desuso.
Después de visitar y admirar a estos gigantes, dignos de un Quijote levantino, iniciamos el regreso a Jávea.
Nos toca, con alguna que otra dificultad y despiste, descender por una pequeña y algo complicada senda, la llamada ‘Serpeta’, hasta llegar a las primeras casas del pueblo.
Ahora ya, por entre calles y avenidas, llegamos hasta el vehículo, dejamos los bártulos y, por la hora que es, buscamos un sitio para comer.
En la calle Santísimo Cristo del Mar encontramos un lugar muy agradable donde calmar nuestra hambre y nuestra sed, además de compartir charlas y risas.
Un punto final a esta aventura costera.
Regresamos a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Claro que sí. Hoy hemos cambiado las sierras del interior por las vistas del mar. Un recorrido de algo más de 10 kilómetros, con un desnivel de 315 metros, la sorpresa de los molinos, la compañía de un nuevo senderista y todo ello en un día maravilloso.
En este despejado y luminoso martes, para despedir el primer mes del 2023, he optado por una caminata cercana y relativamente sencilla. Me he dirigido, por la carretera que va de Castalla a Petrer (o viceversa), pasando antes por el Collado del Portell y el Xorret de Catí, hasta la zona del barranco de Badallet y El Pantanet donde, en un claro, he dejado el auto y he comenzado mi ruta en solitario.
Antes de todo, al pasar por el Collado del Portell, he bajado del coche para reflejar en las instantáneas los restos de la última y tenue nevada que cayó en la zona el pasado domingo.
Llego ahora a la altura del barranco de Badallet, aparco el vehículo y comienzo la caminata por estas sierras y ramblas.
Camino unos metros por la carretera hasta llegar a la altura de la Casa del Pantanet y comenzar el ascenso, por estrecha senda (PR-CV 34 y PR-CV 143), que me lleva, por la sierra de Catí, a la pista forestal y, ahora en descenso, al Collado de Amorós.
Antes de llegar al collado, en la parte más elevada, puedo contemplar en esta mañana tan rasa las montañas del alrededor, la Sierra del Cid, la del Fraile, la del Caballo, la de Castellarets, la del Maigmó, etc…
Ya en el Collado de Amorós, un gran cruce de caminos, tomo la opción de la vía pecuaria que discurre, en dirección oeste, entre el barranco de Catxuli y la sierra de Rabosa, y que confluye con la carretera que va al albergue de Rabosa.
Una vez llego a la carretera del albergue, tomo una estrecha senda, al otro lado del asfalto, que me lleva entre campos de cultivo, por la sombra de la sierra dels Castellarets, hasta la zona llamada de Mirabuenos.
Por estos campos no hay resto alguno de nevada pero, al estar en la umbría, sí encuentro la tierra helada; el suelo cruje a mi paso.
El sendero me lleva hasta una construcción en ruinas, imagino que es el Mas de Mirabuenos.
Sigo el itinerario marcado en mi gps y, después de algunos descensos algo pedregosos, conecto nuevamente con la carretera de Castalla a Petrer y entro de lleno al sendero de la Rambla de Puça.
Para mi sorpresa esta rambla casi siempre tiene un cauce de agua, más o menos abundante, y en esta ocasión, imagino que por la falta de lluvias durante el eterno verano que hemos tenido, ahora no tiene ni gota de agua.
En algún momento de este recorrido se oye y se intuye un hilo de agua por entre los arbustos.
Dejo la Rambla de Puça, tomo una subida a la altura de la Casa de la Gurrama, paso por una masía en ruinas y conecto con la senda que fluye en paralelo a la rambla homónima.
El último tramo de mi itinerario es llegar por la Rambla de Gurrama al Pantanet.
Una estrecha garganta me conduce a la zona del Pantanet.
La últimas fotos que se han publicado en internet y han salido en los informativos mostraban esta presa y su canal de desagüe, de forma circular, totalmente lleno de carámbanos por las últimas heladas.
A una semana de las curiosas fotografías, no esperaba encontrar ni rastro de de ello pero…
Aún hay restos del pasado.
Ya me queda, para terminar esta ruta, subir por entre las escarpadas rocas y el muro hasta llegar a la parte alta del Pantanet, caminar unos 300 metros y llegar al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Sin ninguna duda. Han sido cerca de 10 kilómetros, con un desnivel de 315 metros, en una jornada sencilla y agradable.
Para este gélido jueves de enero la caminata elegida ha sido la que da comienzo en la Ermita de los Santos de la Piedra, a las afueras de la población de Biar.
Jesús, Reme y yo nos hemos puesto en marcha desde este pequeño templo para hacer un recorrido por la Sierra de la Fontanella.
Comenzamos el ascenso por senda y pista en la llamada Solana de la Campaneta.
Llegamos hasta un cruce de caminos, nosotros seguimos recto por una senda que nos lleva al camino de la Cova Negra.
En lo alto las vistas de las serranías de los alrededores se muestran con todo su esplendor, la Sierra del Fraile, la del Reconco y la de Onil, entre otras, así como la población de Biar y su magnífico castillo.
Seguimos la senda a la Cova Negra (PR-CV 55), dejando en la ladera sur de la sierrael espacio recreativo de Las Lomas de Jara.
En un momento del recorrido tenemos, a mano derecha, el desvío a la Cova Negra que tomamos para acceder a ella.
En este gran abrigo, utilizado en el pasado para el resguardo de los animales, hacemos una breve pausa para refrescarnos y comer alguna fruta.
Las panorámicas que se observan desde este enorme ventanal son realmente hermosas.
Retrocedemos por la senda hasta llegar, nuevamente, al desvío y seguir ascendiendo por la PR-CV 55
En un punto de la subida, después de una gran torre eléctrica, nos encontramos con otro importante cruce. Aquí tomamos la pista de la derecha que nos llevará en un plácido descenso hasta la Casa de Gil.
Desde aquí continuamos hasta llegar la gran pista forestal, también PR-CV 55, que, siguiéndola en dirección suroeste, nos acercará hasta el Espacio Forestal Recreativo de la Cova Negra.
Este es una de las áreas recreativas de estas sierras, donde se efectúan diversas actividades, tanto familiares como escolares.
Seguimos por esta pista en dirección al pueblo de Biar.
Después de pasar por una casa forestal y diversas masías, ya muy cerca de la población, nos topamos con una bifurcación. Tomamos la senda de la derecha, que nos llevará hasta otra de las zonas de esparcimiento, la de la Lomas de la Jara.
Continuamos la pista, pasando por entre algunas de las casas de la zona, hasta acceder al cruce de caminos del inicio, el que nos llevó hasta la senda de la Cova Negra.
Ahora sólo nos queda desandar el camino que utilizamos en el comienzo de nuestra ruta, llegar hasta la Ermita de los Santos de la Piedra y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente recomendable. Ha sido una mañana extremadamente fría, de hecho al pasar por el puerto de montaña de Biar el termómetro marcaba -2º y las carreteras, caminos y sendas estaban congeladas. Han sido 11’50 kilómetros, con un desnivel de unos sencillos 305 metros, unas vistas realmente hermosas y una compañía de 10.
Hoy se me han pegado las sábanas y, por unos minutos, he pensado en dejar la caminata para mañana martes pero, teniéndolo todo super preparado, iba a dejarlo para otro día? Pues no, sinceramente.
Así que, me he aseado y vestido a la velocidad del rayo, he desayunado con toda rapidez, he cogido los bártulos y me he lanzado a la carretera para afrontar, aunque algo tarde, la ruta que tenía marcada.
He llegado a las afueras de la población de Onil, concretamente en un claro del camino, frente al Mas de la Arcada, donde he dejado el auto y he comenzado esta ruta.
MAS DE LA ARCADA
Es un itinerario que ya he efectuado en varias ocasiones.
La zona comprende el límite oeste de la Sierra de Onil con el comienzo, por el este, del Parque Natural del Carrascal de la Font Roja.
Dentro de este paraje se encuentran las sierras de El Serral y la de Biscoi, así como los barrancos de l’Arcada, Monvarí y Taguenga.
Comienzo ascendiendo, suavemente, por la pista (GR7) que discurre en paralelo al barranco de l’Arcada.
La mañana es despejada y fría. Y los primeros charcos que me encuentro demuestran que, durante la noche, las temperaturas han caído y han congelado las aguas.
AL FONDO, EL MAS DE LA CAPONA
La pista se bifurca y tomo el ramal de la derecha, dejando la GR7, teniendo en el frente el Mas de la Capona, y dirigiéndome a la depresión de Monvarí.
Ahora, por pista y por senda, camino por el barranco de Monvarí, lugar donde se encuentran diversos campos de cultivo y, también, el Mas y la fuente homónima.
MAS, FUENTE Y ALBERCA DE MONVARÍFUENTE DE MONVARÍALBERCAMAS DE MONVARÍAGUAS CONGELADAS DE LA ALBERCA
Hago una breve pausa en esta masía donde también se puede observar que las aguas de su estanque están totalmente congeladas.
Sigo mi ascenso por las pistas, entre hermosos bosques de pinos.
PISTA Y BARRANCO DE MONVARÍ
En esta parte de mi recorrido la senda la hago siguiendo el barranco de Monvarí, entre las sierras de El Serral y Biscoi.
SIERRA DE EL SERRAL
La pista me lleva a un cruce de caminos. Ahora me encuentro en el punto más alto del itinerario, 1016 metros sobre el nivel del mar, y tomo la pista de la derecha, retomo la GR7 y me dirijo al Mas del Palomaret.
MAS DEL PALOMARET
800 metros después del cruce llega una bifurcación, la GR7 continúa por la izquierda y yo opto por la senda de la derecha, la que, teniendo la sierra de Biscoi a mis espaldas, me conducirá hasta el collado del Xocolater.
SIERRA DE BISCOI
Llegado al collado, el camino desciende suavemente en dirección sur para incorporarse a la senda que discurre en paralelo con el tercero de los barrancos, el de Taguenga.
Ahora sólo queda seguir el recorrido de este último barranco y, con él, iniciar el regreso al punto de inicio.
BARRANCO DE TAGUENGA
1100 metros de sendero hacia el sur y comienzo a caminar, nuevamente, por la GR7.
Esta depresión, en sus últimos metros, deja ver unos grandes campos de cultivo y el Mas de la Capona en lo alto de una colina.
CAMPOS DE CULTIVO Y, AL FONDO, EL MAS DE LA CAPONA
Termina el barranco de Taguenga y continúa el de la Arcada.
Un kilómetros más tarde llego a la zona donde se encuentra mi coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Claro que sí. Han sido unos 10’5 kilómetros, con un desnivel de 250 metros y hecho todo en un tiempo más que correcto.
BARRANCO DE LA ARCADABARRANCO DE LA ARCADAMAS DE LA ARCADAMAS DE LA ARCADETA
En un primer momento la ruta de hoy tendría que haberse realizado ayer jueves pero, por distintas circunstancias, sobre todo personales, los participantes de dicha caminata se han ido descolgando, uno tras otro, de la actividad y, finalmente, he quedado yo solo para realizarla. Así que, no teniendo ningún compromiso con nadie, he decidido cambiar el día y hacerla hoy viernes.
He optado por un recorrido que, salvo alguna modificación y en otras condiciones, ya se efectuó hace unos 50 días. La sierra elegida ha sido la de Agullent.
CASAS DEL GUARDA FORESTAL/ALBERGUE CASA EL CLAU
Muy cerca del puerto de montaña y la población de Albaida, concretamente en el aparcamiento de Las Casas del Guarda Forestal/Albergue Casa el Clau, he dejado el auto y he comenzado el recorrido de este día.
He tomado la pista, y esta es la primera novedad, que me lleva hasta el Albergue Don Bosco. Este camino se llama ‘Del Alba/Beniarrés/Ontinyent’ o ‘De la Font del Patge’
EN LO ALTO, EL CASTELL VELLCAMINO DEL ALBA-BENIARRÉS-ONTINYENT
Es una pista bastante cómoda que, en suave ascenso, me llevará hasta esta conocida fuente, la del Patge.
Continúo ascendiendo, paso por el cruce que lleva hasta Agullent y ahora la pista recibe el nombre de ‘Camino Torrater’; esta es otra de las novedades del itinerario (en comparación con la ruta que se hizo el 1/12/2022).
AL FONDO, AGULLENT
En el kilómetro 4’5, a mano izquierda, dejo el ‘Camino Torrater’ para entrar en una vereda que sube hasta el ‘Camino a Agres’.
LA VALL D’ALBAIDAVEREDA CAMINO A AGRESCAMINO DE AGRES, AL FONDO LA VALL D’ALBAIDA
Sigo por este camino, ascendiendo, aunque mucho más suave, y la pista me conduce hasta los ‘Huecos mineros’ y la ‘Foieta dels Carros’.
HUECOS MINEROSHUECOS MINEROSAL FONDO, EMBALSE DE BELLÚS Y LA VALL D’ALBAIDAFOIETA DELS CARROSFOIETA DELS CARROS
Después de 1’3 kilómetros llego al ‘Collado de Santa Anna’ y es aquí donde comienza el descenso y el regreso a la zona donde tengo el coche aparcado.
AL FONDO, SIERRA DE MARIOLA Y AGRESCOLLADO DE SANTA ANNA
Una vereda estrecha, ‘Senda dels Enguinyers’, me llevará por la ladera norte del extremo este de la Sierra de Agullent o de Filosa hasta el acceso, por pequeña senda a mano derecha , a la CovaAlta.
Yo seguiré en línea recta hasta llegar al ‘Camino de la Umbría’.
SENDA DEL ENGUINYERSSENDA DELS ENGUINYERS
Ahora ya la vereda pedregosa se convierte en un fácil pista descendente que, en un kilómetros y medio después, me lleva a las ‘Casas del Guarda Forestal’, su zona recreativa y al automóvil.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente recomendable. Han sido algo más de 10 kilómetros, con un desnivel de unos 300 metros (+/-), en un día espléndido, aunque fresco y todavía ventoso.
A las afueras de la población de Biar, en la partida de El Figueral, en un claro de la pista que sube a la Sierra del Fraile, aparco el auto y aquí da comienzo mi caminata en solitario por esta serranía.
Una mañana de lunes, entre nubes y claros, bastante gélida (para que lo diga yo, ya ha tenido que ser fría) y un viento helado con fortísimas rachas que ha supuesto la máxima complicación en esta sencilla caminata.
La ruta se inicia ascendiendo, por pista (PR-CV 155), hasta el llamado Balcón o Mirador de Biar.
En un momento de la travesía se abandona la pista para tomar una vereda, a mano derecha, que me llevará en progresiva subida, por entre pinos y carrascas, hasta el ‘Alt de les Voltes’.
Llego ahora a un enorme claro, un gran cruce de caminos, en el que hay dos pistas y una senda.
Tomo la senda que, nuevamente en ascenso, me acercará hasta el ‘Altet de les Foyetes’, desde donde hay una panorámica espectacular del pueblo de Biar y de las montañas que lo rodean.
La vereda continúa en ascenso y me lleva al ‘Alto Redondo’ y al ‘Contador’, dos puntos muy interesantes por las maravillosas vistas.
En esta parte de la sierra se presentan a la vista las sierras de ‘La Argueña’, ‘Peñarrubia’, ‘Cabrera’ y ‘La Umbría’, entre otras.
Me dirijo por esta misma senda en dirección noroeste, que sigue siendo la PR-CV 155, hasta llegar al vértice de esta montaña.
Entre algún descenso y varios ascenso, llego al punto geodésico, el llamado ‘Sierra del Fraile’, con 1044 metros sobre el nivel del mar (msnm).
Si durante el recorrido el viento era fuerte, aquí ya se hace extremadamente desagradable, no sólo por su intensidad sino también por lo frío y la baja sensación térmica.
Comienzo el regreso.
En un principio tenía pensado hacerlo rodeando la sierra, por la parte de la umbría, un recorrido total de unos 10 kilómetros, pero teniendo en cuenta el ventarrón y un par de pasos algo delicados que hay en ese itinerario, opto por volver por el mismo camino de la ida, aunque con alguna variante.
Deshago mis pasos, en suave descenso, hasta llegar a una primera bifurcación.
Tomo la senda de la izquierda, ‘cresteando’ unos 400 metros en dirección al ‘Pico del Fraile’, tan sólo por curiosidad, por ver cómo es el camino.
Vuelvo al cruce y cojo el otro sendero, ahora es también el de la izquierda, una bajada importante (antes fue un gran ascenso) que me llevará hasta la segunda ramificación.
Ahora elijo la variante que desciende de manera algo brutal por el ‘Barranc de Santonja’, que es también un tramo de la PR-CV 155 (esta PR, en esta sierra, tiene muchas opciones).
A este descenso se le añade como dificultad el que está lleno de piedra suelta y hay que llevar máximo cuidado para no resbalar.
Llego al ‘Racó de Santonja’ y al ‘Corral del Fraile’, una construcción ahora en ruinas y de la que quedan algunos muros bastante deteriorados.
Siguiendo la PR, 700 metros después, llego al ‘Balcón de Biar’ y, en una última y suave bajada, al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Sin duda, totalmente recomendable. Ha sido una hermosa caminata de 8 kilómetros, con un desnivel de 330 metros y en una mañana bastante inestable y fría.
Según cuentan, el frío en condiciones vendrá a partir de la próxima semana. Esperemos que así sea, ya que si tarda mucho más (o no llega) los almendros ya están a punto de florecer. Así que, para este jueves de invierno primaveral, Reme, Jesús y yo, nos hemos dirigido por la carretera CV-800 a la sierra de la Carrasqueta para efectuar la caminata de este día.
Hemos comenzado aparcando el auto en un claro del km 29’5, cerca del Mas de Sant Ignasi y la carretera.
Siguiendo una vereda en dirección norte, paralela a la pista asfaltada, llegamos hasta el km 30’200, cruzamos la calzada, en dirección oeste, y encontramos en nuestro camino un gran aljibe que, desde luego, llama poderosamente nuestra atención.
ALJIBE
Seguidamente, tomamos una de las pistas que asciende a la sierra y, a muy pocos metros del depósito, escondidos entre la vegetación, tenemos los restos de un horno de cal y otro de los pozos de nieve de la zona (ambos en ruinas), el llamado Pozo de Nieve del Mas de la Castellana.
HORNO DE CALPOZO DE NIEVE DEL MAS DE LA CASTELLANA
Continuamos la pista hacia arriba, ahora recibe el nombre de Camino Real de Alcoy.
Al final del mismo, en un cruce, tomamos la senda de la izquierda para llegar, a unos 100 metros, a un gran y elaborado hito (mojón) que sirve como señal de la confluencia de los municipios de Alcoy, Ibi y Jijona.
HITO, ALCOY-IBI-JIJONA
Unas cuantas ‘foticos’ con este pedazo de mojón y… seguimos nuestro itinerario.
El camino, en dirección suroeste, nos lleva hasta el vértice de esta sierra.
VÉRTICE CARRASQUETA 1203 MSNM
Aquí, en el punto geodésico de la serranía, Carrasqueta (1203 msnm) hacemos una pausa algo más larga para beber, tomar fruta y sacar las ya clásicas fotos en lo alto.
Las panorámicas, en este lugar, son realmente espectaculares.
Continúa nuestra caminata, ahora en suave descenso, hasta llegar al Refugio dels Esbarzerets (en valenciano, zarzas)
REFUGIO ESBARZERETS
Seguimos, primero por pista, después por senda, para dejar atrás la sierra de la Carrasqueta y comenzar nuestro camino por la umbría de la sierra del Cuartel.
CAMINO UMBRÍA DE CUARTEL
2 kilómetros después, con un par de descensos algo brutales, pasamos, por una estrecha vereda, a la cara sur de este macizo, a la altura de la Peña Pina.
Una vez en la pista, llamada ‘camino de Vivens’, comienza realmente el regreso al coche; aunque aún nos quedan algo menos de seis kilómetros para ello.
BREZO (ERICA MULTIFLORA)CAMINO DE VIVENS
Esta gran pista, entre suaves ascensos y descensos, nos lleva, por hermosas arboledas de pinos, donde florecen los brezos (Erica multiflora), el romero (Salvia rosmarinus) y el tomillo (Thymus vulgaris), entre otras plantas, nos lleva hasta el barranco del Trisinal desde donde podemos contemplar la sierra de la Librería y el Alto de la Martina.
BARRANCO DEL TRISINAL
Llegamos, en primer lugar, al Mas de Don Francisco y su pozo; una construcción, de momento paralizada, de corte moderno aprovechando los muros de la antigua casa.
POZOMAS DE DON FRANCISCO
Seguimos en la pista y, antes de llegar a la segunda de las masías de la zona, nos desviamos a mano izquierda, en ascenso algo ‘tocahuevos’, hasta llegar a otra de las cavas de la sierra, el Pou de Neu del Carrascó.
Una construcción, de acceso complicado, que todavía conserva gran parte de los muros que rodean su foso.
POU DE NEU DEL CARRASCÓ
Dejamos este pozo, descendemos de manera algo complicada y llegamos hasta la Casa de Miralles, otra de las masías de esta pista, algo destartalada.
CASA DE MIRALLES
A nuestro paso, el cruce con la senda que sube directamente al refugio de Esbarzerets, el Mas de Brossa (próximo a la pista) y el Mas de Sant Ignasi.
Esta última casona tuvo que tener una gran importancia en el pasado, la edificación es muy grande y sólida, además tiene un pozo, un aljibe, la casa del ‘nevater’ y otra de las cavas de la zona, el Pou de Neu del Carrascó de d’Alt.
MAS DE SANT IGNASIALJIBEPOZO
Después de este último encuentro, dentro de los puntos de interés en nuestro itinerario, nos dirigimos hasta el auto, que queda a escasos metros, y regresamos a Alicante.
CASA DEL NEVATERPOU DE NEU DEL CARRASCÓ DE D’ALT
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente, por supuesto. Han sido algo más de 12 kilómetros, con un desnivel de unos 350 metros, un montón de puntos de interés, una jornada muy agradable y una compañía espectacular.
Para este lunes de enero, entre nubes y claros, temperatura inferior a 10º y con viento del noroeste, con rachas de más de 20 km/h, la ruta elegida ha sido la que, comenzando en el Port de Confrides, me ha llevado, por pista, hasta el Recingle Alt y su vértice geodésico, en plena Sierra de Serrella.
Llego, por la autovía A7, hasta Alcoy, y aquí tomo la CV-70 que me conduce a Penella, Benilloba, Benasau, Ares del Bosque y al puerto de montaña de Confrides, donde aparco el auto en un pequeño claro.
Comienzo mi recorrido en la pista forestal que hay frente a la zona donde dejé el vehículo y que está señalizada como ‘camino al depósito de agua contra incendios’, también llamado ‘Camí de Serrella’.
La ruta de hoy no tiene mayor complicación, es una caminata de cinco kilómetros en ascenso, por pista, con una dificultad media o moderada, una llegada al punto más alto (1359 msnm) y un descenso de otros 5 kilómetros por la misma pista de la subida.
Hasta la llegada al depósito contra incendios, paso por la zona llamada ‘El Pinar’, por el ‘Cauet de la Rabosa’ y el cruce de caminos ‘Benasau-Quatretondeta’.
Al pasar por el Coll de la Caseta del Retor, donde se encuentra el depósito, las nubes están tan bajas que una espesa niebla cubre el recorrido y a mi paso me llevo encima toda el agua de las mismas.
La pista sigue en ascenso, una subida suave que se torna algo complicada cuando se tienen las fuertes rachas de viento de cara.
Ahora llego a la zona del ‘Bancal del Clot’ donde un hermoso bosque de pinos le da al itinerario un toque especial; la llegada al punto más elevado está ya muy próxima.
En estas alturas, y también gracias al fuerte viento, las nubes circulan a gran velocidad y se abren grandes claros que muestran, por fin, el cielo azul y los rayos de sol.
Una última subida, por una senda muy bien señalizada, me acerca al macizo rocoso donde se encuentra la caseta del guarda forestal y el vértice geodésico, Serrella, con sus 1359 msnm.
Desde este punto las vistas son realmente acojonantes, prácticamente todas las sierras importantes de la provincia de Alicante están a mis pies. También es de extrema gravedad el fortísimo viento que hace en esta atalaya; debo llevar un cuidado extremo para evitar que me arrastre hacia el vacío de sus precipicios.
Me refugio unos minutos en una de las paredes de la caseta del guarda para, muy brevemente, beber un poco de agua.
Comienzo ahora el retorno al punto de salida.
De nuevo paso por el ‘Bancal del Clot’.
Ahora que la niebla se ha esfumado, se pueden observar con más claridad los paisajes de los alrededores.
El paso por el depósito de agua contra incendios en el Coll de la Caseta del Retor.
La bajada por la pista es mucho más cómoda, teniendo en cuenta que el viento ahora lo llevo a favor. Tampoco debo confiarme demasiado… que algunas ráfagas son tan fuertes que pueden arrastrarme.
Llego al cruce con el camino de Benasau-Quatretondeta.
Dos kilómetros después, en suave descenso, llego a la carretera CV-70 y al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente recomendable. No es una ruta para nada complicada pero sí con unas panorámicas absolutamente espectaculares. Han sido 10 kilómetros, con un desnivel de 460 metros, hechos en un tiempo más que aceptable y en un día con muchos contrastes.
Después de estar secuestrado en mi casa durante cinco días por un constipado de nivel 5, hoy, que por fin he despertado sin fiebre y con síntomas leves, he preparado mi mochila y me he largado a la sierra para efectuar la primera salida del 2023.
Tenía unas ganas locas, aunque he tenido que ser prudente y no hacer una caminata demasiado dura.
Me he dirigido a la carretera CV-837, la que va desde Petrer a Castalla, y la altura del Pla del Pí, por donde pasa también la PR-CV 85, he aparcado el auto y he comenzado esta corta y sencilla ruta.
A los 300 metros, en ascenso, por asfalto, llego al Collado del Portell (1097 msnm), en la base de la elevada mole rocosa que compone El Despenyador.
Desde aquí, por senda pedregosa y más o menos ascendente, circulo por otra Pr, PR-CV 141, que me conduce directamente hasta el vértice geodésico de esta serranía, ‘Despenyador’ con sus 1261 msnm.
En este punto, hago un alto en mi itinerario para beber, comer una fruta y relajar el espíritu con las maravillosas panorámicas de los alrededores.
Muchas de las sierras de la provincia se encuentran a mis pies…
Sierra del Carrascalet, el Maigmó, la Penya Migjorn, Cabeçó d’Or, Puig Campana, Aitana, Serras d’Onil, del Reconco, de Biar, de la Font Roja, de Castalla, del Cid, etc…
En este momento, después de un tranquilo descanso, comienzo el retorno al punto de inicio… pero lo realizo por la cara noroeste de esta sierra (la sierra del Flare).
Continúo por pista muy pedregosa, ahora en descenso, por momentos sencillo, en otros complicado.
Llego a una bifurcación. Por la izquierda seguiría por la PR-CV 141 en dirección a les Penyes del Soldat y tomando la pista de tierra de la derecha (que es la que elijo) me lleva, en descenso, hasta la carretera CV-837.
Antes paso por unas enormes formaciones rocosas, desde las que (intuyo) se practica escalada, también me topo con un pozo, al borde del camino, y más adelante, ya muy cerca del asfalto, con unas ruinas de una antigua construcción (vivienda o corral).
Un kilómetro después, asciendo por carretera, llego al Pla del Pí y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Claro que sí, muy aconsejable. Ha sido una caminata de cerca de 8 kilómetros, con un desnivel de 350 metros que me he tomado con muchísima calma; después de los días pasados en cama, he comenzado a caminar como pollo sin cabeza y pato mareado pero… des-pa-ci-to, poquito a poquito, he logrado hacerme con esta ruta.
El 2022 se escapa, como el agua entre los dedos, y es la ocasión perfecta para repasar y hacer balance de las cosas que han sucedido durante este periplo.
365 días llenos de situaciones y experiencias de todo tipo. Momentos extraordinarios, especialmente buenos, compartidos o solitarios, de tranquilidad o desasosiego, inquietantes, tóxicos o execrables.
Todos, absolutamente todos, ya ahora, quedan archivados en la gran sala del pasado.
Lo negativo duerme automáticamente y queda semi oculto, entre sombras, muy al fondo de nuestra evocación.
Lo positivo permanece en el primer plano de la memoria, siempre listo para que su recuerdo traiga a nosotros una sonrisa, una risa y un sentimiento de felicidad.
Concretando en el tema que ocupa esta web, ha sido un año bastante productivo:
Aproximadamente unas 114 salidas, entre senderos, sierras, montañas o caminatas urbanas.
Màs de 1.110 kilómetros andados.
Dos países y cuatro comunidades autónomas visitadas.
A todas esas personas, amigos y conocidos, que han compartido caminatas y senderos, a los que están y a los que han pasado por mi vida, les quiero agradecer el hecho de compartir la experiencia y el amor a la naturaleza conmigo.
Nos viene ahora el 2023. Un lienzo en blanco que deseo pintar con grandes aventuras. Un nuevo año en el que tengo puestas muchas ilusiones y proyectos.
Es muy posible que ésta sea la última caminata del 2022.
Para este día he elegido, por asuntos personales, una caminata algo más corta de lo habitual.
Jesús y yo (hoy no nos han acompañado Pedro y Reme), nos hemos dirigido hasta la población de Ibi, desde la que hemos comenzado nuestra ruta por la cara sur del Parque Natural del Carrascal de la Font Roja, Sierra del Menejador.
Comenzamos ascendiendo de manera brutal por la senda rocosa que circula en paralelo al Barranc dels Cirers (PR-CV26)y el Barranc de les Rabosses.
Durante el primer kilómetro y medio la subida es poderosa y las vistas de la Foia de Castalla son realmente acojonantes, después continúa algo más suave y entre pinos, lo que la hace muy agradable.
Esta senda nos va a llevar directos al Mas de Foiaderetes, una antigua masía que se encuentra en un cruce de caminos muy frecuentado por todo tipo de caminantes y deportistas.
Aquí hacemos una pequeña pausa para beber y comer alguna fruta.
Seguimos, desde este punto, en dirección norte, por la PR-CV26, la que nos llevaría hasta el Mas de Tetuán, a la cima del Menejador o al Santuario de la Font Roja.
Pero, a unos 300 metros y a mano izquierda, salimos de esta pista para incorporarnos a una vereda/trocha que nos conducirá en descenso, por entre torrenteras y quebradas, al Barranc de la Camarera.
Este itinerario nos acerca hasta una pista forestal que circula entre el Morret del Barber y el Cabeç de la Camarera.
Encontramos ahora, a nuestro paso, algunos campos de cultivo, principalmente de olivos.
Pasamos cerca del Mas de Santa María y el barranco homónimo para acceder a la vía pecuaria (PR-CV127) y entrar de lleno al Barranco de los Molinos.
Llegamos al Molí de Petuta, a la Zona Recreativa del barranco y al Racó d’Almarra.
La senda nos lleva a las paredes llamadas ‘La Trompa de l’Elefant’ y a la fuente con su mismo nombre.
También se presentan ante nosotros los molinos de La Peña, de La Tía Roseta y de La Llapisera.
En este suave y agradable descenso del barranco, llegamos a la carretera CV-801.
Algo de asfalto y a un kilómetro (+/-) se encuentra nuestro auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Alguien lo puede dudar? Han sido unos 10 kilómetros, con un desnivel de unos 330 metros, en una mañana luminosa y muy agradable, tanto por la temperatura como por la compañía.
Último lunes del mes y del 2022, comienza la cuenta atrás para dar fin a este año. Un día, hoy, bastante luminoso, con algunas nubes y, según avanzaba la mañana, con una temperatura más de una primavera que de un invierno.
Para esta jornada, de caminata en solitario, he optado por una ruta de las emblemáticas de la provincia, la subida al Montcabrer desde las Casetes de Vilaplana.
Desde el grupo de viviendas de Vilaplana, donde he aparcado el coche, he comenzado este recorrido.
La ida y la vuelta se realiza prácticamente por mismo sitio, y todo ello es un tramo de la GR7, que discurre entre los términos de Alcoy y Cocentaina.
Un estrecha senda en ascenso, para comenzar y llegar al Collado d’en Sabata.
En el collado se encuentra un cruce de caminos; por la derecha al refugio de Folletes, al frente, derecha, al Pla de les Codolles y Penyes Monteses, al frente por la izquierda, al Barranc del Carrascalet y las distintas fuentes a su paso y la senda de la izquierda que lleva al Mas dels Capellans.
Tomo la senda del frente/derecha, la que lleva por el Pla de les Codolles a las Penyes Monteses.
Sigo en ascenso y se cruzan conmigo, en ambos sentidos, varios senderistas y runners; algo que me hace suponer que la cumbre debe estar a tope de gente.
Ya desde las Penyes Monteses se divisa el macizo rocoso del Montcabrer.
Un último esfuerzo hasta llegar al vértice geodésico (1390 msnm).
Me ha sorprendido no encontrarme demasiada aglomeración de gente; algo que agradezco, sinceramente.
Es habitual por estas fechas que se coloque algún Nacimiento junto a la cumbre, en esta ocasión hay tres portales, uno con la Sagrada Familia, un segundo con los Reyes de Oriente y el tercero con pastores y diferentes personajes… Todo un espectáculo en las alturas!!!
Las vistas desde esta hermosa atalaya son realmente imponentes.
Los embalses de Bellús y de Beniarrés, en los valles de Albaida (Valencia) y de Planes, muchas de las sierras del sur valenciano y gran parte de las poblaciones alicantinas de El Comtat, así como de L’Alcoiá, la Sierra del Menejador, la de la Almudaina, la Serrella y la propia Sierra de Mariola, que es donde se encuentra esta cima.
Ni que decir tiene que este lugar es uno de mis rincones favoritos.
Un rato de reposo y contemplación, unas cuantas fotillos (algo muy habitual en los vértices geodésicos) y comienzo el regreso.
Como ya he comentado, la ida y la vuelta se hace por las mismas pistas, caminos y sendas; lo que ha sido una subida, entre suave y brutal, se convierte ahora en descenso entre sencillo y ‘tocahuevos’.
A la llegada al cruce de caminos (Coll d’en Sabata) tomo la opción de la vereda que conduce al Mas dels Capellans.
Esta senda, entre vereda y trocha, conduce a una pista que pasa por el Mas en cuestión y continúa de forma cómoda hasta las Casetes de Vilaplana y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Sí, sin ninguna duda. Han sido unos 10 kilómetros, con un desnivel de 535 metros, en un día bastante extraño de calor y, al ser festivo en muchas poblaciones, algo más concurrido de lo normal.
Para darle la bienvenida al invierno, en este miércoles de diciembre, hemos elegido una caminata por la cara norte de la Sierra de Mariola, concretamente desde la población de Agres.
Desde este municipio hemos comenzado nuestra ruta, callejeando por el pueblo y disfrutando de sus fuentes y sus rincones.
FONT D’ENMIGESGLESIA DE SANT MIQUEL
Hemos dejado el auto cerca de la entrada de la pensión restaurante Mariola, en el carrer Sant Antoni, ya que, al terminar el recorrido, comeremos allí.
FONT DEL RAVAL (foto de una vecina)
Tomamos la subida por el carrer Major. llegamos a la Font d’Enmig y a la plaça d’Espanya, donde se encuentra el Ajuntament y l’Esglesia de Sant Miquel Arcángel.
Seguimos en ascenso por el carrer de l’Esglesia, el carrer Sant Caietá y el carrer Sants de la Pedra para llegar hasta la Font del Raval.
Ahora por el carrer de la Purísima llegamos al carrer del Convent y nos encaminamos hasta el Santuari de la Mare de Déu d’Agres.
SANTUARI DE LA MARE DE DÉU D’AGRES
Aquí tenemos otra de las fuentes de nuestro recorrido, la Font del Covent.
FONT DEL CONVENTSANTUARI (foto hecha por un ‘runner’)FONT
Hay otra pequeña fuente, muy cerca del la Cova del Convent.
En este punto, descendemos por las estrecha calles de Agres, para llegar ahora, por el carrer Verge d’Agost, a la Fonteta, un pequeño surtidor de agua en una zona abalconada con vistas al Barranc del Molí.
LA FONTETAVISTA DEL SANTUARI
Continuamos, en dirección al Camí de la Mola, y nos encontramos con el Llavador del pueblo, la Font de l’Assut y la Font del Molí.
FONT DE L’ASSUT (foto hecha por una muchacha)EL LLAVADOREL LLAVADORFONT DEL MOLÍCAMÍ DE LA MOLA
Ahora, ya sí, dejamos Agres a nuestras espaldas y caminamos, unos dos kilómetros, por pista (Camí de la Mola) para hacer una visita al Yacimiento de la Edad del Bronce de la Mola.
LA MOLA D’AGRES
Este asentamiento, que comenzó el la Edad del Cobre, tuvo su máximo esplendor y crecimiento en la Edad del Bronce, y los estudios y trabajos arqueológicos en esta zona dieron sus frutos con el hallazgo de diferentes piezas, utensilios, cerámicas, etc…
Después de esta visita, volvemos a la pista para tomar una senda que nos acerca a la Font de l’Alficosset.
CAMÍ DE LA FONT DE L’ALFICOSSET
Llegamos a esta magnífica fuente, con su balsa, al pie de unas enormes peñas, en la cara norte de la Sierra de Mariola.
BASSA DE L’ALFICOSSETFoto hecha por un amable senderistaFONT DE L’ALFICOSSET
Retrocedemos para regresar a la pista de nuevo. Ahora nos dirigimos, en importante descenso, hacia otra de las fuentes, la del Arriero, por la zona llamada de El Secanet.
Con esta diminuta fuente termina el recorrido por los campos de Agres.
FONT DE L’ARRIERO
Comenzamos el retorno al pueblo, este tramo es algo duro por tener que caminar, en ascenso a veces ‘tocahuevos’, sobre pista de cemento.
CAMINO DE REGRESO A AGRES
La entrada a Agres la realizamos por el carrer del Llavadoret, unas cuantas fotos en este pequeño lavadero, seguimos por el carrer del Mig, donde nos encontramos la última fuente de nuestra ruta, la Font de Barxeta (aunque hay alguna más por el pueblo).
Seguimos ahora hasta la pensión restaurante Mariola para comer y, al finalizar, tomar el auto y regresar a Alicante.
LLAVADORET D’AGRES
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente sí. Han sido unos 10 kilómetros, con un desnivel de 375 metro, un recorrido lleno de abundantes puntos de interés y una compañía de máximo lujo.
El poblado de la Mola es un yacimiento arqueológico que se encuentra localizado al este de la población de Agres, en la ladera norte de la sierra de Mariola.
El asentamiento se ubica a 791 msnm y se conoce desde principios del siglo xx gracias a los trabajos de diferentes autores asociados al Museu Arqueològic d’Alcoi y al Servei d’Investigació Prehistòrica.
Las excavaciones se iniciaron en 1978 y a partir de 1995 se procedió a realizar las excavaciones en mayor profundidad. Estos trabajos nos han permitido conocer que la Mola d’Agres se ocupó desde la Edad del Cobre hasta la actualidad, con algunos periodos de abandono.
El paisaje que rodeaba este poblado en época prehistórica, estaría dominado por un carrascal, donde vivirían las especies de fauna silvestre como los ciervos y corzos, de las cuales se han hallado restos en el yacimiento. Este tipo de fauna tenía menos importancia que la doméstica compuesta fundamentalmente por ovejas, cabras, bueyes y cerdos.
En la Edad del Bronce, se amplía el área del poblado. Las excavaciones de esta fase permiten conocer las estructuras del hábitat, con una cronología entre el 1800 a. e. c. y el 750 a. e. c., en las que se aprecian agujeros para los postes que sustentaban las techumbres. También se han documentado gran cantidad de restos materiales: cerámica, sílex, piedra pulida, hueso, marfil, bronce, etc… Las actividades principales en la Edad del Bronce tendrían un carácter agropecuario (agricultura de secano y ganadería). En cuanto al mundo funerario, se han localizado varias inhumaciones, entre las que podemos destacar la que corresponde a un individuo varón, joven, que fue enterrado con un ajuar compuesto entre otros elementos por un puñal de bronce.
La Mola se volvió a habitar durante el período del Bronce Final a la Primera Edad del Hierro. De este periodo se han encontrado cerámicas decoradas, una fíbula de codo de bronce y un peine y un mango de marfil.
El ocaso de la Mola d’Agres coincide con la llegada de los fenicios.
Después, no vuelve a ocuparse hasta época medieval (período andalusí, siglo XI).
La ruta elegida para este lunes de diciembre ha sido una caminata de las más conocidas e indispensables de la provincia de Alicante, un recorrido, de los muchos que tiene, por el Parque Natural del Carrascal de la Font Roja.
Dejo aparcado el coche en el parking, junto al santuario, y comienzo mi recorrido pasando por la amplia zona recreativa que tiene este hermoso paraje.
Tomo la pista (GR7) que me lleva a la Cova Gelada y, poco después, a la explanada donde se encuentran la Carbonera, el Horno de Cal y el Mirador de la Mina.
Continúo, en suave ascenso, por esta pista que recorre la sierra, de noreste a suroeste, por su vertiente norte.
Llego ahora hasta otro de sus miradores, el llamado ‘de Pilatos’, algo más elevado que el anterior (1186 msnm), y desde el que se puede observar toda la Foia d’Alcoi, así como la Sierra de Mariola, entre otros puntos de interés.
Sigo por la GR7 y llego hasta el Mas de Tetuán y su Tejo Centenario.
El Mas de Tetuán es una masía del siglo XIX que constituye un excepcional ejemplo de la economía rural autosuficiente, habida cuenta que dispone de granja, establos, almazara, horno e incluso una ermita. Sin embargo, el deterioro de esta construcción en los últimos años ha sido galopante, dado que se han registrado diversos hundimientos tanto del tejado como de las plantas interiores, lo que amenaza con enviar al suelo toda la estructura. A día de hoy aún sigue pendiente de un urgente proceso de rehabilitación.
Dejo este paraje y, ahora, sigo mi ascenso por una estrecha senda que me lleva hasta el punto más elevado del recorrido de hoy.
Me encuentro a 1340 msnm en la llamada Teixereta, señalizada por un montón de rocas, una gran cruz, una veleta, un buzón y, en uno de sus huecos, un pequeño belén (vamos, que no le falta de ná!!!)
Ésta elevación junto al Menejador y su vértice (1358 msnm) son los dos picos más altos de esta sierra.
Ahora toca descender, también por vereda, para enlazar con la pista que sube hasta el Menejador (cima que hoy no visitaré; queda pendiente para otro momento).
La pista la tomo en sentido descendente, para regresar al punto de partida. Antes me encuentro con la Cava del Menejador, uno de los muchos pozos de nieve de esta sierra.
La pista me vuelve a dejar junto al Mas de Tetuán y, en este punto, sólo me queda tomar de nuevo la pista, la GR 7, en sentido descendente.
Después de 3 sencillos kilómetros de bajada, vuelvo a la zona recreativa de la Font Roja, a los alrededores del santuario y al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: De todas, todas. Es una ruta que se puede hacer en cualquier estación del año, aunque la mejor, para disfrutar de la explosión de color, es el otoño. Yo tendría que haber hecho este recorrido hace unos 15/20 días pero… he llegado tarde; the winter is coming!!! Han sido unos 8’5 kilómetros (+/-) con un desnivel de unos 350 metros, en una mañana fresca y muy agradable.
Para este jueves de diciembre, Pedro, Reme, Jesús y yo, hemos realizado una caminata por una zona totalmente desconocida para nosotros.
Nos hemos dirigido al norte de la población de Crevillente y, por la carretera que pasa por El Forat de l’Estret, a la altura de Els Pontets hemos dejado el coche y hemos comenzado nuestra caminata.
Caminamos por esta pista, en paralelo a la Rambla del Castelar, y a unos 500 metros tomamos una pequeña vereda, a mano izquierda, que nos lleva, en ascenso, a la zona de La Calera.
Esta senda nos acerca, en un primer tramo, hasta un terreno con una casa (semi cueva) decorada de manera bastante curiosa (yo me atrevería a decir que naif)
Continuamos por esa vereda hasta llegar a un pequeño desvío, a la izquierda, una zona en la que podemos, aparte de contemplar las hermosas vistas, encontrar unas cuantas chozas con la técnica de la piedra seca.
La primera, de la que sólo podemos observar su redondo hueco de entrada, está cubierta por las ramas y raíces de un gran algarrobo, la siguiente, mucho más grande, visible y despejada, da paso a una zona de bajos muros, junto a una gran pared en la montaña, a modo de corrales para la guarda del ganado.
Sobre esta choza, en una vereda que continúa hacia el oeste, se encuentran otras dos chozas, una pegada a la otra.
Después de visitar estas construcciones, volvemos sobre nuestros pasos y nos incorporamos a la primera senda, ahora ascendiendo en dirección norte.
Al llegar a lo alto, aún tenemos los restos de otra choza, a ésta le falta la parte superior, el techo.
El camino nos conduce, ahora de bajada, a una pista que discurre en paralelo al Barranco de la Cata.
En un punto del recorrido seguimos las señales y bajamos hasta el mismo barranco.
En esta depresión podemos admirar las fantásticas formaciones que se reflejan en las rocas.
Caminamos por entre el cauce del barranco y la senda paralela, hasta llegar, con alguna pequeña trepada que otra, hasta el Pouet de la Mel.
Nos encontramos con este pequeño pozo de agua, de unos cuatros metros de profundidad, en el que aflora el líquido elemento que fluye por el subsuelo del barranco.
Dejamos esta rambla para, en ascenso, llegar a la pista (PR-CV 108) que nos conducirá al cruce, el que nos condujo al barranco y al Pouet.
Ahora, por la izquierda, accedemos a nuevas pistas, distintas PR’S, que nos llevan hasta el Yacimiento de la Penya Negra.
Dejamos otra choza, a mano derecha, y nos encontramos ahora con la pista de la Rambla del Castelar.
Nos adentramos por la cantera, donde los minerales tienen unas hermosas y curiosas formaciones.
Dejamos esta cantera, que ya se encuentra dentro del llamado ‘Yacimiento de la Penya Negra’ y seguimos por pista hasta llegar a las primeras muestras de las construcciones de la ciudad protohistórica de Herna.
Entre las moles de El Castelar y la Penya Negra se sitúa la ciudad fenicia de Herna, ocupada durante la protohistoria desde un momento avanzado del Bronce Final, entre los siglos IX y VIII a.C., hasta la Primera Edad del Hierro, o período orientalizante, situándose su momento final hacia mediados o el tercer cuarto del siglo VI a.C.
De la época íbera también se han encontrado muestras de su ocupación y posteriormente de la época romana.
Junto a La Fonteta y el Cabezo pequeño del Estaño, en Guardamar, y Los Saladares de Orihuela, Herna es la siguiente ciudad de la Ruta de los Fenicios de la provincia de Alicante.
Yo sigo el camino del inicio, y Pedro, Reme y Jesús toman un desvío, que les lleva también al auto pero por una senda distinta.
Al final nos encontramos en Els Pontets, junto al vehículo.
Regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Vamos, por supuesto!!! Ha sido una caminata que, según la ruta en Wikiloc, ha tenido casi 9 kilómetros (a nosotros nos han parecido más de 10) y con un desnivel que no ha pasado de 400 (también aquí nos hace dudar). Lo que sí que hay que reconocer es que ha sido una ruta muy entretenida, muy curiosa, muy bonita y con el regalo del descubrimiento de la ciudad Herna. la guinda del pastel.
Una caminata más para este lunes de diciembre. En esta ocasión, como la anterior, ha sido por una zona cercana a la ciudad; una salida corta y sencilla.
Me he dirigido hasta el parking del Club de Golf El Plantío, en el km 2’5 de la Vía Parque Alicante-Elche, donde he dejado el auto para iniciar un recorrido por la Sierra de Colmenares.
He iniciado mi ruta por la senda que recorre, por la umbría y en dirección noreste, la base de esta sierra hasta llegar al barranco de Agua Amarga.
Llegado a esta zona, comienza el ascenso por senda hasta la parte alta de la serranía.
Para nada es una subida complicada aunque hay un punto que precisa de una pequeña trepada, sin ninguna dificultad.
Se accede a la pista que conduce a los diferentes miradores que pueblan esta montaña.
El primero que encuentro a mi paso es el llamado ‘Dels Reiets’ y desde se contempla la ciudad de Alicante.
MIRADOR DELS REIETS
Sigo en ascenso y paso por delante de un depósito de agua, continúo la senda, llego a una primera bifurcación, tomo el ramal de la derecha…
Y este me conduce al siguiente mirador, el de ‘Fontcalent’.
MIRADOR DE FONTCALENT
Recibe este nombre por tener como vista principal la Sierra de Fontcalent, ésta es una alineación montañosa situada al oeste de la ciudad de Alicante. Su anchura es de un kilómetro y su longitud de tres. Tiene una altura de 446 metros, por lo que es la mayor altitud del municipio. En la sierra y en su entorno se encuentran diversas cuevas, como la de las Palomas, la de los Escondidos, la del Ocre o la del Humo, esta última con restos de ocupación de hasta tres mil años antes de Cristo.
Debe su nombre a un manantial de agua caliente que brota en una de sus fincas.
Vuelvo a la pista que me ha llevado al segundo mirador y deshago mis pasos hasta llegar al cruce.
Ahora tomo la senda de la derecha y, a unos 300 metros, llego al siguiente mirador, el de ‘Ciudad de la Luz’.
MIRADOR CIUDAD DE LA LUZ
La Ciudad de la Luz y la Ciudad del Cine, es un gran centro audiovisual de ocio, de 320 000 metros cuadrados, dedicado al mundo cinematográfico.
Este macro proyecto, ya desde sus inicios, ha tenido multitud de problemas a muchos niveles, estando en desuso las instalaciones cinematográficas debido a las prohibiciones y los obstáculos legales, administrativos, etc… calificándola como un auténtico despilfarro de dinero público.
Vuelvo a la pista que me ha llevado hasta este mirador, continúo ahora en dirección sur descendiendo, paso por una serie de campos de cultivo abandonados y accedo a otra de las pista de la zona (el camino de Colmenares).
Dentro del camino de Colmenares accedo a otra pista que asciende hasta llegar al cuarto de los miradores, el de ‘El Bacarot’.
MIRADOR EL BACAROT
Las teorías sobre el nombre de esta pequeña pedanía alicantina se remontan a sus orígenes íberos (Bagarot, que significa ‘lugar repleto de cereales para la criba’) o bien al árabe (Bakura, que se traduce como ‘fruta temprana’).
Sigo esa misma pista, hacia el oeste, y, entre algún ascenso y algún otro descenso, llego a los otros dos miradores de esta serranía, el de ‘Agua Amarga’ y el ‘Ilicitano’.
MIRADOR AGUA AMARGA
Desde el mirador de ‘Agua Amarga’ se puede contemplar el mar, la zona residencial de Urbanova y el polígono industrial y el saladar de Agua Amarga que son los puntos más meridionales del término municipal de Alicante.
Retrocedo en la misma pista para visitar el último de los miradores, éste es el único que se encuentra en el término municipal de Elche, el llamado ‘Ilicitano’ (por qué sera?, jejeje)
MIRADOR ILICITANO
Desde aquí se vislumbran, en el horizonte y en días despejados, las primeras construcciones de esta ciudad, así como el aeropuerto y algunas de sus pedanías, Torrellano, El Altet, etc…
Lo que hago en estos momentos es volver sobre mis pasos y retomar las mismas pistas que me llevaron hasta estos últimos tres miradores.
Regreso al punto inicial, el parking del Club de Golf, pasando nuevamente por el mirador de ‘El Bacarot’, por la pista que me llevó a él, por el camino de Colmenares y llegando al coche.
Regreso a casa.
Valoración: 2**
Recomendable: Vamos a ver, una cosa… No ha sido una gran ruta pero, como siempre digo, es recomendable, por supuesto. Antes que quedarse en casa, tumbado en el sofá, viendo tele… esto es súper recomendable. Han sido casi 8’5 kilómetros, con un desnivel de 175 metros, hechos con muuuchísima tranquilidad, sin ninguna prisa y disfrutando de la mañana.
Hoy, viernes, no me he querido calentar la cabeza; una caminata en solitario y sencilla.
Me he dirigido, como tantas otras veces, a las proximidades de ‘Les Casetes de Meleja’, en plena Sierra de Santa Pola, al norte de la población homónima, para realizar un recorrido por algunos de los muchos caminos que por ella se pueden efectuar.
Dejo el auto, aparcado junto al depósito de agua, y comienzo mi andadura por el llamado camino del faro, PR-CV 61, hasta el primer desvío, a mano izquierda, que me lleva a la Casa de la Pinada, por el camino que lleva el mismo nombre.
Llego hasta las ruinas de esta masía, una de las tantas que habían en esta sierra, dedicada a la explotación agrícola y ganadera. Hasta la mitad de siglo XX se utilizó como refugio de ovejas en los meses invernales, después el desuso y el abandono la relegó a ser sólo un triste vestigio de lo que fue.
Sigo mi trayectoria, en dirección norte, cruzo la carretera del faro y, por el otro lado, tomo la pista que conduce a las urbanizaciones de Gran Alacant y al Camí del Salt.
Este pequeño sendero, ahora hacia el oeste, me dirige hasta el Barranco del Salt.
De los muchos depresiones que existen en esta serranía, ésta es, casi con seguridad, la más importante, entre otras cosas, por su longitud.
La senda me lleva caminando en paralelo al barranco y después, en un punto determinado, tomo la pista, una de las tantas que hay en esta sierra, que me devuelve, en suave zigzagueo, a la carretera del faro.
Vuelvo a cruzar la carretera y, a pocos metros de la pista, tomo un nuevo camino, a mano izquierda, que llaman ‘La Senda del Conejo’.
Esta es una vereda que, durante 1’5 kilómetros, culebrea en paralelo a la carretera del faro, hasta finalizar en otra de las pistas de este monte, junto a las ruinas de la Casa de la Pinada.
Sigo la pista, nuevamente en paralelo a la carretera, y tomo otra, por la derecha que me hace llegar al Aljub del Tío Manyo.
En este punto hago un pequeño descanso para beber y tomar alguna fruta.
Continúo ahora hacia el sur para cruzar el camino del faro (nuevamente la PR-CV 61) y entrar de lleno en el Barranc Fondo y la Foia Roja.
Estos son los últimos 3 kilómetros de la ruta y regreso al punto de partida.
El paraje de la Foia Roja es un lugar repleto de eucaliptos, área de campos de cultivo (ahora abandonados) que tiene como característica principal el color rojo de sus tierras.
Una zona muy atractiva para el paseo.
Ahora sólo queda, siguiendo la senda marcada en el gps, volver a conectar con el camino del faro.
Caminar en dirección suroeste, hacia el pueblo de Santa Pola, llegar al depósito de aguas y al coche.
Fin de la caminata y regreso a casa.
Valoración: 2**
Recomendable: Por supuesto que sí. En esta jornada de cielo plomizo, han sido, entre unas cosas y otras, unos 11 kilómetros, con un insignificante desnivel y una temperatura que hace pensar que el invierno no va a llegar nunca.
Para este miércoles, semana de puentes interminable, Reme, Pedro, Jesús y yo, nos hemos acercado hasta las afueras de la población de Biar.
Concretamente al claro en la carretera que va al Mas de Fontalbres y a las antenas/vértice del Reconco, donde se encuentra un gran depósito contra incendios.
En este punto hemos iniciado una caminata por estas sierras, la de Biar y Onil.
Comenzamos el recorrido por la pista que lleva, entre otros muchos destinos, al Mas de Fontalbres (una masia/albergue juvenil en la que se desarrollan multitud de actividades).
Esta pista, además, coincide con la PR-CV 55 y el Camino de Santiago del Sureste (desde Benidorm/Ibi/Villena).
Desde nuestro comienzo, a 1’3 kilómetros, se encuentra la Fonteta de Soriano, una fuente que lleva agua en ocasiones muy puntuales pero que forma un rincón muy hermoso por su arboleda y su depósito.
Seguimos la pista (PR-CV), pasamos por la bifurcación que conduce al albergue y seguimos hasta encontrar, a mano derecha, el camino (Sendero Botánico) que conduce hasta la cima, las antenas y el vértice.
Nosotros seguimos por la misma pista hasta el segundo depósito contra incendios, pasaremos antes por el cruce a la font del Xorro y el del camino a Onil.
Unos 400 metros antes de llegar al depósito contra incendios, a unos 1111 msnm, hacemos una parada para comer algo y beber.
A la llegada al tanque de agua hay una bifurcación, a la derecha continúa la pista, la PR, y a la izquierda comienza una senda que lleva a una zona llamada el Forat Verd. Es esta segunda opción la que elegimos para seguir la ruta marcada.
Desde este punto del camino se pueden admirar las bellas panorámicas de los alrededores, sierras de Fontanella, de Beneixama, de Mariola, del Menejador, del Frare, etc… y poblaciones como Banyeres de Mariola, Biar, Villena, et…
En el kilómetro 6 de nuestro recorrido, el sendero se divide en tres ramales, nosotros tomamos el de la izquierda, el que nos conducirá de nuevo a la PR-CV 55 y al cruce que nos lleva a la font del Xorro.
Llegamos al paraje de la font del Xorro, un lugar frondoso y muy bello. Aquí hacemos una pequeña pausa, sobre todo para disfrutar de los sonidos del agua y del aire puro.
Continuamos ahora por una pequeña vereda que, siguiendo el cauce que marca el barranco de Fontalbres, nos lleva hasta una gran pista, que nos acercará hasta el Mas de Camarasa.
Llegamos hasta esta gran masía, con sus extensos campos de almendros y olivos.
Siguiendo esta pista, llegamos, nuevamente, a la PR-CV 55, y a la fonteta de Soriano.
En este punto sólo tenemos que desandar nuestros pasos, llegar al depósito contra incendios del principio, al auto y… volver a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Sin duda alguna, muy recomendable. Han sido unos 11 kilómetros, con un desnivel de unos 300 metros, hechos sin prisa pero sin grandes pausas y con unos compañeros de ruta perfectos.
En este primer día de diciembre, Pedro, Reme y yo, nos hemos acercado, a través de la autovía A7, la que pasa por el puerto de montaña de Albaida, a la Casa dels Guardes (Albergue Casa el Clau), en la Serra d’Agullent o Serra de Filosa, para iniciar una caminata que nos llevará a hacer un recorrido por esta sierra.
Comenzamos, en suave ascenso por pista, desde el área recreativa donde hemos dejado el auto para llegar al camino de la Font del Patge.
Esta senda también se llama camino del Alba, de la Font y de Beniarrés/Ontinyent; además conduce al Albergue Don Bosco.
Llegamos al paraje de la Fonteta del Patge y, aquí, hacemos una breve pausa.
Dejamos este bello rincón, hoy algo menos llamativo que en otras ocasiones, debido a la niebla que nos rodea y nos impide disfrutar de las magníficas vistas de los alrededores, y seguimos por la pista en ascenso, en dirección al camino viejo de Ontinyent a Agres.
Seguimos subiendo y nos acercamos a la niebla, que cada vez es más espesa.
Llega un punto, hemos alcanzado la parte alta de la sierra, en la llamada Foieta dels Carros, que no podemos disfrutar de las panorámicas; comenzamos nuestro paseo entre las nubes.
Entonces… ha llegado el momento de hacer el tonto, así de claro!!!
Oye, y parece que lo teníamos ensayado, eh!!!
Pues, no… nos sale de lo más natural, jajajaja
Llegamos ahora al Collado de Santa Ana y, en este lugar, tomamos la vereda que, en descenso, nos conduce a la senda de subida a la Cova Alta.
Llegados a esta bifurcación, decidimos no efectuar el ascenso a la Cova. Primeramente, la niebla nos va a impedir contemplar el paisaje, y en segundo lugar, ha comenzado a llover de manera persistente.
Seguimos descendiendo hasta llegar el camino de la Umbría, enlazar con la pista inicial y llegar hasta la Casa del Guarda Forestal y el coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto que sí. Han sido unos 10 kilómetros, con un desnivel de 336 metros, hecho en un tiempo más que aceptable, en un día algo desapacible pero no desagradable y una compañía de lujo.
Hoy el día ha comenzado muy pronto, a eso de las 6:00 ya estaba yo preparado para dejar Mérida, maletas hechas y desayuno en la habitación a punto.
Me dirijo a la estación de Renfe y el mío es uno de los primeros trenes del día.
Viene de Badajoz, ha pasado por varias estaciones y apeaderos y sale, desde Mérida, las 7:50.
Tiene prevista su llegada a Ciudad Real a eso de las 11:30; y así ha sido.
Tomo un refresco en la cafetería de la estación, haciendo tiempo para ir al hotel ya que es demasiado pronto para hacer el check-in.
Sobre las 12:30 me animo y marcho al alojamiento, me hacen la entrada con bastante antelación, subo a mi cuarto, me cambio de ropa, preparo algo en la mochila pequeña y… me lanzo a improvisar una caminata por los alrededores.
He visto alguna caminata por Wikiloc que se desarrolla por la zona e intento seguirla con el móvil.
Frente al hotel, en el polígono industrial, hay un camino que, entre naves, lleva a un centro de ocio, un parque acuático llamado Playa Park.
Desde aquí, por pista de tierra, se accede a una carretera en la que hay un par de facultades universitarias y una pista llamada ‘Senda Verde de Moledores’.
Esta senda llega a un cruce que me conduce al camino de la Atalaya y al parque forestal homónimo.
Llego hasta el mismo y hago un pequeño recorrido por entre sus sendas rodeadas de arboleda.
Inicio ahora el regreso al punto de partida. En esta ocasión tomo un sendero que me lleva al camino del Arca y este conecta con la Senda Verde del principio de la ruta.
Ahora sólo tengo que seguir el mismo itinerario, pero en sentido contrario, hasta llegar a la misma puerta del hotel.
Han sido un total de 10 cómodos kilómetros, hechos en un muy buen tiempo.
Como en el restaurante del recinto hotelero y subo a mi habitación, ducha, cambio de ropa y relax, siesta, escribir un rato, ver televisión.
Apenas tengo ganas de cenar y me voy a la cama bastante temprano.
El siguiente es el día de regreso a Alicante.
26/11/2022
Sábado, 26 de noviembre
A pesar de tener que tomar el tren por la mañana, no hay demasiada prisa ya que la salida es a las 10:12.
Tengo tiempo de sobra para desayunar tranquilamente en la cafetería del hotel, ultimar el equipaje, tiempo suficiente para el aseo y… finalmente me dirijo a Renfe, tomo ese tren que en cuatro horas me lleva directo a casa.
Termina así todo este viaje por tierras manchegas y extremeñas, que bautizaré como ‘mini vacaciones otoñales’
La noche pasada ha sido muy lluviosa y ha amanecido con el cielo totalmente cubierto y amenazante. Eso me ha preocupado bastante.
He salido del hotel muy temprano para desayunar y, hasta en esos mismos momentos, no he estado seguro de qué iba a hacer en esta jornada.
Vuelvo a mi habitación y, finalmente, me decido; voy a salir a caminar, voy ir a Proserpina.
Salgo bien abrigado.
El recorrido será el mismo de ida que de vuelta. Me dirijo por la calle Marquesa de Pinares hasta el Acueducto de los Milagros y el Puente Romano de la Puerta.
Después de un par de rotondas, me encamino por la avenida del Lago.
Aquí ya comienza el trazado de la Vía de la Plata, también corresponde a la GR30 y al Camino Mozárabe a Santiago.
El recorrido es muy sencillo, se anda en paralelo a la carretera, en un suave ascenso y en un carril muy bien señalizado.
Durante el trayecto hay un par de zonas de descanso, con una pequeña zona verde y bancos, así como algunas ventas, supongo que abiertas en época veraniega, ahora cerradas.
Embalse de Proserpina
De origen romano, se comenzó a construir en el siglo I a.C. y recoge las aguas tanto de las lluvias como las de los arroyos Las Adelfas y Las Pardillas.
El buen estado de conservación actual del embalse se debe a que, tras la caída del Imperio romano, además de su función de abastecimiento de Augusta Emerita a través del Acueducto de los Milagros, el lago artificial ha sido siempre una popular zona de baño y recreo, por lo que se continuó cuidando y modificando.
Durante siglos, el embalse era conocido como «Charca de la Albuera» o «Albuhera de Carija», (del árabe Albufera, laguna) , debido a su cercanía a la montaña de Carija. En el siglo XVIII fue descubierta una lápida en la que se invocaba a la diosa Ataecina-Proserpina, recibiendo desde entonces la actual nomenclatura.
CERRO DE CARIJA
Forma parte de la denominación Conjunto arqueológico de Mérida, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993 por la Unesco.
Tengo que decir que a lo largo del recorrido, el cielo se ha mantenido respetuoso y no ha soltado ni una gota.
Al llegar al embalse hago un recorrido por entre los muros de origen romano que componen la presa y son interesantes las explicaciones de los paneles informativos.
El dique, que mide unos 428 m de longitud y 21 m de altura máxima, tiene forma de talud escalonado aguas arriba formado por sillares regulares de granito. En esta zona se adosan nueve contrafuertes de configuración escalonada. En la parte opuesta, el dique se refuerza con una gran espaldón de tierra. Durante unas obras de limpieza que empezaron en 1991 y para las cuales se desecó el embalse, se descubrió la base del dique y se comprobó que los contrafuertes tienen forma curva en su parte inferior. Se ha interpretado que puede tratarse de una primera presa de seis metros de altura, construida durante la fundación de la ciudad a finales del siglo I a. C. y que fue ampliada tiempo después, en el siglo II d. C. En la cara del dique que da aguas abajo existen dos torres de captación para regular las salidas de agua hacia la ciudad. El acueducto de los Milagros llevaba el líquido elemento hasta Augusta Emérita.
Al otro lado de las aguas se puede contemplar la hermosa urbanización que se ha desarrollado alrededor del embalse.
Comienzo ahora el regreso a Mérida. Como ya he comentado es por el mismo camino que en la ida.
Han sido en total cerca de 14 kilómetros de caminata y, finalmente, en una mañana espectacular.
A mi llegada a la ciudad, hago una parada para tomarme una cerveza con su tapa correspondiente, marcho al hotel para ducharme, cambiarme de ropa y salir a un restaurante cercano para darme un buen homenaje.
Regreso después al alojamiento para tumbarme la siesta.
Por la tarde, ahora sí llueve, salgo a dar una vuelta por Mérida, pasear por entre las tiendas y curiosear.
Ya por la noche, vuelvo a hotel a descansar hasta la próxima jornada.
Con el panorama de previsiones para los próximos días (22/11, cubierto y posible llovizna, 23/11 y 24/11, muy nuboso y grandes chubascos), cambio mis planes y voy a intentar visitar lo máximo que pueda en este día y en cuanto a los siguientes ya veré qué se puede hacer.
Me pego un buen madrugón, busco un lugar cercano para desayunar y regreso al hotel para preparar mi itinerario…
Comienzo visitando la Basílica de Santa Eulalia, patrona de la ciudad, y, después, por paso subterráneo, cruzo las vías del tren y me dirijo al Acueducto de los Milagros, por el parque del río Albarregas y el Puente Romano de la Puerta.
Comienza aquí un recorrido por los parques del Guadiana.
Camino por las sendas del parque de los Milagros, siguiendo el curso del río Albarregas, hasta llegar a su unión con el Guadiana, me dirijo al mirador del río, donde se encuentra el azud de Mérida y al fondo, en el horizonte, el embalse de Montijo.
Paseo por la Isla del Puente de Hierro, teniendo a mi frente la moderna estructura del de Lusitania.
Me encamino hacia el Puente Romano por el parque de la Isla.
Aquí tomo la pasarela que sube a este hermoso e histórico puente y que me lleva hasta la misma puerta de entrada a la Alcazaba de la ciudad.
Compro el billete de 16 € que da acceso, no sólo a la Alcazaba, sino también a la gran mayoría de los monumentos de la ciudad; sin restricciones ni caducidad. Fabuloso!!!
La Alcazaba de Mérida.
Es la más antigua fortificación musulmana de la península ibérica. Construida por Abderramán II en el año 835 d.C.
La fortificación consiste en un recinto cuadrado de 130 metros de lado capaz de albergar un buen número de tropas. En su interior hay un aljibe, que es una cisterna subterránea de agua filtrada desde el cercano río Guadiana a la que se accede por una doble escalera desde el piso bajo de una torre. Dentro destacan las pilastras reaprovechadas de algún edificio visigodo cuya decoración, en relieve, consta de columnas en sus laterales y motivos vegetales que forman círculos alrededor de racimos y palmetas en sus frentes.
A la Alcazaba se accedía desde el puente romano a través de un pequeño recinto fortificado denominado tradicionalmente «alcazarejo». Por esta gran barbacana se controlaba el paso de personas y mercancías a la ciudad de forma que el recinto militar principal quedaba totalmente independiente de la población civil. A este último se entra por una puerta flanqueada por dos torres sobre cuyo arco de herradura se conserva una de las inscripciones fundacionales.
El recinto ha sido catalizador de cuantos períodos históricos ha tenido la ciudad. Se conservan restos de una doble calzada, el decumanus maximus de la urbe, y los cimientos de la puerta romana que separaba la ciudad del puente. También se han hallado vestigios de la muralla de la fundación de Augusta Emerita (del siglo I a. C.) y restos de viviendas extramuros. Entre la muralla romana y la calzada paralela a ella se hallan restos de pequeñas dependencias, tal vez tabernas romanas. Entre las dos calzadas están los cimientos de una casa fechada en el siglo IV, con peristilo (patio porticado), termas y pavimento de mosaicos y placas de mármol.
Realmente sorprendido por la riqueza cultural y la cantidad de restos arqueológicos que aquí se encuentran, dejo este maravilloso recinto y continúo mi paseo, ahora, por la Plaza de España, donde se encuentra el ayuntamiento, y por algunas de las calles del centro.
En una de ellas localizo una tienda de bolsos. Compro una maleta, me dirijo al hotel para dejarla en mi habitación y seguir, después, con la ilusión de continuar descubriendo toda la Mérida romana que aún me queda por contemplar.
Por la avenida de Extremadura y por la calle de San Juan llego al parque de la rambla de Santa Eulalia, donde se encuentra el obelisco dedicado a la mártir.
Ahora por el parque de los Enamorados, la calle López Puigcerve y la de Reyes Huertas, llego hasta las Termas y Pozo de Nieve Romanas.
Por la calle Mariano José de Lara accedo a la calle de las Portezuelas, donde se encuentran las ruinas de otras Termas.
Me dirijo por la calle José Ramón Mélida a la puerta del Museo Nacional de Arte Romano.
Entrada gratuita.
Museo Nacional de Arte Romano
El emplazamiento actual fue inaugurado el 19 de septiembre de 1986 y es obra del arquitecto Rafael Moneo. Se trata de un centro investigador y difusor de la cultura romana donde, además de acoger los hallazgos arqueológicos de la antigua ciudad romana Augusta Emérita, se celebran congresos, coloquios, conferencias, cursos, exposiciones y otras muchas actividades de ámbito nacional e internacional.
Es uno de los edificios Patrimonio de la Humanidad de la Unesco como parte del Conjunto arqueológico de Mérida.
Actualmente el museo alberga más de 36.000 piezas y mantiene una constante y cuidadosa programación cuatrimestral de actividades de muy diversos tipos y dirigidas a distintos públicos, entre las que destacan conferencias, seminarios, congresos, exposiciones, premios, talleres infantiles, excursiones, veladas musicales y poéticas, o las tradicionales visitas guiadas, además de un muy activo servicio de publicaciones, con su revista propia (Anas) y varias series temáticas.
Salgo del edificio absolutamente fascinado por todo lo que he podido ver (las instantáneas no reflejan ni un 5% de lo que hay dentro).
Y ahora me encuentro en la misma puerta de entrada a otras de las joyas de la ciudad; el Teatro y el Anfiteatro de Mérida.
Anfiteatro
La construcción del anfiteatro se planificó junto con la del teatro y se levantó muy poco después. Según se deduce de las inscripciones halladas en su interior, fue inaugurado en el año 8 a. C. Con esta obra se completaba el proyecto de dotar a la colonia Augusta Emérita, ya entonces capital de la provincia Lusitania, de una gran área pública para espectáculos, acorde con su categoría política y administrativa. Este edificio estaba destinado a las luchas entre gladiadores, entre fieras o entre hombres y fieras, las denominadas venatio, que junto a las carreras en el circo fueron las preferidas por el pueblo romano.
Tras su abandono, ligado a la oficialización del cristianismo en el siglo IV d. C., parte de su estructura se fue ocultando bajo tierra y la que quedó descubierta, sobre todo la summa cavea, sirvió como cantera de extracción de materiales para otras obras. Desde el siglo XVI algunos autores llamaron al edificio naumaquia con la creencia errónea de que era el lugar de celebración de simulacros de batallas navales, para lo que se basaban en la profundidad de su foso central y la proximidad de algunos tramos de acueducto. Las excavaciones a partir de 1919 subsanaron el error y le devolvieron su verdadera identidad.
Teatro
Este es un teatro histórico levantado por la Antigua Roma en la colonia Augusta Emérita. Su creación fue promovida por el cónsul Marco Vipsanio Agripa y, según una fecha inscrita en el propio teatro, su inauguración se produjo hacia los años 16-15 a. C.
«Príncipe entre los monumentos emeritenses», como lo denominó el arquitecto José Menéndez-Pidal, el teatro es Patrimonio de la Humanidad desde 1993 como parte del conjunto arqueológico de Mérida.
El teatro ha sufrido varias remodelaciones, la más importante durante el siglo I d. C., cuando se levantó el frente escénico actual, y otra en época de Constantino I, entre los años 333 y 337. El teatro fue abandonado en el siglo IV d. C. tras la oficialización en el Imperio romano de la religión cristiana, que consideraba inmorales las representaciones teatrales.
Demolido parcialmente y cubierto de tierra, durante siglos la única parte visible del edificio fueron las gradas superiores, bautizadas por los emeritenses como «Las Siete Sillas». Las excavaciones arqueológicas en el teatro comenzaron en 1910 y su reconstrucción parcial en 1962.
Desde 1933 alberga la celebración del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.
Durante esta última visita lo que no estaba previsto ha sucedido; la lluvia, un suave calabobos, ha hecho acto de presencia.
A pesar de ello, yo sigo con el itinerario pensado. Ahora me dirijo, por entre calles, hacia el sur, hasta llegar a la Casa de Mitreo.
Casa de Mitreo
Vivienda situada fuera del antiguo recinto amurallado, junto al santuario mitráico del Cerro de San Albín, del que recibe su nombre. Su construcción data de fines del siglo I o principios del siglo II y tras sufrir diversas reformas es abandonada a finales del siglo IV.
Se organiza en planta en torno a dos peristilos y un atrio, aunque no se encuentran bien definidos los límites de la casa. A esta se accedía por el noroeste, donde se aprecia un corto pasillo que conduce a un atrio, lo que hace suponer que tuviera alguna relación con el santuario mitráico. El atrio está formado por un cuadrilátero que tiene en cada uno de sus ángulos columnas graníticas de estilo dórico-toscano, de las que se conserva una casi completa. Existen restos de decoración pictórica en el noroeste, a base de un zócalo con imitación de mármoles jaspeados en forma de rombos. A la derecha del atrio se conserva una estancia cuyo pavimento lo constituye un mosaico, conocido como «Mosaico cosmogónico». De la decoración poco se conserva.
Por medio de un pasillo se accede a un peristilo con estanque rectangular con cuatro columnas a cada lado. Las columnas se apoyan sobre una base estucada en rojo. Los espacios de los intercolumnios están cerrados a media altura por murete de ladrillo con abertura al norte y oeste. En las esquinas se conservan restos de pinturas. Abierta a este peristilo se encuentra otra estancia denominada «Habitación de las pinturas», techada para preservar sus zócalos decorados.
Por la derecha del peristilo anterior y por medio de un pasillo, se accede a un segundo peristilo, de mayores proporciones. El centro ocupa un jardín, rodeado por un canal de 50 cm de profundidad, revestido de terrazo, que, en su lado oeste, se ensancha en su parte inferior. Todo ello forma un conjunto rectangular con cinco columnas en los dos lados mayores y cuatro en los menores, y pavimento de mosaico. Alrededor de este peristilo se organizan una serie de estancias, entre ellas tres situadas al norte, con pavimentos de mosaico geométrico en blanco y negro, y paredes con pinturas. Al oeste se encuentra una cisterna con cubierta abovedada, de la que se conserva el arranque, que se alimentaba por medio de un canal que comunicaba con el peristilo. En el ala sur se prolonga el pasillo hasta dos habitaciones con pavimento de mosaico. Al este discurre un pasillo con diversas estancias. En el ángulo sureste se sitúan unas escaleras que conducen a dos habitaciones subterráneas con bóvedas y ventanas elevadas. Estas habitaciones y la escalera conservan restos del enlucido y de pinturas.
A la salida de esta magnífica vivienda paso por delante de la plaza de toros de Mérida (esta no es romana, jajaja) y me dirijo, bajo una lluvia cada vez más intensa, a otros de los puntos de interés del recorrido, el Pórtico del Foro, el Templo de Diana y el Arco de Trajano.
El Pórtico del Foro
Se trata de la esquina de un pórtico monumental que formaba parte del grandioso programa propagandístico del antiguo Foro Municipal de Augusta Emérita.
El Templo de Diana
Templo romano construido en el siglo I d. C. en la ciudad de Augusta Emerita, capital de la provincia romana de Lusitania. Se levantó en el foro municipal de la ciudad romana siguiendo la configuración habitual de los templos de la antigüedad clásica y es el único edificio religioso romano que ha perdurado en Mérida en un aceptable estado de conservación.
El Arco de Trajano
El conocido como Arco de Trajano es un arco monumental romano que recibe esta denominación debido a que en su momento se pensó que era un arco triunfal. El arco ha sido conocido tradicionalmente en la ciudad como «de Trajano», sin ningún fundamento que lo relacione con ese emperador. Desde el 13 de diciembre de 1912 está protegido como Bien de Interés Cultural y en 1993 la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad como parte del Conjunto arqueológico de Mérida.
Después de haber comido en un restaurante cercano al Templo de Diana, y viendo que la lluvia cada vez arrecia más, me decido a volver al hotel.
A mi paso aún puedo contemplar la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen y los restos de la muralla romana y la torre de Albarrana.
Llego a mi habitación. Ha sido un día bastante completo (entre las dos caminatas hacen un total de casi 13 kilómetros) y no tengo muchas más ganas de nada. Una buena ducha, un rato tumbado descansando los pies, algo de tele, algo de escritura y posibles planes para el día siguiente (todo depende del clima).
Los últimos dos días han sido tan desastrosos que, hasta esta misma mañana, no tenía la certeza de poder realizar este viaje. He despertado y, casi de forma milagrosa, las principales aberturas de mi cuerpo habían dejado de eliminar restos biológicos (por momentos he llegado a pensar que debía tirarme directamente al contenedor marrón).
He tomado un taxi hacia la estación de Renfe de Alicante que me ha costado tanto como el billete a mi primer destino (grrr).
Cuatro horas de tren, parada en los principales pueblos y, a eso de las 14:20, he llegado a Ciudad Real (primer alto de estas mini vacaciones otoñales).
Llego al hotel (pensión/2**), hago el check-in, preparo/aligero la mochila, como en el restaurante de al lado (sopa y filete de emperador) y, a eso de las 15:30, salgo pitando para hacer una de las caminatas que llevo preparadas en mi gps. Nada del otro mundo, unos 11’33 kilómetros que, partiendo del mismo alojamiento, me ha llevado por entre algunos polígonos industriales, varias zonas residenciales y parcelas de cultivo hasta la ermita de San Isidro, que se encuentra en el parque forestal del mismo nombre, dentro del término municipal de Miguelturra.
Visita por el exterior del templo y fotos de rigor en el vértice geodésico que hay en la zona (San Isidro, 674 msnm)
Como no quiero que me sorprenda la noche, no hago ningún descanso y comienzo el regreso por el mismo itinerario que en la ida.
Llego al hotel relativamente pronto, no me apetece ni cenar y, después del aseo oportuno, me meto en la cama esperando el sueño… hasta el día siguiente.
Hoy, Pedro, Jesús, Reme y yo, nos hemos dirigido a la zona norte del Parque Natural de la Sierra de Mariola, macizo que comparten las provincias de Valencia y Alicante, importante pulmón del sur de la Comunidad.
Concretamente nos hemos acercado a la población de Agres y, en sus inmediaciones, al Área Recreativa del Refugio Racó de Zamorano, desde donde ha dado comienzo nuestra caminata, que nos ha llevado a visitar algunas de las cavas de nieve de esta sierra, así como otros puntos de interés de la misma.
Dejamos atrás el área recreativa y tomamos la pista forestal de la umbría que, con un importante ascenso, supone la mayor parte del desnivel de esta ruta.
En un punto del ascenso nos encontramos, a mano derecha, la Fonteta del tío Rufí.
Entre barrancos podemos deleitarnos con las magníficas vistas de Agres y de su Santuario de la Mare de Déu.
Seguimos subiendo y ante nosotros se muestran las sierras de Filosa y Benicadell, así como los valles de Agres y Albaida.
Llegando a los 1125 metros de altura, dejamos la pista forestal y nos incorporamos, a la izquierda, a la senda de la Teixera y pocos metros después, a la derecha, subimos por la senda de les Caves hasta llegar al Refugio del Montcabrer.
En esta última subida se encuentra la Cava del Teix, prácticamente inapreciable por la cantidad de vegetación y maleza que la rodea.
Hacemos una parada en los alrededores del refugio, en una pequeña zona de mesas y bancos de piedra, para beber y comer algo. Próximos también a otro de los pozos de nieve de esta sierra, la Cava de l’Habitació.
Terminamos el descanso y nos dirigimos, por pista, hasta la Cava Gran o Arquejada.
Este es, no creo equivocarme, el más bello pozo de nieve de la sierra.
Estuvo durante mucho tiempo cubierto por redes para su protección, esperando el momento de su rehabilitación y, por fin, se ha restaurado con mucho gusto y respeto.
Se puede visitar su interior gracias a las escaleras que conducen al fondo de la cava, donde también se puede contemplar de cerca el impresionante tejo que vive en su base.
Volvemos a la pista, en dirección oeste, para encontrarnos con un pequeño sendero que conduce a otro de los pozos, la Caveta del Buitre.
Unas fotos en este pequeño nevero y… seguimos nuestro itinerario.
La vereda nos lleva al Camí del Portell, ahora en suave descenso, y nos muestra otro nuevo pozo, esta vez es la Cava de Joan Despuig.
De este nevero, protegido por una valla de madera, tan sólo quedan la empedradas paredes de su depósito.
Seguimos por el ‘Camí del Portell’, conectamos con el del ‘Tros de Piuatxa al Tros de Pota’ y nos desviamos, a la izquierda, por una senda que sube a la Penya del Rellotge, pasando por la ‘Caseta d’Ignasi’.
Este sendero nos lleva directamente al siguiente y último pozo de nieve de nuestro recorrido, la Cava de Don Miguel.
La cava de Don Miguel se encuentra a 1.050 metros de altura y es de todas las que visitamos en esta caminata, la única que está en el término municipal de Bocairente, las demás pertenecen a Agres.
Su aspecto externo se caracteriza por los contrafuertes que fue necesario levantar para elevar la altitud del depósito.
Este impactante pozo de nieve fue construido a principios del siglo XVII y es uno de los pozos más imponentes de la sierra de Mariola, debido a su espectacular y robusta estructura.
Ahora ya sólo nos queda dejar esta grandiosa cava y regresar al punto de inicio.
Tomamos una vereda, en dirección norte, que nos lleva en descenso hasta la pista ‘Camí del Tros de Piuatxa al Tros de Pota’, que nos dejará en el punto de salida, el Área Recreativa Racó de Zamorano.
Llegada al coche y… regreso a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Por supuesto. Totalmente recomendable. Han sido algo más de 11 kilómetros, con un desnivel de unos 510 metros, hechos a buena velocidad y con una compañía totalmente de 10
Hoy, mi salida en solitario ha comenzado en el municipio de Biar, concretamente en el paraje de la ermita de los Santos de la Piedra. Un lugar situado al norte de esta población, entre las faldas del castillo y el barranco del Derramador y la Solana de la Campaneta, en una atalaya en la que se sitúa este pequeño templo, del siglo XIII, dedicado a los primeros mártires del cristianismo, San Abdón y San Senén.
Aquí da comienzo la caminata de este luminoso lunes de noviembre.
Dejo atrás la ermita y me dirijo, hacia el norte, por senda, ascendiendo por las laderas de la Sierra de Fontanella.
Camino a media altura por esta parte de la sierra, en suave ascenso, entre abundantes pinares.
En mi recorrido puedo admirar los hermosos paisajes que me ofrecen las sierras de Biar, de Onil, del Reconco y del Fraile, así como la belleza del pueblo y su magnífico castillo.
Llego, sin ninguna dificultad, a la zona de la Cova Negra, un enorme abrigo natural abierto en la roca que se ha utilizado como corral y refugio de pastores.
Hago una breve pausa para beber y comer alguna fruta.
A continuación comienzo el regreso. Sigo en dirección este la senda que me conecta con la pista (PR-CV 35), no sin antes tener que hacer una vuelta extraña, campo a través, para evitar una zona de colmenas.
Accedo a la pista, PR-CV 35, y ahora el camino no tiene ninguna complicación.
A medida que voy acercándome al pueblo, van apareciendo a mi paso diversas fincas, como la Casa de Segura y la Casa de la Campaneta.
Dejo la PR-CV35 y sigo mi recorrido por el camino que lleva, entre otros destinos, al Área Recreativa Lomas de Jara.
Evito el cruce a la entrada de la zona recreativa y sigo la senda que, por entre algunas casas de campo, me conduce a la pista inicial, en la Solana de la Campaneta.
Desde aquí, el camino me volverá a llevar a la ermita de los Santos de la Piedra y al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Totalmente recomendable. En un principio el recorrido iba a ser algo más extenso pero, todo hay que confesarlo, he encontrado a un senderista del pueblo y hemos estado charlando, compartiendo anécdotas y curiosidades de la zona y, sinceramente, se nos ha ido el santo al cielo… Así que he acortado el trayecto y lo que iban a ser 11 kilómetros han quedado en cerca de 8,5km, con un desnivel de unos 250m y todo ello hecho en un tiempo aceptable (sin contar la parada con el lugareño, que ha sido muy agradable).
Para este anunciado hosco jueves de noviembre, y con el fin de evitar una jornada especialmente inhóspita lejos de casa, he pensado en una caminata no demasiado complicada y bastante cercana; aunque finalmente no ha sido para tanto.
Reme, Pedro, Jesús y yo, nos hemos acercado hasta la Replana del Pino, en la carretera de Petrer a Castalla, para iniciar un recorrido por esta zona perteneciente al ‘Paisatge Protegit Serra del Maigmó i Serra del Sit’.
Desde la zona de aparcamiento, en la replana, nos hemos dirigido hasta el Collado del Portell, donde se encuentra el cruce de sendas, al Despeñador, al hotel de Catí y al Pou del Carrascalet.
Tomamos esta última; un acusado ascenso que nos lleva hasta este pozo de nieve.
Desde aquí, seguimos subiendo hasta el tope de esta sierra, la del Carrascalet, donde se encuentran diferentes elevaciones, el Alt del Carrascalet (1231m), el Cerro de la Perdigonada (1241m) y la Cúspide Alta, la de la instantánea (1245m)
Ahora descendemos por la pista de la vertiente sur de esta sierra hasta llegar a unos grandes campos de cultivo (principalmente de cereales).
En este punto tomamos una pequeña senda, a mano derecha, que nos conduce a la Cova de Mossén Francés, desde la que podemos observar los maravillosos paisajes que rodean el paraje de Catí.
Volvemos sobre nuestros pasos para incorporarnos a la pista inicial; seguimos en dirección sur.
Nos encontramos, primero, en suave descenso hasta terminar el camino de esta sierra y , después, nos integramos a otra pista (PR-CV 31) que asciende, aumentando poco a poco su dificultad, hasta llegar al Alt de Guisop.
En este punto estamos en plena Sierra del Maigmó, de la que destacan cuatro cumbres, la que lleva el nombre homónimo y en la que se encuentra el vértice geodésico (1296m), la llamada Maigmonet (1177m), el Alt de les Xemeneies (1176m),donde están las ‘Antenes d’en Pere Paiá’, y el Alt de Guisop (1249m), que es la cumbre que ha motivado esta caminata.
Aquí arriba, con las magníficas vistas de sierras emblemáticas alicantinas (del Sit, del Fraile, Despeñador, de Castalla, la Replana, Cabeçó d’Or, Peña Migjorn, etc…), hemos hecho una pequeña parada para beber y comer alguna fruta.
Dando una pequeña ojeada por los alrededores hemos encontrado, en un rincón, entre rocas, un Nacimiento, una muestra anticipada de las próximas fiestas.
Comenzamos ahora el regreso. Deshacemos la senda recorrida, volvemos por el camino PR-CV 31 en sentido contrario hasta un punto determinado, en el que decidimos tomar, a mano derecha, la vereda que nos lleva hasta Planisses.
En esta gran superficie, cubierta de campos de cultivo, principalmente de cereales, seguimos el sendero que nos lleva hasta las ruinas de las casas de Planisses.
Ahora sí que nos queda solamente seguir la pista y la senda que nos conducirá al final de nuestra caminata.
Dos kilómetros después, teniendo las paredes del Despeñador frente a nosotros, llegamos hasta la Replana del Pino y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por descontado, claro que sí. Esperábamos que el día nos trajera lluvias, rayos y truenos pero ha sido una mañana luminosa y espléndida. Una caminata de 10 kilómetros, con un desnivel de 400m (+/-), hecho todo en un buen tiempo y con una compañía de lujo.
Segunda caminata de este mes noviembre. También, en esta ocasión, la realizo en solitario y elijo un itinerario que me resulta bastante familiar. Comienza mi ruta a las afueras de la población de Planes de la Baronía, junto a la subida (vía crucis) a la Ermita del Santísimo Cristo. Desde este emplazamiento, el itinerario me llevará por algunos puntos de máximo interés.
Planes, pueblo con titulación señorial, se encuentra al norte de la provincia de Alicante, en la comarca del Comtat, en el valle que forman las sierras de la Almudaina, Xarpolar, Cantacuc y la Albureca. Se asienta a los pies de un castillo musulmán de los siglos XII y XIII que dominó el caudillo Al-Azraq hasta la conquista por parte del rey Jaime I
El auto queda aparcado junto a la subida, por el vía crucis, a la ermita del Santísimo Cristo.
Un fuerte ascenso hasta llegar al templo. Aquí hago una breve pausa para refrescarme y contemplar las hermosas vistas de los alrededores.
Desde esta atalaya destaca la hermosa panorámica del embalse de Beniarrés, que recoge las aguas del río Serpis y de todos los manantiales de los alrededores.
Ahora me dirijo, descendiendo por pista, a la parte noreste de este cerro, la zona de Sant Joan, de grandes campos de cultivo, principalmente de olivos, almendros y frutales, sobre todo cerezos.
Estos caminos me llevan, ahora de nuevo en ascenso, a carretera asfaltada, por la zona llamada de Benicapsell, cuajada de campos de cerezos.
Esta carretera enlaza con la CV 700 y, en sólo 200 metros, a mano izquierda, con el asfaltado Camí de la Vall de Gallinera.
Siguiendo este recorrido, que ya pertenece al llamado Barranco de la Encantada, llego, en algo más de 2 kilómetros, al Gorg del Salt, la poza más llamativa y hermosa de dicho barranco.
Está claro que el pasado verano ha sido verdaderamente duro y ahora el salto de agua que se aporta a esta gran poza es realmente pobre. Esperemos las ansiadas lluvias para poder contemplarlo en todo su esplendor.
De todas formas, el rincón es de una gran belleza.
Vuelvo con el itinerario marcado, dejo el Camí de la Vall de Gallinera y me adentro en el barranco, en dirección al Molino de la Encantada.
El sendero circula en paralelo a las aguas, que forman entre las paredes del barranco distintos tolls y gorgs (charcas y pozas).
Llego al Molí de la Encantada, una construcción de la que quedan sólo sus cuatro paredes.
Continúo el camino, ahora en ascenso, por la cara norte de la Sierra del Cantalar.
Esta es la zona de la umbría y, por ello, la vegetación es muy abundante.
Dejo el barranco propiamente dicho y enlazo con el llamado Camí de Tormos.
Este camino es una pista asfaltada, llena de campos de cerezos, que me conduce hasta la CV 711
Ya en esta carretera y a muy pocos metros después llego al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Alguien lo duda? Han sido unos 11 kilómetros, con un desnivel de 400 metros y hecho todo ello en un tiempo muy aceptable.
Después de finalizar octubre de una manera bastante incómoda y desagradable, hoy doy comienzo a las caminatas de noviembre con un recorrido en solitario, cercano y sencillo, por las sendas de la Sierra de Santa Pola.
Dejo el auto en un claro de la carretera que da entrada a la urbanización de las Casetes de Meleja, y, por pista (Camí del Far), donde también transcurre la PR-CV 61, comienzo mi marcha.
Dos kilómetros por pista, prácticamente en línea recta, hasta llegar a la senda, a mano derecha, que me lleva hasta el paraje de la Foia Roja.
Una grata sorpresa, encontrar en el camino un concertista de chelo.
Este sendero pasa por el barranco Fondo y conecta, por pequeñas veredas, con el Camí de la Torre.
Más o menos a 1’5 kilómetros llego a la Torre de les Escaletes, una de las 27 torres vigías de la costa alicantina que protegían de las incursiones piratas. Su fecha de construcción se desconoce pero una de sus primeras reformas fue en 1577.
Desde este punto se puede observar la isla de Tabarca pero hoy la bruma no lo permite.
Unas cuantas fotos con este magnífico torreón de fondo y continúo mi camino.
Deshago mis pasos y vuelvo a tomar el Camí de la Torre, en sentido contrario.
Llego hasta un desvío, a mano derecha, el bautizado como ‘senda de Roberto’, y sigo este recorrido que me llevará hasta el Camí del Far.
En un punto de la vereda se encuentra un monolito en memoria de Roberto, de ahí el nombre de esta senda.
El Camí del Far me dirige directamente al vértice geodésico, construido sobre un bunker de la Guerra Civil. En los alrededores hay bastantes vestigios de esos terribles años, plataformas de cañones, barracones, refugios, etc…
Una pequeña senda me lleva a la zona del mirador, la pasarela y el faro.
Una mañana realmente estupenda, con una temperatura ideal (el verano se resiste a marcharse) pero la neblina impide disfrutar de la isla de Tabarca y las vistas de la ciudad de Alicante y su bahía.
Ahora tomo la senda que va en paralelo a la carretera del faro, llego hasta los barracones militares y otras construcciones bélicas, tomo el camino en dirección a la PR-CV 61
Y aquí, en un cruce, me dirijo al Aljub del Manyo.
Llegado al aljibe me encamino, por sendas, a la Casa de la Pinada.
De esta construcción apenas si quedan restos.
Ahora la senda me lleva hasta el barranco de la Pinada, pasando antes por los restos de otra construcción.
Ya estoy en el último tramo de mi recorrido. Sólo queda remontar el barranco, seguir por senda hasta las Casetes de Meleja (aquí, como no tengo ni idea de la urbanización, tengo un pequeño despiste) y, por asfalto, llegar hasta el auto.
Regreso a casa.
Valoración: 2**
Recomendable: Absolutamente recomendable. Esta sierra me sorprende por la gran cantidad de recorridos que permite hacer. Han sido 13’50 kilómetros (+/-), con un desnivel de unos 150 metros y hecho todo en un tiempo más que aceptable.
Hoy, Reme, Pedro, Jesús y yo, nos hemos dirigido a la carretera CV-780, entre las poblaciones de Benifallim y Torremanzanas, en el kilómetro 17’8, a 1015 m.s.n.m. y en pleno puerto de montaña del primer municipio, hemos dejado el auto para iniciar un recorrido por estas sierras que, seguro, nos hará disfrutar de las magníficas vistas y de algunos puntos de interés de las mismas.
Ascendemos por el camino del Assagador del Port, un tramo de abundante vegetación, en plena umbría, donde podemos encontrar bastantes setas, a pesar de la sequía.
Al final del mismo llegamos al depósito de agua contra incendios y a la pista que conduce al canal de Rontonar rodeando la ladera sur de la sierra homónima.
Las vistas de las sierras del alrededor ofrecen unas panorámicas espectaculares.
Hemos hecho el camino bastante desperdigados.
Difícil ha sido salir todos juntos en las fotos pero… siempre se encuentra algún alma caritativa que se ofrece para sacarnos alguna instantánea.
Después del camino de la canal, que dejamos a mano derecha, una pequeña subida y llegamos al Pou de Neu de Rontonar.
Parada breve y seguimos, por senda, el ascenso.
Quedan los últimos esfuerzos, subimos por la Costera de la Mare de Déu y accedemos, por fin, al vértice geodésico, Plans, con sus 1330 metros sobre el nivel del mar.
Unos minutos para el descanso, el refresco y las fotos de rigor haciendo el tonto, que eso nos sale de maravilla… Comenzamos el regreso.
Ahora toca tomar la misma senda que nos condujo a la cima pero, evidentemente, descendiendo.
Esta es una sierra, la dels Plans, que nos ofrece una visión súper amplia de la gran mayoría de las montañas alicantinas. Podemos observar el Parque Natural de la Sierra de Mariola (con su cima del Montcabrer), la Sierra de Benicadell, Serra de Almudaina, la Serrella, Sierra de Aitana, Puig Campana, Serra Carbonera, Sierra de la Grana, Sierra del Cabeçó d’Or, el Migjorn, Sierra del Maigmó, Sierra de la Argueña, Sierra del Reconco, Sierra de Onil, etc… (entre otras muchas).
Poblaciones que también tenemos a nuestros pies… Alcoy, Ibi, Onil, Castalla, Jijona, Torremanzanas, Benifallim, Gorga, Millena, Balones, etc…
Volvemos, descendiendo, por la Costera de la Mare de Déu y llegamos, por senda, hasta el Pou de Neu de Rontonar.
Pasamos por delante del depósito de agua contra incendios y tomamos el camino del Assagador del Port, hasta llegar al puerto de montaña de Benifallim y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Sí, claro… Alguien lo podría dudar? Han sido unos 8’5 kilómetros, con un desnivel de 321 metros, en un día de veroño total y maravilloso, y con una compañía de máximo lujo.
Para este lunes de finales de octubre, día de pleno ‘veroño’, he preparado dos caminatas en dos municipios diferentes, aunque bastante próximos entre sí.
La primera, a las afueras de Aguas de Busot (Aigües), y la segunda en la población de Busot (a 9 km de Aigües).
Dejo aparcado el coche en los alrededores del Balneario de Aigües, a un kilómetro del centro urbano, un edificio cercado y en ruinas, testigo de una intensa actividad en la zona, con una historia tan amplia como para dedicarle un profundo estudio.
Comienzo mi caminata, por sendas y pistas, dirigiéndome hacia el norte, por el Camí de la Bacorera.
Estoy rodeando el cerro Salmitre y el Cantal, dos elevaciones que pertenecen a la ladera sur de la Sierra del Cabeçó d’Or.
Llego ascendiendo, a través de estrecha vereda, a la umbría de la Bacorera, con unas vistas espléndidas de las inmediaciones y las sierras del alrededor.
La zona parece estar disfrutando de una segunda primavera. Repleto de flores y los madroños, que son abundantes en esta vertiente, ofrecen aún sus dulces frutos.
El ascenso me acerca hasta el collado de Salmitre.
La parte más alta de mi itinerario. Una breve pausa para beber y… comienza el descenso.
La bajada se hace, en muchas ocasiones, mucho más complicada que el ascenso, sobre todo cuando la senda es estrecha, abrupta y pedregosa.
Una pequeña vaguada da lugar a un pequeño camino (bastante complicado) que lleva hasta la Cova de les Dones.
Después de esto, sigue el descenso. Llego ahora al barranco de Cabiafic y, ahora en ligero ascenso, al Alt del Cantal.
Continúa el descenso hasta llegar a la pista, ya mucho más suave, que entre pinos me lleva hasta el lugar donde dejé el auto, al lado del edificio del balneario.
Tomo el vehículo y me dirijo hasta Busot para realizar el segundo itinerario.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente sí. Han sido cerca de 8 kilómetros (aunque en Wikiloc indique menos), con un desnivel de unos 350 metros y hecho todo en un tiempo más que aceptable. Decir también que todo el recorrido pertenece a la PR-CV 226/243
Llego a la población de Busot, aparco el coche en el carrer Sant Josep y comienzo esta pequeña caminata.
Mi intención es tan simple como la de llegar hasta el vértice geodésico, en plena sierra Galeres y, después, dar un paseo por el pueblo.
Por el carrer de les Coves llego, en ascenso, a la carretera CV-773, desde donde hay un buena vista del municipio, de su castillo y de la sierra del Cabeçó d’Or.
Ahora un zigzagueante camino me acerca hasta lo alto de la sierra y su vértice geodésico (Sierra de Busot, 396 msnm)
Las ya clásicas fotos en la cumbre y… comienzo la bajada.
Entro, por el carrer del Colladet y del Raval, al pueblo. Llego a la plaza del Ajuntament y aquí me tomo un refresco en un bar, relajadamente, que me parece estar más en agosto que en octubre.
Una pequeña vuelta por las calles de Busot y, viendo la hora que es, llego al auto y…
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Por supuesto. La intención principal era volver a visitar el vértice y hacer unas fotos en condiciones. Podría haberme entretenido más en el pueblo, ver su castillo y visitar el mirador del Monte Calvari, pero eso queda para otra ocasión. Han sido sólo 2 kilómetros y un desnivel de risa (64 metros).
Para este penúltimo jueves de octubre, Jesús, Reme, Pedro y yo, nos hemos dirigido al puerto de montaña de Albaida para efectuar una ruta, ya clásica en el repertorio de las caminatas; un recorrido por la umbría de la sierra del Benicadell.
Dejamos el auto en pleno puerto de montaña, en el parking que hay junto el barranco de Fontanars.
Es en este mismo punto donde comienza nuestro recorrido.
La senda, en suave ascenso nos conduce hasta la bifurcación en la que se encuentra la Font de Fontanars.
Ahora nos encaminamos, por la derecha, nuevamente en ascenso por estrecha vereda hasta llegar al Pou de Neu de Carcaixent.
El día ha comenzamos con una espesa niebla y un calor nada típico para estas fechas. A pesar de ello el pozo de nieve se nos presenta en toda su magnitud y belleza.
El camino nos lleva ahora, pocos metros después, a la Casa de Don Miguel (en ruinas) donde se encuentra el camino que conduce a la cima del Benicadell.
Nosotros tomamos la dirección contraria, en descenso hasta llegar cómodamente, por pista, a la Cava de Diego y el Corral homónimo.
En este descenso ha sido una pena no poder contemplar las hermosas vistas del valle de Albaida, aunque la niebla, por momentos, empezaba a despejarse.
En el lugar de esta cava y el corral se encuentra un cruce importante, que nos dirige, entre otros, a Adzaneta de Albaida, a Carrícola, al barranco de Fontanars y a la Font Freda.
Tomamos dirección a la Font Freda.
Nos encontramos primero con la cruz, homenaje a un joven que murió hace algunos años, y después llegamos al área recreativa de la Font Freda, donde hacemos una parada para comer y beber algo.
Comienza ahora, desde aquí, el sencillo regreso hasta el auto.
Volvemos sobre nuestros pasos, pasamos por la cruz y nos encontramos de nuevo en el cruce, donde están el corral y el pozo de Diego.
Nos dirigimos por la pista que, por el barranco de Fontanars, nos lleva, en suave descenso, hasta la bifurcación inicial.
Tan sólo 1’3 kilómetros después llegamos a la zona donde se encuentra nuestro coche.
Ahora debería decir… ‘Volvemos a Alicante’ pero no.
Nos vamos hasta la población de Muro donde hemos reservado mesa en un restaurante del municipio…
Platos exquisitos, regados con frescas cervezas y unos postres de lujo.
Un pequeño callejeo por la población y… ahora sí, regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Ya te digo yo que sí. Totalmente. Es una ruta muy chula de unos 10 kilómetros, con un desnivel de unos 325 metros, hechos sin prisa pero sin pausa y con una compañía maravillosa.
La caminata de este lunes discurre entre los términos municipales de Ibi y Alcoy, y entre el Paraje Natural Municipal de San Pascual-Torretes y el Parque Natural del Carrascal de la Font Roja. Un lugar que para mi ha sido una novedad absoluta, no tenía conocimiento de la zona, y me ha llevado a descubrir, entre otras cosas, el pozo de nieve del Canonge.
Aparco el coche a la entrada del Jadín Botánico, Estación Botánica Torretes y el parking del Campo de tiro.
Aquí comienza mi andadura por una estrecha vereda que asciende bordeando el Paraje Natural Municipal de San Pascual-Torretes.
Sigo por la senda, en una mañana nubosa pero de agradable temperatura, hasta llegar a una pista.
Ésta me lleva, nuevamente en ascenso, y después de un pequeño desvío a mano derecha, hasta el Mas del Cabeçot de Catifa (ruinas) y al Alt homónimo (980 msnm)
Una vuelta por entre los muros que aún quedan en pie de esta gran masía y regreso a la pista.
El camino me lleva a un abrevadero y, unos pocos metros después, hasta los restos de un horno de cal.
Ahora la pista desciende hasta el barranco de Berlandí y, por entre campos de cultivo, a la bifurcación que lleva al Mas de Berladí y al barranco de les Sevillanes.
Tomo la senda del barranco, nuevamente en ascenso.
Este es el tramo más complicado de la ruta, la senda en ocasiones desaparece, hay incluso que improvisar y la vereda está llena de maleza, árboles caídos, ramas, arbustos ‘pinchosos’ y la verdad se hace bastante difícil.
Hay momentos de trepada, de despiste y termino con las piernas llenas de arañazos y el cuerpo magullado.
Por fin el gps me señala la proximidad del pou de neu.
Es un poco difícil el acceso al mismo, por la cantidad de maleza que hay a su alrededor, pero finalmente llego a él como si me hubiera peleado con mil gatos (grrrr)
Vuelvo a la ‘senda’ principal y, en muy poco metros, a una pista bastante cómoda. Comienzo el camino de regreso.
A mano izquierda se encuentran las ruinas del corral del Canonge, ahora con el cielo despejado y las vistas estupendas de las sierras del alrededor.
También, en una de las bajadas por la pista, se puede contemplar la Penya del Sapo.
Esta parte del recorrido la componen una serie de bajadas, muy importantes y verticales, en algunos momentos cementadas.
Llego hasta el Assagador de Dalt y, 200 metros después, al Assagador de Baix.
Un pequeño desvío y conecto con la carretera CV 799, que me llevará, durante 3’8 kilómetros, por el incómodo asfalto hasta la entrada del Paraje Natural Municipal de San Pascual-Torretes.
Casi un kilómetro después, también por asfalto, aunque más cómodo por caminar bajo la sombra de los pinos, llego hasta el auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Eso, siempre… Sin duda. Esta ruta, en un principio, estaba pensada para que fuera más corta (unos 9 kilómetros) pero viendo la dificultad del barranco de les Sevillanes la he tenido que modificar. Esta ha hecho que se haya convertido en una caminata, entre despistes e improvisaciones, de cerca de 13 kilómetros (aunque la ruta de Wikiloc indique unos 12), con desnivel de 410 metros (yo creo que será un poco más). Pero, bueno, ha sido una pasada de sendero, la verdad.
Hoy también ha sido una jornada de caminata. A diferencia del día de ayer la mañana ha comenzado algo fresca pero tremendamente despejada y luminosa.
Jesús y yo nos hemos acercado hasta la zona comprendida entre la población de Sax, la Sierra de Cabrera, la Colonia Santa Eulalia y el río Vinalopó, el paraje llamado Espacio Natural el Plano.
Antes de adentrarnos en este enclave natural, el Plano, dejamos el auto a su entrada y, por pistas y caminos, nos vamos a explorar los alrededores, sobre todo varias de las canteras y hornos de cal y yeso.
Por estos entornos, donde abundan pequeñas elevaciones, las colinas o cerros reciben el nombre de cabezos.
Un ejemplo son: Cabezo del Pueblo, Cabezo del Sastre, Cabezo de los Conejos, Cabezo del Pez, Cabezo del Regatillo, entre otros.
Muchos de ellos son canteras desde las que se extraen estos minerales para la producción del yeso o la cal.
Seguimos por los caminos y pistas que, en paralelo a la línea de Alta Velocidad (AVE) y teniendo la compañía de la sierra de Cabrera, nos acerca a otras de la canteras.
Paisaje absolutamente de secano, con algunas fincas de labor y campos de cultivo donde abundan los olivos.
Nos aproximamos a otros dos cabezos con su canteras correspondientes y, en uno de ellos, su horno en estado ruinoso.
Continuamos en dirección este por el camino de Cabrera (PR-CV141), pasamos por delante de la casa de Cabrera y casa Toscares para, cruzando la carretera que va a la colonia Santa Eulalia, entrar de lleno en el Espacio Natural el Plano.
El Plano, perteneciente al término municipal de Sax y al norte de su casco urbano, posee unas condiciones críticas de aridez y salinidad que lo convierten en un paraje único por sus particularidades ecológicas.
Casi toda su superficie está ocupada por pinar de pino carrasco, que gracias a su gran resistencia y adaptabilidad consigue sobrevivir a duras penas en este entorno. Los árboles se plantaron en los años 50 del siglo XX, por lo que muchos de ellos tienen una edad de más de medio siglo. Sin embargo, su apariencia corresponde a árboles de mucha menos edad, debido a las condiciones climatológicas adversas, que han provocado un crecimiento muy lento.
En algunas zonas, las condiciones son tan extremas que ni siquiera pueden desarrollarse los pinos, como en el caso de La Hoya o Albardinar, donde la única especie capaz de prosperar es el albardín (planta similar al esparto), muy resistente a la aridez y salinidad de los suelos. En otros casos, la presencia de cerros calizos y suelos ricos en yeso determinan que aparezcan especies vegetales adaptadas a estos ambientes, como el espino negro o la hierba jabonera.
Esta diversidad convierte a El Plano en un lugar único, en el que la fauna encuentra cobijo, alimento y agua, ya que se ha creado una charca artificial como ayuda. Podemos ver aquí mamíferos como el conejo, ardillas, erizos o zorros, algunos reptiles como el lagarto ocelado y aves como el jilguero, el verderón, la paloma torcaz, zorzales, etc.
Después hemos hecho un amplio recorrido por este entorno, que cuenta con diversos equipamientos y servicios como:
Zona recreativa con mesas, fuentes, barbacoas y fregaderos. Algunas de las mesas y barbacoas con acceso para sillas de ruedas.
Kiosco –bar. Abierto fines de semana y festivos, aunque actualmente se encuentra fuera de servicio.
Aseos con duchas (para acampados), incluyendo aseo para minusválidos.
Juegos infantiles.
Zona de acampada regulada.
Aparcamientos (con plazas para discapacitados)
Fuente de los chorros.
De regreso, por carretera, hasta el coche, hemos podido disfrutar de la visión, gracias a las últimas lluvias, de multitud de setas y también de un campo con unas calabazas impresionantes.
Llegada al vehículo y regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Claro que sí. Ha sido una salida especialmente recomendada para familias, que ha tenido 11 kilómetros de recorrido y un desnivel inapreciable.
Hoy, como en otras muchas ocasiones, he optado por hacer una ruta bastante conocida, un recorrido por la sierra de la Carrasqueta.
Dejo el coche en un claro del camino, PR-CV 270, muy cerca del puerto de montaña de la Carrasqueta y a 1,100 km del Hotel Restaurante Pou de la Neu.
Arranca desde aquí mi caminataen una mañana tremendamente desapacible, espesa niebla, viento, lluvia y temperatura baja.
A través de una estrecha senda poblada por carrascas y nada más llegar al hotel lo primero que llama la atención es la cava de nieve, situada en el interior de la finca, llamada Pou del Surdo.
Continúo ascendiendo por la pista, la PR-CV279, paso por una edificación con antenas de telecomunicación (siempre evito que salgan en las foto ya que me parece algo antiestético), y la pista se convierte con su empedrado como una calzada romana; esto es algo que siempre me ha encantado.
Realmente lo extraordinario de esta senda son las fabulosas vistas de los alrededores pero, claro, con esta niebla tan densa, hay que fijar la atención en otros elementos del camino.
Llego hasta el Cerro del Racó de Matet, donde hay una bifurcación; el sendero de la derecha conduce hasta Montagut y el de la izquierda lleva al vértice geodésico de Plans, en la sierra homónima.
Sigo el camino de la izquierda hasta llegar al Alt del Racó de Xomarra.
En un principio el destino final es el vértice geodésico de Plans pero… una vez he llegado al Alt del Racó de Xomarra, con esta horrible niebla y el sirimiri que la acompaña, empiezo a plantearme dar media vuelta.
Desciendo unos 700 metros y, en una vaguada, cruce de sendas, decido regresar al punto de partida.
Tomo un sendero distinto que me devuelve al Alt del Racó de Xomarra y, desde este punto y haciendo algunas variantes, me encamino hacia el coche.
A mi llegada al Alt del Cerro de Matet la niebla comienza a disiparse y el día parece que se aclara.
También, y al ser festivo, en los senderos empiezan a verse caminantes, excursionistas, ciclistas, motoristas y familias con niños… Vamos, la alegría de la huerta!!!
Parece que ahora ya se pueden admirar las panorámicas de los valles y las sierras de los alrededores.
Vuelvo a pasar por el hotel-restaurante, su pozo de nieve y por la estrecha senda que me acerca hasta el auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: A pesar del mal tiempo, la lluvia, el viento y la niebla, es totalmente recomendable. Han sido unos 8’5 kilómetros, con un desnivel de unos 250 metros y todo ello hecho en un tiempo más que aceptable.
A menos de 2 kilómetros de la población de Castalla, comienza la caminata del día de hoy.
Pedro, Reme, Jesús y yo, iniciamos nuestra ruta en la zona llamada ‘Litero’, en plena pista GR7 que nos hace recorrer de norte a sur la sierra de Castalla.
Tomamos, en ascenso, la pista para, a unos 600 metros, encontrarnos con las ruinas de unos magníficos hornos de cal y yeso (aljezares), prueba patente de esta actividad industrial en esta parte de la sierra.
Seguimos en suave ascenso por esta pista, GR7, y encontramos a un lado de la misma el Mas de Literoy las peñas homónimas.
Llegamos hasta el Collado de Roque, lugar donde se encuentran un par de carrascas monumentales y un pino centenario.
También, en este punto, podemos observar las ruinas de la Caseta de l’Ángel y la Peña de la Monja.
Continuamos por la GR7, ahora la subida se transforma en una caminata en llano, con diversos campos de cultivos y algunas parcelas de propiedad privada.
Llegamos a la zona llamada Les Ombrietes, donde se encuentra el camino a la Replana, y un poco más allá, a la izquierda, en el área del Blanqueral, la senda que sube hasta el Alt del Bubo.
Una senda empinada y llena de guijarros que nos acerca, en un primer tramo, a una bifurcación. A la izquierda la vereda que vuelve al norte por toda la parte alta de la sierra y tomando el camino de la derecha llegamos al Alt del Bubo.
Una vez en el alto, unos momentos para las fotos de rigor y… deshacemos el camino hasta llegar, de nuevo, al cruce. Ahora seguimos recto por un sendero estrecho y realmente bonito que nos acercará a la PR-CV 141 y nos devolverá a la pista, GR7, y al principio de esta caminata.
Desde aquí arriba podemos contemplar en toda su magnitud las sierras de los alrededores, la sierra de La Replana, la del Fraile, el Caballo y el Cid, entre otras.
Nos incorporamos con la pista inicial y deshaciendo nuestros pasos nos encaminados hasta donde se encuentra el auto.
Volvemos a pasar por la Caseta de l’Ángel, las carrascas monumentales y el pino centenario.
También por el Mas de Litero y los hornos de cal y yeso.
Llegamos al vehículo y nos dirigimos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Claro que sí. Han sido unos 13 kilómetros (+/-) y con un desnivel cercano a los 400 metros. Un día amenazante pero, finalmente, respetuoso y una compañía estupenda.
Septiembre está acabando y nosotros, Jesús, Reme, Pedro y yo, hemos tenido una jornada para despedir el verano y reiniciar la temporada de caminatas en grupo.
Para este encuentro/celebración hemos elegido un pueblo precioso de la provincia de Valencia, a las faldas de la sierra del Benicadell, en pleno Valle de Albaida, llamado Otos.
Según Joan Coromines, el topónimo Otos proviene del íbero y significa ‘aliaga’, arbusto esclerófilo muy extendido a lo largo de su territorio.
Durante la dominación árabe Otos fue una alquería. En la conquista cristiana Jaime I donó sus tierras a varios caballeros el 2 de mayo de 1248.
Dependió eclesiásticamente de Bélgida, de la que se desmembró en 1574, declarándose parroquia independiente.
Varios son los monumentos y puntos de interés de este municipio:
El castillo de Carbonera.
La iglesia parroquial.
La ermita de la Virgen de los Dolores.
El palacio del marqués de Sant Josep.
La ruta de los relojes de sol.
Nosotros hemos llegado a Otos para dar un gran paseo, contemplar algunos de sus interesantes rincones y admirar muchos de los relojes de sol que se encuentran diseminados por sus calles.
Serie compuesta por más de 30 relojes de sol (en constante ampliación) repartidos a lo largo de todo el casco urbano. Algunos de ellos son obra de reconocidos diseñadores y artistas plásticos como Andreu Alfaro, Antoni Miró, Arcadi Blasco, Artur Heras o Manolo Boix. De hecho, es el municipio europeo que cuenta con una mayor densidad de relojes de sol.
También hemos aprovechado para, durante nuestro paseo, desviarnos para visitar la Font de Baix, un interesante surtidor en el barranco de la Mata, con una gran alberca y una zona de descanso.
Después hemos continuado nuestro recorrido por el pueblo, siguiendo con la visita a los relojes.
Un alto en un bar para tomar unas cervezas y un picoteo, entre risas y conversaciones interesantes.
No sólo los relojes son objeto de curiosidad, hay muchos rincones que llaman también nuestra atención.
A nuestro paso por el Hotel Rural – Restaurante Ca Les Senyoretes hemos hecho una nueva parada para comernos unos aperitivos de embutido y queso, unas croquetas, unas buenas ensaladas y un arroz al horno, que quitaba el hipo, todo ello regado por un buen vino blanco de la tierra y finalizado con unos dulces, como postre, y unos cafés.
También en su gran terraza, con vistas al Benicadell, hemos podido ver los relojes que tiene el restaurante, realmente originales.
Terminamos nuestro recorrido por Otos dirigiéndonos, en coche, hasta el depósito de aguas, a las afueras del pueblo, para ver el último reloj de sol.
También en coche, nos hemos acercado al pueblo vecino, Carrícola, y hemos dado un pequeño paseo por algunas de sus calles.
Hemos llegado hasta el lavadero y, volviendo al coche, hemos estado contemplando algunas de las manifestaciones artísticas que engalanan sus fachadas.
Damos por terminada esta salida por tierras valencianas, en este último jueves de septiembre.
Volvemos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto. Está claro que no ha sido una ruta senderista, en absoluto, pero hemos pasado un día estupendo en un lugar muy atractivo e interesante, con una compañía de lujo.
Hoy ya es el último día en estas fabulosas tierras. A media tarde tomaré el tren que me lleve a Alicante y quiero aprovechar esta horas que me quedan para recorrer el centro, hacer alguna compra y visitar el parque Alces.
La maleta principal la he dejado en la consigna del hotel y, con la mochila pequeña, me he dirigido al centro de la ciudad.
Una cuantas compras, un poco de deambular por entre las callejuelas, una cerveza disfrutando del momento y, de lleno, entro en pleno parque Alces.
Realmente este pulmón de Alcázar es hermoso y espectacular.
Ahora me dirijo de nuevo al hotel, cojo mi maleta, me despido de la simpática gente de la recepción, entro en uno de los restaurantes de la ciudad, como algo y camino hacia la estación.
Un tiempo de espera prudente, subo al tren y marcho a casa.
Valoración: 5*****
Recomendable: Me vuelvo a repetir, totalmente recomendable. En este día han sido 9 kilómetros y un desnivel inapreciable.
En estos cuatro días en tierras manchegas he recorrido más de 54 kilómetros caminando y he descubierto lugares, paisajes, monumentos y gentes muy especiales.
Esta jornada la voy a dedicar, casi en su totalidad, a visitar el pueblo de Campo de Criptana.
A unos 8’5 kilómetros de Alcázar de San juan, se encuentra esta localidad manchega, conocidísima, entre otras cosas, por sus molinos de viento.
Una muy buena conexión ferroviaria entre estas dos poblaciones me deja en cinco minutos en la estación de Campo de Criptana. También hay que decir que el edificio y sus ‘instalaciones’ dejan mucho que desear.
Mi propósito es hacer un recorrido por estas tierras y visitar algunos de los puntos de interés de las mismas.
Me dirijo, por el senderillo de los Parrales, calle Tomelloso y calle Concepción, hasta la ermita de la Concepción.
ERMITA DE LA CONCEPCIÓN
Después, por la calle Goya y el camino a la Cantera, llego al camino de la Virgen.
Esta es una pista arbolada que lleva, durante 2 kilómetros de suave ascenso, al Santuario de la Santísima Virgen de Criptana.
En un lado del camino se encuentra el pozo de la Virgen, lugar ideal para hacer una parada y refrescarse.
Una última subida por la escalinata y llego a la inmensa atalaya en la que se encuentra en santuario.
La hermosa panorámica de los campos es espectacular.
Situado en el cerro de la Virgen, es visible desde diferentes puntos de los alrededores de Campo de Criptana. Un edificio amplio, blanco y muy vistoso que se levanta sobre la planicie manchega.
El santuario está construido en el cerro donde se asentó el originario enclave de la villa actual, Chitrana, un poblado prerromano que ya en la Edad Media se uniría con otro de nombre Campo creando la población de Campo de Criptana.
En cuanto al edificio decir que está construido sobre otro anterior, data del siglo XVI y su proyecto es de 1513. A lo largo del tiempo ha tenido varias restauraciones pero en parte se han respetado los elementos originales renacentistas.
Después de la visita al santuario, tomo el camino de la Veredilla para encontrarme, a través de algunos campos de cultivo con otro de los puntos de interés, al menos para mi, el vértice geodésico ‘Pozos’ (730 msnm)
VÉRTICE GEODÉSICO POZOS 730 M.S.N.M.
Continúo con el itinerario trazado en mi gps y me dirijo, por el camino de la Cueva de la Laguna, al interior del pueblo.
Por la calle de la Virgen, la plaza del Calvario, calle Toboso, calle Mira, calle Ínsula Barataria y calle Amadís de Gaula llego hasta el altozano donde se encuentran los famosos molinos de viento.
Antes de hacer el recorrido por entre estas construcciones, hago una parada en uno de los bares cercanos para comer y beber.
El día es tremendamente caluroso, es domingo y hay muchísima gente, así que prefiero dejar que las visitas se vayan y así poder disfrutar de los molinos yo solo.
Aquí los tengo ya. Apenas si hay turistas y los puedo admirar en todo su esplendor.
También estos, como los de Alcázar de San Juan, tienen cada uno su nombre.
Inca Garcilaso, Cariari, Quimera, Pilón, Lagarto, Burleta, Infanto, Poyatos, Sardinero y Culebro (que además es también el museo de Sara Montiel, criptanense ilustre)
Aunque tengo que decir que en las fotos estas grandes torres circulares quedan estupendamente, con sus aspas y sus tejadillos, pero la realidad supera la instantánea; hay que venir aquí para disfrutar de su belleza.
Dejo el cerro de los molinos y desciendo por entre las calles de Campo de Criptana.
A mi paso me encuentro con rincones, plazuelas y monumentos singulares.
La ermita de Santa Ana, la parroquia de Ntra, Sra, de la Asunción, la estatua a Cervantes, el Pósito, estatua del Quijote, etc…
Todo ello mientras voy acercándome hasta el apeadero de la estación para esperar el tren que me lleve de nuevo a Alcázar de San Juan.
Valoración: 5*****
Recomendable: Indiscutiblemente, sí. En un principio esta caminata era el motivo principal de mi visita a tierras manchegas… Esto me lo suponía, me lo imaginaba y me lo esperaba, el resto ha sido un auténtico regalo. Han sido, en este día, unos 11’50 kilómetros y un desnivel de 143 metros.